jueves, 17 de enero de 2013

NO PODRA MORIR


No podrá morir

 Freddy J. Melo

La oposición existente en el país, obligada por los hechos a batirse en el terreno democrático –siempre, por supuesto, con su plan B bajo la manga–, es un modelo de fijación borbónica, la condición irremediable con que alguna vez tratara de estigmatizar a la izquierda un conocido exintegrante de la misma. Se reconoce que no es uniforme en su composición, pero, a la hora de la verdad, en la acción sí lo es, no obstante su entreacuchillamiento. Porque quien fija la pauta es invariablemente el sector de extrema derecha, que semiocultó su fascismo bajo la máscara de la “democracia” puntofijista, y porque quienes pudieren desear el juego limpio han demostrado carecer de voluntad o de capacidad para abrirse camino. Veamos, pues, a esa oposición como un todo y recordemos algunos botones de muestra de su accionar.

El primer lugar lo ocupa su oposicionismo: Actúa por reacción, de modo automático ataca cada política revolucionaria, sin conocimiento o análisis previo ni racionalidad, y luego lucubra las justificaciones sobre base de medias verdades y mentiras goebbelsianas. Se trata, en otro plano pero con la misma intención, de una práctica de la “doctrina” betancourista de disparar primero y averiguar después.

El segundo corresponde a su violencia: Campañas alienantes de odio, difamación, demonización, golpes de Estado y petrolero, guarimbas y toda esa panoplia de sobra conocida. El hilo que los pega es la hipocresía.

Y pocas veces esa condición se ha revelado en toda su perversión como en ésta, cuando ante la enfermedad del Presidente dicen A (deseamos que se mejore), mientras todo el mundo observa la B detrás con su verdadera expresión, el innoble deseo sobre el cual fincan su esperanza sin fondo de recobrar el poder.

No es sólo el deseo: Vuelven los intentos desestabilizadores, tornan los efebos “manitas blancas”, parecen olerse miasmas de marca “paras”, se airean amenazas para el día 23 de enero y hay el tupé de negar al Gobierno legítimo, el cual se asienta en la voluntad popular “como sobre una roca” (Neruda) y es la continuidad multielegida de la gestión del presidente Chávez.

Chávez no podrá morir. El capitalismo no podrá sobrevivir.

domingo, 13 de enero de 2013

LAS COSTURAS Por Freddy Melo

Las costuras

Freddy J. Melo

Mientras Hugo Chávez Frías continúa librando su tremendo combate los oposicionistas ahondan cada vez más el foso que los separa del pueblo. Su característico desprecio a los sentimientos, opiniones e intereses de éste se muestra hoy en su mayor evidencia. Su problema no es cómo garantizar el cumplimiento de la voluntad popular, sino cómo encontrar subterfugios, trampas y recovecos leguleyescos para burlarla.
Se trata de una situación de esas que contribuyen a educarnos. Entre ellos hay quienes se autodenominan democráticos y se arrogan la condición de guardianes de la democracia, para los cuales lo que no se inscriba en el marco de sus formulaciones es “anti” de modo inexorable. Así mismo, y hasta ahora imprimiendo su sello, conforman ese bloque quienes no creen en zarandajas de ese tipo y lo suyo es fascismo abierto y violencia ilegítima.
¿Por qué es posible tal entente de fascistas y “demócratas”? Porque la cuestión de fondo hay que buscarla, no en el terreno de las ideas o las creencias, sino en el del interés clasista subyacente.
La democracia de ellos, bien denominada burguesa, posee una doble condición: contiene derechos y libertades que no son dádivas de la clase dominante sino conquistas arrancadas tras duras luchas por los explotados y oprimidos, y es ése su rasgo democrático; y traza límites, en la medida de la fuerza que detente, para minimizar o anular esos logros, sobre todo cuando siente en riesgo su dominio, y es ése su carácter burgués.
Y es precisamente por esto último por lo que la colusión oposicionista se ha producido. La Revolución Bolivariana retó su dominación y ellos han recurrido a toda clase de armas, en sentidos propio y figurado. Al diablo las poses democráticas. El pueblo ha recuperado buena parte del poder que los explotadores le habían arrebatado, y el complejo imperialismo avasallador-oligarquía desnacionalizada ha cometido todas las tropelías conocidas y busca ahora una rendija en el entramado constitucional, para usarla como pretexto de una nueva acción perversa. Sólo que la Constitución, de la mano del Pueblo –de paisano y en armas–, está blindada, y apoyándose en ambos también lo está el Gobierno.
Se ven aquí las costuras de la falsa democracia. No puede existir ésta realmente en una sociedad dividida en explotadores y explotados. Sólo el socialismo se propone superar esa división, y por consiguiente sólo con él la democracia verdad es posible, como sólo es posible el socialismo con la democracia verdad.
Entre tanto, feliz año de combate, para todos menos para el bloque imperialista-oligárquico, y ¡arriba presidente Chávez!

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