Fedecámaras y la ultraderecha usurpa el poder. Son disueltas las instituciones . Violencia y represión fascista.
Se inicia una operación militar de rescate constitucional desde Maracay
Tal día como hoy, el 12 de abril de 2002, entre las 3 y 4 de la madrugada, el presidente Chávez fue secuestrado y conducido prisionero al Fuerte Tiuna, asiento de los generales golpistas alzados en armas contra la Constitución. Mientras una multitud rodeaba el Palacio de Miraflores para reiterar su lealtad al presidente Chávez, los generales golpistas habían dado un ultimátum para bombardear la sede del Gobierno.
Consumado el golpe, el presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), Pedro Carmona, rodeado de prominentes políticos de la ultraderecha, representantes del gran capital y de los medios privados, el Opus Dei y el cardenal José Ignacio Velasco, prominentes dirigentes de los viejos partidos Acción Democrática (AD) y el Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI), procedió a autoproclamarse Presidente de la República y a leer un decreto mediante el cual se disolvían la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral, y se destituían al Fiscal General, al Contralor General y al Defensor del Pueblo. Simultáneamente se desató una furiosa represión contra el pueblo en lo barrios y numerosas personalidades, como el ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín, el gobernador del Estado Táchira, Ronald Blanco La Cruz, y el diputado a la Asamblea Nacional Tarek William Saab. Funcionarios de la Embajada y la Misión Militar estadounidense jugaron un papel decisivo en la organización y dirección de los golpistas.
Los medios privados de comunicación elogiaron el golpe de Estado y silenciaron la resistencia popular y militar que comenzó a manifestarse el mismo 12 de abril y convocaba al país a restaurar la legitimidad democrática. En toda la nación, el pueblo se movilizaba para enfrenar y derrotar el golpe fascista.
Tal día como hoy, el 12 de abril de 2002, entre las 3 y 4 de la madrugada, el presidente Chávez fue secuestrado y conducido prisionero al Fuerte Tiuna, asiento de los generales golpistas alzados en armas contra la Constitución. Mientras una multitud rodeaba el Palacio de Miraflores para reiterar su lealtad al presidente Chávez, los generales golpistas habían dado un ultimátum para bombardear la sede del Gobierno.
Consumado el golpe, el presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), Pedro Carmona, rodeado de prominentes políticos de la ultraderecha, representantes del gran capital y de los medios privados, el Opus Dei y el cardenal José Ignacio Velasco, prominentes dirigentes de los viejos partidos Acción Democrática (AD) y el Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI), procedió a autoproclamarse Presidente de la República y a leer un decreto mediante el cual se disolvían la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral, y se destituían al Fiscal General, al Contralor General y al Defensor del Pueblo. Simultáneamente se desató una furiosa represión contra el pueblo en lo barrios y numerosas personalidades, como el ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín, el gobernador del Estado Táchira, Ronald Blanco La Cruz, y el diputado a la Asamblea Nacional Tarek William Saab. Funcionarios de la Embajada y la Misión Militar estadounidense jugaron un papel decisivo en la organización y dirección de los golpistas.
Los medios privados de comunicación elogiaron el golpe de Estado y silenciaron la resistencia popular y militar que comenzó a manifestarse el mismo 12 de abril y convocaba al país a restaurar la legitimidad democrática. En toda la nación, el pueblo se movilizaba para enfrenar y derrotar el golpe fascista.
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