Héctor Mujica: Un luchador incansable
“Fue un periodista de excepción, excelente columnista, profesor universitario, un hombre de una vasta cultura. Fue un luchador incansable, un detenido político, torturado, un hombre que siempre dio la batalla, que lideró al gremio en la lucha contra la dictadura y durante los gobiernos del pacto de Punto Fijo, también mantuvo la posición muy firme, muy aguerrida de combate a todo lo que significó una desnaturalización del oficio periodístico y creo que debe ser una referencia permanente para sus colegas, ya que fue lo que pudiéramos llamar un periodista orgánico, analista político, un hombre vinculado a la realidad del país, compatibilizó el ejercicio periodístico con sus ideas políticas”.
Conocio al Comandante Ernesto Guevara, o simplemente al Che, como a él le gustaba que le dijesen, en los primerísimo días de la Revolución en La Cabaña, donde se hallaba de Comandante del Fuerte y firmaba las órdenes de ejecución contra los esbirros y torturadores de Batista. Fue una de las primeras entrevistas que se hizo en aquellos días aurorales de enero de 1959.
Sobre el Che dijo:” El Che, seguirá siendo para todos nuestros pueblos, el Comandante del alba, el de los amaneceres que vienen para millones de niños que nacerán sanos, crecerán sanos, vivirán sanos. Será en el mundo socialista latinoamericano, que sobrevendrá después de las luminosas experiencias de la rectificación cubana.
“Fue un periodista de excepción, excelente columnista, profesor universitario, un hombre de una vasta cultura. Fue un luchador incansable, un detenido político, torturado, un hombre que siempre dio la batalla, que lideró al gremio en la lucha contra la dictadura y durante los gobiernos del pacto de Punto Fijo, también mantuvo la posición muy firme, muy aguerrida de combate a todo lo que significó una desnaturalización del oficio periodístico y creo que debe ser una referencia permanente para sus colegas, ya que fue lo que pudiéramos llamar un periodista orgánico, analista político, un hombre vinculado a la realidad del país, compatibilizó el ejercicio periodístico con sus ideas políticas”.
Conocio al Comandante Ernesto Guevara, o simplemente al Che, como a él le gustaba que le dijesen, en los primerísimo días de la Revolución en La Cabaña, donde se hallaba de Comandante del Fuerte y firmaba las órdenes de ejecución contra los esbirros y torturadores de Batista. Fue una de las primeras entrevistas que se hizo en aquellos días aurorales de enero de 1959.
Sobre el Che dijo:” El Che, seguirá siendo para todos nuestros pueblos, el Comandante del alba, el de los amaneceres que vienen para millones de niños que nacerán sanos, crecerán sanos, vivirán sanos. Será en el mundo socialista latinoamericano, que sobrevendrá después de las luminosas experiencias de la rectificación cubana.
Hijo de Pastor Oropeza y de Carmen Mujica, Héctor Daniel Mujica se trasladó de Barquisimeto a Caracas en 1944 para culminar sus estudios de bachillerato en el liceo Andrés Bello, e inicia entonces la actividad que marcará toda su vida.
Se hizo notar por su lucha política comprometida con las causas populares y el socialismo. Ingresa en 1944 a la organización política Unión Popular Venezolana, agrupamiento legal del Partido Comunista de Venezuela (PCV).
Llega al Congreso Nacional como diputado suplente del Distrito Federal por el PCV (1959-1964), y a pesar de su condición de parlamentario fue hecho preso en 1962, a raíz del allanamiento de la inmunidad a los representantes de izquierda. Más adelante, en 1969, fue diputado principal del estado Lara por Unión Para Avanzar (UPA)
En las elecciones presidenciales de 1978 se presentó como candidato presidencial por el PCV, experiencia que calificó como de pedagogía política, al poder llevar los planteamientos del su partido por todo el país.
Como parte de la entrevista que concedió a El Mundo, Mujica señaló: Los partidos políticos tradicionales en Venezuela están agonizantes, Chávez es su sepultero.
Héctor Mujica, representa unos de los intelectuales más importantes del marxismo venezolano del siglo XX. Las ideas que guían el presente estudio, recogen su postura ante la historia, la religión, los medios de comunicación, así como su tesis sobre el progreso y su postura antiimperialista y, de manera muy particular, la teoría socialista como instrumento de interpretación y trasformación de la realidad.
Mujica: la vida de un militante
Héctor Mujica (1927-2002) pertenece a la generación de intelectuales venezolanos que asumen al marxismo como teoría para abordar la realidad venezolana y latinoamericana. Nacido durante el régimen gomecista (1908-1935) aprende desde muy joven a luchar por las reivindicaciones sociales de los más desposeídos.
Ingresa en 1944 a la organización política Unión Popular Venezolana, agrupamiento legal del Partido Comunista (PCV); estos años también marcan sus primeros pasos en el periodismo de opinión, ejercicio desarrollado de manera intensa y apasionada: su primer artículo documentado data del 3 de septiembre de 1944 en El Nacional de Caracas; después colaboraría con diarios como Fantoches, ¡Aquí Está!, El Heraldo, El País y otros más
Héctor Mujica representa unas de las figuras del marxismo venezolano del siglo XX. Su obra ofrece una visión sobre los aspectos más importantes de nuestra historia y sobre tópicos que preocupan a toda la humanidad en este período del capitalismo neoliberal y globalizado.
El progreso científico y tecnológico de la sociedad occidental constituyen para Mujica uno de los signos de nuestro tiempo. Sólo que el uso irracional de sus descubrimientos han colocado a la humanidad en un límite extremo donde la vida pende de un botón, negando en consecuencia su sentido de aportar bienestar y paz a la tierra.
No logra comprender el hecho de que se destinen grandes recursos económicos en experimentos con el sólo propósito de fabricar armas de destrucción masiva; más aún, considera que el uso político imperial que se hace de las armas, para someter a pueblos enteros, refleja una conducta sicópata y criminal que, como lo ha demostrado la historia a través de las trágicas experiencias de Hiroshima y Nagasaki, atenta contra el futuro de la vida sobre el planeta.
Para Mujica es urgente el cese inmediato de esa locura. Se trata de una cuestión ética. Es una batalla por la humanidad que está por encima de las diferencias ideológicas y religiosas, pero que a su vez implica un compromiso político de todos por salvar al mundo. Para él, la lucha por la paz, constituye la razón de ser de la humanidad.
Por ello, cuestiona ese progreso que nos venden las sociedades capitalista, dado que, desde su óptica, nos llevaría a la destrucción de todo el planeta. Para él, la muy concreta y peligrosa realidad de las bombas atómicas y H nos hablan muy claramente de la posibilidad de que en el planeta impere la muerte y destrucción.
En opinión de Mujica, el sistema capitalista ha invadido la esfera de las relaciones humanas, todo tiene el sello del capital o del dinero. La filantropía “como amor al género humano- requiere para su manifestación, del dinero; parece una práctica reservada solo a los poderosos.
Esta lógica absurda del capital, convierte a los pobres en los enemigos del hombre, mientras que aquellos que han pasado su vida acumulando riquezas, a costa de la explotación de las grandes mayorías, son objeto de magnanimidad.
La obra de Mujica está por ser descubierta, pocos estudios considera su legado. Hoy, cuando los movimientos sociales en América Latina protagonizan importantes transformaciones culturales y políticas se hace necesario analizar los aportes del ideario socialista en nuestra América.
Se hizo notar por su lucha política comprometida con las causas populares y el socialismo. Ingresa en 1944 a la organización política Unión Popular Venezolana, agrupamiento legal del Partido Comunista de Venezuela (PCV).
Llega al Congreso Nacional como diputado suplente del Distrito Federal por el PCV (1959-1964), y a pesar de su condición de parlamentario fue hecho preso en 1962, a raíz del allanamiento de la inmunidad a los representantes de izquierda. Más adelante, en 1969, fue diputado principal del estado Lara por Unión Para Avanzar (UPA)
En las elecciones presidenciales de 1978 se presentó como candidato presidencial por el PCV, experiencia que calificó como de pedagogía política, al poder llevar los planteamientos del su partido por todo el país.
Como parte de la entrevista que concedió a El Mundo, Mujica señaló: Los partidos políticos tradicionales en Venezuela están agonizantes, Chávez es su sepultero.
Héctor Mujica, representa unos de los intelectuales más importantes del marxismo venezolano del siglo XX. Las ideas que guían el presente estudio, recogen su postura ante la historia, la religión, los medios de comunicación, así como su tesis sobre el progreso y su postura antiimperialista y, de manera muy particular, la teoría socialista como instrumento de interpretación y trasformación de la realidad.
Mujica: la vida de un militante
Héctor Mujica (1927-2002) pertenece a la generación de intelectuales venezolanos que asumen al marxismo como teoría para abordar la realidad venezolana y latinoamericana. Nacido durante el régimen gomecista (1908-1935) aprende desde muy joven a luchar por las reivindicaciones sociales de los más desposeídos.
Ingresa en 1944 a la organización política Unión Popular Venezolana, agrupamiento legal del Partido Comunista (PCV); estos años también marcan sus primeros pasos en el periodismo de opinión, ejercicio desarrollado de manera intensa y apasionada: su primer artículo documentado data del 3 de septiembre de 1944 en El Nacional de Caracas; después colaboraría con diarios como Fantoches, ¡Aquí Está!, El Heraldo, El País y otros más
Héctor Mujica representa unas de las figuras del marxismo venezolano del siglo XX. Su obra ofrece una visión sobre los aspectos más importantes de nuestra historia y sobre tópicos que preocupan a toda la humanidad en este período del capitalismo neoliberal y globalizado.
El progreso científico y tecnológico de la sociedad occidental constituyen para Mujica uno de los signos de nuestro tiempo. Sólo que el uso irracional de sus descubrimientos han colocado a la humanidad en un límite extremo donde la vida pende de un botón, negando en consecuencia su sentido de aportar bienestar y paz a la tierra.
No logra comprender el hecho de que se destinen grandes recursos económicos en experimentos con el sólo propósito de fabricar armas de destrucción masiva; más aún, considera que el uso político imperial que se hace de las armas, para someter a pueblos enteros, refleja una conducta sicópata y criminal que, como lo ha demostrado la historia a través de las trágicas experiencias de Hiroshima y Nagasaki, atenta contra el futuro de la vida sobre el planeta.
Para Mujica es urgente el cese inmediato de esa locura. Se trata de una cuestión ética. Es una batalla por la humanidad que está por encima de las diferencias ideológicas y religiosas, pero que a su vez implica un compromiso político de todos por salvar al mundo. Para él, la lucha por la paz, constituye la razón de ser de la humanidad.
Por ello, cuestiona ese progreso que nos venden las sociedades capitalista, dado que, desde su óptica, nos llevaría a la destrucción de todo el planeta. Para él, la muy concreta y peligrosa realidad de las bombas atómicas y H nos hablan muy claramente de la posibilidad de que en el planeta impere la muerte y destrucción.
En opinión de Mujica, el sistema capitalista ha invadido la esfera de las relaciones humanas, todo tiene el sello del capital o del dinero. La filantropía “como amor al género humano- requiere para su manifestación, del dinero; parece una práctica reservada solo a los poderosos.
Esta lógica absurda del capital, convierte a los pobres en los enemigos del hombre, mientras que aquellos que han pasado su vida acumulando riquezas, a costa de la explotación de las grandes mayorías, son objeto de magnanimidad.
La obra de Mujica está por ser descubierta, pocos estudios considera su legado. Hoy, cuando los movimientos sociales en América Latina protagonizan importantes transformaciones culturales y políticas se hace necesario analizar los aportes del ideario socialista en nuestra América.
No hay comentarios:
Publicar un comentario