Contra Franco se vivía mejor
Luego de la caída de Franco en España, como sucede en Venezuela, los oligarcas son camaleones que se mimetizan con los colores de las luchas sociales para seguir explotando al pueblo.
Raul Bracho
Cuando la imaginación toma por asalto el poder, cuando las generaciones por vivir se expresan, suelen ocurrir estas frases tan cargadas de realismo. Si en los años del Mayo Francés cuando los jóvenes de Nanterre lograron volver a incendiar aquellas viejas calles de adoquines de Paris, tuvo un contenido esta expresión plasmada en un graffiti, hoy lo mantiene quizá con más vigencia.
Franco era un dictador, una gran parte de España y del mundo lo detestaba y luchaba contra él. Se sabía contra quien se estaba, el enemigo era visible, palpable. Uniformes militares eran sinónimo de fascismo aberrante y descarado, la muerte rondaba por las calles, desaparecidos y ajusticiados eran el pan de cada día, se sabía que él era el enemigo y se estaba con él o contra él.
Este graffiti podría escribirse en Venezuela y en muchos países donde de igual forma el disfraz de democracia, de seudos regímenes elegidos por el pueblo, continuó siendo una prolongación de lo mismo ahora mantenido bajo el engaño mediático y la compra de los votos bajo falsas promesas y discursos edulcorados con cantos de libertad. El enemigo ya no era Franco, como no lo es en Venezuela los adecos, pero en España y en Venezuela podemos decir hoy día que contra Franco y contra los Adecos se vivía mejor.
Luego de la caída de Francisco Franco en España, como sucede en Venezuela, los oligarcas son camaleones que se mimetizan con los colores de las luchas sociales y continúan envenenando para seguir explotando al pueblo, reprimiéndolo y sometiéndolo, para perpetuar el coloniaje y la dominación.
Contra los Adecos se vivía mejor, uno se levantaba y podía ser el último día de la vida si los cuerpos de seguridad “la Digepol” nos detenía, pero uno podía hasta morir con la conciencia tranquila de que lo dio todo en la lucha. Hoy los adecos, muchos de ellos, se ponen nuestra franela roja rojita, están en los ministerios gritando ¡Viva Chávez!, y luego se sientan en sus escritorios para entorpecer todo trámite, para no renovarle contratos a los camaradas que entraron a trabajar por la patria con su corazón en las manos, para maltratar al pueblo en nombre de la revolución y para cuadrar cuanto negocio les sea posible para seguir robando los dineros públicos. Son aquellos que el Che describía para quienes la revolución se hacía para vivir de ella y no para morir por su causa. Hoy los Adecos, o cualquier político de la cuarta, arman su empresa y se convierte en “contratistas” de la revolución, son “proveedores”, crean cooperativas de transporte y tienen sus contactos para obtener jugosos contratos igual que antes. Los poderes económicos regionales sufren de este mal endémico heredado de aquellos años. Tan terrible y mortal como un cáncer terminal, pues en nombre de nuestra revolución y nuestra lucha hacia el Socialismo del siglo XXI van dejando en nuestro pueblo desencanto, desamparo, soledad y frustración.
Si aun no nos ha tocado un momento histórico en donde tengamos restricciones por cualquier clase de bloqueo económico, no quisiera ni pensar en ese escenario. Cuba es ejemplar ante la humanidad por su gloriosa dignidad y su gran orgullo con el que se paró enfrente del imperio norteamericano, crisis, escasez y hambre no fueron suficientes para arrodillarlos, al contrario, se crecieron y siguen dando respuestas ingeniosas y valientes.. Aquí seguimos en capitalismo, por ahora. La transición al socialismo requiere de la nueva conciencia revolucionaria y nuestro pueblo debe alzarse altivo y altanero, es la revolución del mundo y no puede ser posible que sigamos creyéndole a los mismos gusanos capitalistas que se nos disfrazan y nos infiltran, que obtienen “contratos” para seguir arrebatando el dinero, para robarlo y menos puede ser posible que el pueblo lo permita, que no se les vaya encima y los desenmascare por temor de cualquier tipo, si antes era un riesgo, aquí se está en Revolución y todos tienen el deber de luchar, de denunciar y quitarles el disfraz. Sin un pueblo con conciencia de clase no podremos superar las situaciones que seguramente nos depara el futuro, el imperio prepara sus baterías y deben ser repelidas con conciencia revolucionaria y no con la sumisión de un pueblo acostumbrado a la pedigüeñería, a la limosna de los anteriores gobiernos.
Venezuela tiene que enfrentar una de las más grandes batallas, la Batalla Admirable en donde preservaremos la Asamblea Nacional, la lucha es hoy y es en todos los frentes, es en tu calle, en tu comunidad, en tu casa y en tu conciencia, hay dos enemigos: el imperio de los oligarcas nacionales y extranjeros y esta casta de rastreros infiltrados pitiyanquis que se han venido enriqueciendo a costa de nuestra luchas y que engañan para robarle su dinero al pueblo. Son las instituciones que no entienden que significa el mandato de nuestro Comandante Hugo Rafael Chávez Frías de darle la mayor suma de felicidad posible al pueblo, esta felicidad nunca podrá ser llevarle alimentos más económicos al precio de pasar horas bajo el sol inclemente, para poder comprar más barato, esto es contrarrevolución, hay que darles el trato digno con el que el mismo capitalismo los trata para robarles, no se justificará nunca que mujeres y niños deban esperar una mañana entera bajo un sol inclemente para comprar más barato, no camaradas, ese pueblo precisamente, al que ni siquiera se le da un panfleto mientras está en esa cola injustificable, es el que va a terminar diciendo que con los Adecos se vivía mejor.
Esta revolución, la más necesaria en la historia de nuestra humanidad, debe ser responsabilidad de todos, nuestro comandante Hugo Rafael Chávez Frías precisa de que todos seamos Chávez, precisa la unión y la alianza de todos y no las luchas por cuotas de poder que vivimos a diario, necesita la desprendida entrega a la lucha, el sueño por un mañana de esperanza para los hijos de la patria, el compromiso fiel y patriota, Chávez no puede quedarse sólo, si lo dejáramos solo se pierde la República, quizá hasta se pierda la esperanza de salvar a nuestro planeta.
Contra Franco, contra el Rey Juan Carlos, contra el sionismo, contra el imperialismo, contra el ansia insaciable de riqueza, contra la explotación, contra la guerra y el envenenamiento de nuestro mundo, contra el pasado entero de coloniaje, contra la represión fascista, contra Obama y sus bases, contra el golpe salvaje que somete a Honduras, contra el capitalismo norteamericano, contra todo lo que signifique indignidad, se vive mejor
Luego de la caída de Franco en España, como sucede en Venezuela, los oligarcas son camaleones que se mimetizan con los colores de las luchas sociales para seguir explotando al pueblo.
Raul Bracho
Cuando la imaginación toma por asalto el poder, cuando las generaciones por vivir se expresan, suelen ocurrir estas frases tan cargadas de realismo. Si en los años del Mayo Francés cuando los jóvenes de Nanterre lograron volver a incendiar aquellas viejas calles de adoquines de Paris, tuvo un contenido esta expresión plasmada en un graffiti, hoy lo mantiene quizá con más vigencia.
Franco era un dictador, una gran parte de España y del mundo lo detestaba y luchaba contra él. Se sabía contra quien se estaba, el enemigo era visible, palpable. Uniformes militares eran sinónimo de fascismo aberrante y descarado, la muerte rondaba por las calles, desaparecidos y ajusticiados eran el pan de cada día, se sabía que él era el enemigo y se estaba con él o contra él.
Este graffiti podría escribirse en Venezuela y en muchos países donde de igual forma el disfraz de democracia, de seudos regímenes elegidos por el pueblo, continuó siendo una prolongación de lo mismo ahora mantenido bajo el engaño mediático y la compra de los votos bajo falsas promesas y discursos edulcorados con cantos de libertad. El enemigo ya no era Franco, como no lo es en Venezuela los adecos, pero en España y en Venezuela podemos decir hoy día que contra Franco y contra los Adecos se vivía mejor.
Luego de la caída de Francisco Franco en España, como sucede en Venezuela, los oligarcas son camaleones que se mimetizan con los colores de las luchas sociales y continúan envenenando para seguir explotando al pueblo, reprimiéndolo y sometiéndolo, para perpetuar el coloniaje y la dominación.
Contra los Adecos se vivía mejor, uno se levantaba y podía ser el último día de la vida si los cuerpos de seguridad “la Digepol” nos detenía, pero uno podía hasta morir con la conciencia tranquila de que lo dio todo en la lucha. Hoy los adecos, muchos de ellos, se ponen nuestra franela roja rojita, están en los ministerios gritando ¡Viva Chávez!, y luego se sientan en sus escritorios para entorpecer todo trámite, para no renovarle contratos a los camaradas que entraron a trabajar por la patria con su corazón en las manos, para maltratar al pueblo en nombre de la revolución y para cuadrar cuanto negocio les sea posible para seguir robando los dineros públicos. Son aquellos que el Che describía para quienes la revolución se hacía para vivir de ella y no para morir por su causa. Hoy los Adecos, o cualquier político de la cuarta, arman su empresa y se convierte en “contratistas” de la revolución, son “proveedores”, crean cooperativas de transporte y tienen sus contactos para obtener jugosos contratos igual que antes. Los poderes económicos regionales sufren de este mal endémico heredado de aquellos años. Tan terrible y mortal como un cáncer terminal, pues en nombre de nuestra revolución y nuestra lucha hacia el Socialismo del siglo XXI van dejando en nuestro pueblo desencanto, desamparo, soledad y frustración.
Si aun no nos ha tocado un momento histórico en donde tengamos restricciones por cualquier clase de bloqueo económico, no quisiera ni pensar en ese escenario. Cuba es ejemplar ante la humanidad por su gloriosa dignidad y su gran orgullo con el que se paró enfrente del imperio norteamericano, crisis, escasez y hambre no fueron suficientes para arrodillarlos, al contrario, se crecieron y siguen dando respuestas ingeniosas y valientes.. Aquí seguimos en capitalismo, por ahora. La transición al socialismo requiere de la nueva conciencia revolucionaria y nuestro pueblo debe alzarse altivo y altanero, es la revolución del mundo y no puede ser posible que sigamos creyéndole a los mismos gusanos capitalistas que se nos disfrazan y nos infiltran, que obtienen “contratos” para seguir arrebatando el dinero, para robarlo y menos puede ser posible que el pueblo lo permita, que no se les vaya encima y los desenmascare por temor de cualquier tipo, si antes era un riesgo, aquí se está en Revolución y todos tienen el deber de luchar, de denunciar y quitarles el disfraz. Sin un pueblo con conciencia de clase no podremos superar las situaciones que seguramente nos depara el futuro, el imperio prepara sus baterías y deben ser repelidas con conciencia revolucionaria y no con la sumisión de un pueblo acostumbrado a la pedigüeñería, a la limosna de los anteriores gobiernos.
Venezuela tiene que enfrentar una de las más grandes batallas, la Batalla Admirable en donde preservaremos la Asamblea Nacional, la lucha es hoy y es en todos los frentes, es en tu calle, en tu comunidad, en tu casa y en tu conciencia, hay dos enemigos: el imperio de los oligarcas nacionales y extranjeros y esta casta de rastreros infiltrados pitiyanquis que se han venido enriqueciendo a costa de nuestra luchas y que engañan para robarle su dinero al pueblo. Son las instituciones que no entienden que significa el mandato de nuestro Comandante Hugo Rafael Chávez Frías de darle la mayor suma de felicidad posible al pueblo, esta felicidad nunca podrá ser llevarle alimentos más económicos al precio de pasar horas bajo el sol inclemente, para poder comprar más barato, esto es contrarrevolución, hay que darles el trato digno con el que el mismo capitalismo los trata para robarles, no se justificará nunca que mujeres y niños deban esperar una mañana entera bajo un sol inclemente para comprar más barato, no camaradas, ese pueblo precisamente, al que ni siquiera se le da un panfleto mientras está en esa cola injustificable, es el que va a terminar diciendo que con los Adecos se vivía mejor.
Esta revolución, la más necesaria en la historia de nuestra humanidad, debe ser responsabilidad de todos, nuestro comandante Hugo Rafael Chávez Frías precisa de que todos seamos Chávez, precisa la unión y la alianza de todos y no las luchas por cuotas de poder que vivimos a diario, necesita la desprendida entrega a la lucha, el sueño por un mañana de esperanza para los hijos de la patria, el compromiso fiel y patriota, Chávez no puede quedarse sólo, si lo dejáramos solo se pierde la República, quizá hasta se pierda la esperanza de salvar a nuestro planeta.
Contra Franco, contra el Rey Juan Carlos, contra el sionismo, contra el imperialismo, contra el ansia insaciable de riqueza, contra la explotación, contra la guerra y el envenenamiento de nuestro mundo, contra el pasado entero de coloniaje, contra la represión fascista, contra Obama y sus bases, contra el golpe salvaje que somete a Honduras, contra el capitalismo norteamericano, contra todo lo que signifique indignidad, se vive mejor
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