El dolor de los creyentes
En el pueblo chavista hay una gran preocupación por los niveles de corrupción e ineficiencia que se siguen produciendo en nuestras filas. El sentir de las bases sociales esperanzadas, es que esas prácticas odiosas pueden terminar con la Revolución Bolivariana.
La proximidad del evento electoral legislativo crispa esa sensación al cruzarse con elementos polémicos de la coyuntura: crisis eléctrica y devaluación. En ambos casos el factor comunicación jugó en contra nuestra. Ha faltado una mejor orientación política de nuestro pueblo con el tema de las medidas económicas, hecho que aprovecha la oposición con su arsenal mediático para confundir y manipular.
El señor a quien le compro el café en las mañanas camino al trabajo, estaba casi alterado por la cháchara que le repetía su vecina de kiosco sobre el “desastre que se les vendría encima con lo del dólar”. Mi improvisada intervención lo calmó un poco, ellos no sabían que nuestro Gobierno previó un dólar a 2,6 para importaciones relativas a necesidades sociales, y que los ingresos extras por la venta de la divisa a 4,3 se destinarían a importantes fondos para apoyar la economía local con miras a sustituir importaciones, lo que estimula el empleo y la producción nacional.
Pero, cuántos desprevenidos e incautos andan por ahí tragando crudo el mensaje opositor, rumiante sempiterno de apocalípticas predicciones.
Hay un desgaste evidente que se asienta en la constatación de que alrededor del Presidente medran tipos sin talento y, lo que es mucho peor, sin valores socialistas. Tipos que ya llevan años enriqueciéndose con dineros públicos.
La Revolución es incompatible con la corrupción. Menos habrá socialismo mientras unos avaros acomplejados ocupen puestos claves en el Gobierno y la dirección política. El pueblo perderá la fe, y el liderazgo que hizo posible esta Revolución, verá mermada su autoridad.
Cómo pueden hablar de socialismo los burócratas que se dedican a gozar de privilegios mientras son insensibles a los problemas del colectivo y ni siquiera son capaces de realizar con eficacia las tareas de su responsabilidad.
Cómo pueden fanfarronear sobre una supuesta condición de revolucionarios quienes cambiaron sus niveles de vida de forma grotesca, pasando de ser unos pelaos a ostentar fortunas inexplicables, cuentas en el exterior, empresas, haciendas, lujos obscenos.
Se impone una Rectificación Radical en nuestro proceso revolucionario.
A quienes nos duele esta Revolución en el alma, a quienes reconocemos los errores que hemos cometido pero que estamos dispuestos a entregar la vida por esta Revolución, a quienes seguimos con sanguínea lealtad patriótica el liderazgo del Comandante Chávez, nos toca dar una pelea adicional por la pureza del proceso, porque es la única forma de garantizar su éxito y su continuidad. No es un asunto de moralismos, es un asunto de dignidad.
Agrupémonos y salgamos a enfrentarlos. Basta del chantaje de no darle armas al enemigo. Los enemigos internos que con su acción corruptora quiebran el sistema inmunológico de la Revolución, son más peligrosos que el enemigo en la trinchera de enfrente.
Cuando el pueblo tuvo la feliz claridad de elegir a Hugo Chávez como Presidente, lo hizo contra una clase política corrompida y desprestigiada. En este tiempo de dificultades, callar ante el corrupto, es traicionar.
Ildefonso Finol
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..." Simón Bolívar, El Libertador.
En el pueblo chavista hay una gran preocupación por los niveles de corrupción e ineficiencia que se siguen produciendo en nuestras filas. El sentir de las bases sociales esperanzadas, es que esas prácticas odiosas pueden terminar con la Revolución Bolivariana.
La proximidad del evento electoral legislativo crispa esa sensación al cruzarse con elementos polémicos de la coyuntura: crisis eléctrica y devaluación. En ambos casos el factor comunicación jugó en contra nuestra. Ha faltado una mejor orientación política de nuestro pueblo con el tema de las medidas económicas, hecho que aprovecha la oposición con su arsenal mediático para confundir y manipular.
El señor a quien le compro el café en las mañanas camino al trabajo, estaba casi alterado por la cháchara que le repetía su vecina de kiosco sobre el “desastre que se les vendría encima con lo del dólar”. Mi improvisada intervención lo calmó un poco, ellos no sabían que nuestro Gobierno previó un dólar a 2,6 para importaciones relativas a necesidades sociales, y que los ingresos extras por la venta de la divisa a 4,3 se destinarían a importantes fondos para apoyar la economía local con miras a sustituir importaciones, lo que estimula el empleo y la producción nacional.
Pero, cuántos desprevenidos e incautos andan por ahí tragando crudo el mensaje opositor, rumiante sempiterno de apocalípticas predicciones.
Hay un desgaste evidente que se asienta en la constatación de que alrededor del Presidente medran tipos sin talento y, lo que es mucho peor, sin valores socialistas. Tipos que ya llevan años enriqueciéndose con dineros públicos.
La Revolución es incompatible con la corrupción. Menos habrá socialismo mientras unos avaros acomplejados ocupen puestos claves en el Gobierno y la dirección política. El pueblo perderá la fe, y el liderazgo que hizo posible esta Revolución, verá mermada su autoridad.
Cómo pueden hablar de socialismo los burócratas que se dedican a gozar de privilegios mientras son insensibles a los problemas del colectivo y ni siquiera son capaces de realizar con eficacia las tareas de su responsabilidad.
Cómo pueden fanfarronear sobre una supuesta condición de revolucionarios quienes cambiaron sus niveles de vida de forma grotesca, pasando de ser unos pelaos a ostentar fortunas inexplicables, cuentas en el exterior, empresas, haciendas, lujos obscenos.
Se impone una Rectificación Radical en nuestro proceso revolucionario.
A quienes nos duele esta Revolución en el alma, a quienes reconocemos los errores que hemos cometido pero que estamos dispuestos a entregar la vida por esta Revolución, a quienes seguimos con sanguínea lealtad patriótica el liderazgo del Comandante Chávez, nos toca dar una pelea adicional por la pureza del proceso, porque es la única forma de garantizar su éxito y su continuidad. No es un asunto de moralismos, es un asunto de dignidad.
Agrupémonos y salgamos a enfrentarlos. Basta del chantaje de no darle armas al enemigo. Los enemigos internos que con su acción corruptora quiebran el sistema inmunológico de la Revolución, son más peligrosos que el enemigo en la trinchera de enfrente.
Cuando el pueblo tuvo la feliz claridad de elegir a Hugo Chávez como Presidente, lo hizo contra una clase política corrompida y desprestigiada. En este tiempo de dificultades, callar ante el corrupto, es traicionar.
Ildefonso Finol
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..." Simón Bolívar, El Libertador.
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