Los cuadros y la política
Seguramente muchos de nuestros lectores nos han seguido al tratar el mismo tema en las columnas de VEA.
Una de las decisiones más complejas y delicadas que corresponde a la dirección del Gobierno y del Partido es la selección de los cuadros para cumplir funciones en los diferentes frentes de la política o de la economía, etc.
La importancia de la selección de los cuadros consiste en que de ellos depende, en última instancia, la suerte de la política. “Los cuadros lo deciden todo”, afirmó un viejo dirigente revolucionario.
Así es, en efecto. La línea política no es otra cosa que un conjunto de ideas para atender una situación dada, pero el éxito o fracaso de esta línea depende en lo fundamental de la eficiencia o no del cuadro o funcionario encargado de su ejecución, de su capacidad operativa y de dirección, de su acierto para tomar decisiones correctas, de su abnegación y dedicación.
El fracaso de proyectos de ministerios y de otras dependencias oficiales, las obras inconclusas o con retrasos, el desorden o el despilfarro de recursos y hasta la corrupción, tienen su origen, en gran medida, en la mala selección de los cuadros o funcionarios encargados de su ejecución.
Uno de los graves daños causados al proceso bolivariano es la tendencia a seleccionar los cuadros sobre la base del amiguismo, el sectarismo de partido, los lazos familiares o el vínculo grupal producto de una especie de compadrazgo fraccional.
El Presidente de la República, los ministros y gobernadores deben dar el ejemplo y seleccionar a los cuadros por su eficiencia, conocimientos, lealtad al proceso, rendimiento operativo, conciencia política, y no por amiguismo o lazos grupales o sectarismo, y así darían ejemplo de una política de selección de los cuadros apegada a los principios socialistas
Seguramente muchos de nuestros lectores nos han seguido al tratar el mismo tema en las columnas de VEA.
Una de las decisiones más complejas y delicadas que corresponde a la dirección del Gobierno y del Partido es la selección de los cuadros para cumplir funciones en los diferentes frentes de la política o de la economía, etc.
La importancia de la selección de los cuadros consiste en que de ellos depende, en última instancia, la suerte de la política. “Los cuadros lo deciden todo”, afirmó un viejo dirigente revolucionario.
Así es, en efecto. La línea política no es otra cosa que un conjunto de ideas para atender una situación dada, pero el éxito o fracaso de esta línea depende en lo fundamental de la eficiencia o no del cuadro o funcionario encargado de su ejecución, de su capacidad operativa y de dirección, de su acierto para tomar decisiones correctas, de su abnegación y dedicación.
El fracaso de proyectos de ministerios y de otras dependencias oficiales, las obras inconclusas o con retrasos, el desorden o el despilfarro de recursos y hasta la corrupción, tienen su origen, en gran medida, en la mala selección de los cuadros o funcionarios encargados de su ejecución.
Uno de los graves daños causados al proceso bolivariano es la tendencia a seleccionar los cuadros sobre la base del amiguismo, el sectarismo de partido, los lazos familiares o el vínculo grupal producto de una especie de compadrazgo fraccional.
El Presidente de la República, los ministros y gobernadores deben dar el ejemplo y seleccionar a los cuadros por su eficiencia, conocimientos, lealtad al proceso, rendimiento operativo, conciencia política, y no por amiguismo o lazos grupales o sectarismo, y así darían ejemplo de una política de selección de los cuadros apegada a los principios socialistas
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