La columna del Diablo
Las luchas estudiantiles: ayer y hoy
Escrito por DIARIO VEA
Los estudiantes han participado siempre muy activamente en las luchas sociales y políticas. En Venezuela es una tradición la organización política de los jóvenes desde muy temprana edad.
Son conocidas las históricas jornadas de los estudiantes contra la tiranía de Juan Vicente Gómez y el martirio de docenas de estudiantes encarcelados en el Castillo Libertador o cargados de "grilletes" en la tétrica prisión de La Rotunda o en los trabajos forzados en las carreteras.
Están recientes los heroicos combates de la juventud y los estudiantes contra la dictadura de Pérez Jiménez, la toma de la vieja casona de San Francisco y el simbólico repicar de sus campanas, las inolvidables acciones del 17 de noviembre de 1957 en la Ciudad Universitaria y los recios combates contra la policía de Nieto Bastos y los esbirros de Pedro Estrada en las calles de Caracas. Están vivos los recuerdos de los estudiantes torturados, "desaparecidos" o fusilados por los gobiernos del Pacto de Punto Fijo.
Hay diferencias sustanciales entre aquellas luchas estudiantiles y las actuales guarimbas de niños y adolescentes, alumnos de colegios privados en manos de empresas burguesas.
Hay una diferencia ideológica. Las luchas estudiantiles de la época de Gómez o Pérez Jiménez se inspiraban en ideas democráticas, en alianzas con el pueblo, en el objetivo de rescatar la soberanía popular cercenada por la dictadura, en la defensa de los valores nacionales.
Las guarimbas de hoy son inspiradas por los viejos partidos del puntofijismo para imponer los privilegios del pasado, sustituir la soberanía popular por la partidocracia y entregar PDVSA a las empresas imperialistas.
En las guarimbas de hoy los estudiantes ignoran las motivaciones de sus protestas y son vilmente utilizados como "carne de cañón" al servicio de perversos planes de desestabilización. Los promotores no dan la cara y ocultan tras de una fraseología seudo-democrática la revancha del fascismo cuyo plan es destruir la Revolución Bolivariana para reconquistar el terreno perdido en sus viejos dominios en América Latina.
Las luchas estudiantiles: ayer y hoy
Escrito por DIARIO VEA
Los estudiantes han participado siempre muy activamente en las luchas sociales y políticas. En Venezuela es una tradición la organización política de los jóvenes desde muy temprana edad.
Son conocidas las históricas jornadas de los estudiantes contra la tiranía de Juan Vicente Gómez y el martirio de docenas de estudiantes encarcelados en el Castillo Libertador o cargados de "grilletes" en la tétrica prisión de La Rotunda o en los trabajos forzados en las carreteras.
Están recientes los heroicos combates de la juventud y los estudiantes contra la dictadura de Pérez Jiménez, la toma de la vieja casona de San Francisco y el simbólico repicar de sus campanas, las inolvidables acciones del 17 de noviembre de 1957 en la Ciudad Universitaria y los recios combates contra la policía de Nieto Bastos y los esbirros de Pedro Estrada en las calles de Caracas. Están vivos los recuerdos de los estudiantes torturados, "desaparecidos" o fusilados por los gobiernos del Pacto de Punto Fijo.
Hay diferencias sustanciales entre aquellas luchas estudiantiles y las actuales guarimbas de niños y adolescentes, alumnos de colegios privados en manos de empresas burguesas.
Hay una diferencia ideológica. Las luchas estudiantiles de la época de Gómez o Pérez Jiménez se inspiraban en ideas democráticas, en alianzas con el pueblo, en el objetivo de rescatar la soberanía popular cercenada por la dictadura, en la defensa de los valores nacionales.
Las guarimbas de hoy son inspiradas por los viejos partidos del puntofijismo para imponer los privilegios del pasado, sustituir la soberanía popular por la partidocracia y entregar PDVSA a las empresas imperialistas.
En las guarimbas de hoy los estudiantes ignoran las motivaciones de sus protestas y son vilmente utilizados como "carne de cañón" al servicio de perversos planes de desestabilización. Los promotores no dan la cara y ocultan tras de una fraseología seudo-democrática la revancha del fascismo cuyo plan es destruir la Revolución Bolivariana para reconquistar el terreno perdido en sus viejos dominios en América Latina.
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