Murió el poeta, humorista y escritor caraqueño
De modo inesperado y en la cumbre de su expresión artística, muere en un accidente el novio de Caracas. Eterno y vivo aun recorre nuestras calles, barrios y urbanizaciones en un peregrinar eterno, Aquiles Nazoa. Había nacido en la parroquia San Juan y desde muchacho se destacó por su prosa y sus cuentos. Unió la poesía y el humorismo con la militancia política en la izquierda. Fue un asiduo colaborador de diarios como “El Nacional” y “Últimas Noticias”, y en los semanarios “Fantoche”, “Aquí Está” y “El Morrocoy Azul”. Entre sus obras más conocidas está “El Ruiseñor de Catuche”.
GALERÓN CON UNA NEGRA
Desde Guachara al Cajón, de Cazorla a Palo Santo,
no hay negra que baile tanto como mi negra Asunción.
Cuando empieza el galerón y entra mi negra en pelea,
todo el mundo la rodea como hormiguero a huesito.
¡Porque hay que ver lo bonito que esa negra joropea!
Que esa negra joropea bien lo sabe el que la saca,
que la compara a su hamaca cuando hay calor y ventea.
-¡Así es que se escobillea! -le dice algún mocetón.
Y en su honor hace Asunción una figura tan buena,
que como flor de cayena se le esponja el camisón.
Se le esponja el camisón, y el mozo que la ha floreado
salta: -¡Permiso, cuñado, que es conmigo la cuestión!
Luego se ajusta el calzón, la engarza por la cintura
y con tanta donosura se le mueve y la maneja
que la negra lo festeja con una nueva figura.
Con una nueva figura en que ella se le encabrita
como gallina chiquita cuando el gallo la procura.
-¡Venga a verla, don Ventura! -grita alguno hacia el corral,
y desde allí el caporal dice con cara risueña:
-Baila bien esa trigueña; yo la he visto en Guayabal.
Yo la he visto en Guayabal y también en San Femando.
Yo vengo el Llano cruzando de paso para el Yagual,
y aunque decirlo esté mal por parecer pretensión,
desde Guáchara al Cajón, de Cazorla a Palo Santo,
¡no hay negra que baile tanto como mi negra Asunción!
De modo inesperado y en la cumbre de su expresión artística, muere en un accidente el novio de Caracas. Eterno y vivo aun recorre nuestras calles, barrios y urbanizaciones en un peregrinar eterno, Aquiles Nazoa. Había nacido en la parroquia San Juan y desde muchacho se destacó por su prosa y sus cuentos. Unió la poesía y el humorismo con la militancia política en la izquierda. Fue un asiduo colaborador de diarios como “El Nacional” y “Últimas Noticias”, y en los semanarios “Fantoche”, “Aquí Está” y “El Morrocoy Azul”. Entre sus obras más conocidas está “El Ruiseñor de Catuche”.
GALERÓN CON UNA NEGRA
Desde Guachara al Cajón, de Cazorla a Palo Santo,
no hay negra que baile tanto como mi negra Asunción.
Cuando empieza el galerón y entra mi negra en pelea,
todo el mundo la rodea como hormiguero a huesito.
¡Porque hay que ver lo bonito que esa negra joropea!
Que esa negra joropea bien lo sabe el que la saca,
que la compara a su hamaca cuando hay calor y ventea.
-¡Así es que se escobillea! -le dice algún mocetón.
Y en su honor hace Asunción una figura tan buena,
que como flor de cayena se le esponja el camisón.
Se le esponja el camisón, y el mozo que la ha floreado
salta: -¡Permiso, cuñado, que es conmigo la cuestión!
Luego se ajusta el calzón, la engarza por la cintura
y con tanta donosura se le mueve y la maneja
que la negra lo festeja con una nueva figura.
Con una nueva figura en que ella se le encabrita
como gallina chiquita cuando el gallo la procura.
-¡Venga a verla, don Ventura! -grita alguno hacia el corral,
y desde allí el caporal dice con cara risueña:
-Baila bien esa trigueña; yo la he visto en Guayabal.
Yo la he visto en Guayabal y también en San Femando.
Yo vengo el Llano cruzando de paso para el Yagual,
y aunque decirlo esté mal por parecer pretensión,
desde Guáchara al Cajón, de Cazorla a Palo Santo,
¡no hay negra que baile tanto como mi negra Asunción!
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