LEDEZMA DESAFÍA AL PUEBLO de Caracas. Pretende apoderarse de las calles el primero de Mayo. Tiene el apoyo de los mafiosos de la CTV, verdaderos cadáveres vivientes con más de medio siglo de sumisión a la estrategia estadounidense y de espaldas a los intereses de los trabajadores. Tremenda alianza entre sobrevivientes del pudridero de la Cuarta República. Los desafiantes vienen de sufrir una aplastante derrota en la última contienda electoral. Más de un millón de votos de paliza corrida; y, al mismo tiempo, de la polvareda levantada por Manuel Rosales con su estampida al Perú. ¿Con qué moral los vencidos van a tomar las calles el día dedicado a las victorias de la clase obrera?
QUE SE OLVIDE LEDEZMA de arrastrar a su convocatoria a los escuálidos del este de Caracas. Pero, ¿cómo? Si ya están haciendo las maletas para irse a Miami, a las islas Caimán, a Cartagena, a los casinos de Aruba y Curazao; o si no, a las playas de Margarita. ¡Qué comunismo más cruel éste de Chávez! No hay puente de vacaciones en el que no se agoten los pasajes para irse de rumba. Ya para este fin de semana era difícil conseguir un cupo en los hoteles de playa o de montaña. Olvídate, Antonio, de esa marcha del primero de Mayo. Rugido de ratones.
LA ÚLTIMA GENIALIDAD de los escualidos es inventar un debate sobre el diferendo entre Colombia y Venezuela para acusar a Chávez de “entregar los derechos de Venezuela en el golfo de Venezuela”. Nada más peregrino que presentar a Chávez en el papel de ceder los derechos históricos, geográficos y legítimos de Venezuela. Se trata de un intento de difundir especies calumniosas en el seno de la Fuerza Armada. Nadie va a creer en el cuento inventado en los laboratorios de la guerra sucia ante el apremio de la desesperación. A la oposición le ha fallado todo. Su último plan de guarimbas estaba muerto al nacer, porque se afirmaba en premisas falsas sobre un supuesto descontento entre maestros y médicos. Ahora, con la trama sobre el golfo de Venezuela, pretenden levantar una bandera.
HABRA QUÉ INVENTAR una condecoración para distinguir la inconsecuencia de gobernadores, alcaldes y empresas del Estado que pagan publicidad en los medios de comunicación adversarios de la Revolución, mientras niegan sus avisos a la prensa revolucionaria. ¡Cómo vamos a forjar instrumentos para la batalla política e ideológica si abandonamos a los nuestros para fortalecer al enemigo! ¡Que Dios los perdone, porque el pueblo no lo hará!
QUE SE OLVIDE LEDEZMA de arrastrar a su convocatoria a los escuálidos del este de Caracas. Pero, ¿cómo? Si ya están haciendo las maletas para irse a Miami, a las islas Caimán, a Cartagena, a los casinos de Aruba y Curazao; o si no, a las playas de Margarita. ¡Qué comunismo más cruel éste de Chávez! No hay puente de vacaciones en el que no se agoten los pasajes para irse de rumba. Ya para este fin de semana era difícil conseguir un cupo en los hoteles de playa o de montaña. Olvídate, Antonio, de esa marcha del primero de Mayo. Rugido de ratones.
LA ÚLTIMA GENIALIDAD de los escualidos es inventar un debate sobre el diferendo entre Colombia y Venezuela para acusar a Chávez de “entregar los derechos de Venezuela en el golfo de Venezuela”. Nada más peregrino que presentar a Chávez en el papel de ceder los derechos históricos, geográficos y legítimos de Venezuela. Se trata de un intento de difundir especies calumniosas en el seno de la Fuerza Armada. Nadie va a creer en el cuento inventado en los laboratorios de la guerra sucia ante el apremio de la desesperación. A la oposición le ha fallado todo. Su último plan de guarimbas estaba muerto al nacer, porque se afirmaba en premisas falsas sobre un supuesto descontento entre maestros y médicos. Ahora, con la trama sobre el golfo de Venezuela, pretenden levantar una bandera.
HABRA QUÉ INVENTAR una condecoración para distinguir la inconsecuencia de gobernadores, alcaldes y empresas del Estado que pagan publicidad en los medios de comunicación adversarios de la Revolución, mientras niegan sus avisos a la prensa revolucionaria. ¡Cómo vamos a forjar instrumentos para la batalla política e ideológica si abandonamos a los nuestros para fortalecer al enemigo! ¡Que Dios los perdone, porque el pueblo no lo hará!
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