La inseguridad: Un problema con múltiples aristas (I) Antonia Muñoz
Una vez más opino sobre un problema que preocupa, afecta e incumbe a todos los venezolanos. Por lo tanto, es obligatorio un análisis concienzudo del asunto, por lo tanto, el enfoque simplista, tergiversado e interesado de algunos actores debe descartarse porque es irresponsable con el país.
La primera premisa que debe tenerse muy presente es que la inseguridad no es un problema de incubación y manifestación reciente, y la segunda es que su solución no descansa sólo en la actuación policial.
Ciertamente, la policía (incluye la Guardia Nacional) con su presencia en la calle tiene la función de prevenir la comisión de los delitos; y una vez cometido éstos, la policía también tiene la función de perseguir y apresar a los infractores y ponerlos a la orden del Ministerio Público (Fiscalía).
De aquí en adelante la pelota queda en el campo de la Fiscalía y de los Tribunales, que son las dos instancias encargadas de administrar justicia. Necesario es recordar que el CICPC (antes PTJ) es la policía investigativa por excelencia, que se activa en el estudio de cada caso a solicitud del Ministerio Público.
Para continuar en el análisis de este cáncer social que nos atribula a todos, es necesario preguntarnos ¿Cómo se forman los delincuentes y cómo se entronizan los delitos en un país? Para responder a la pregunta de cuándo la delincuencia se desató y se entronizó en nuestro querido país, tengo un termómetro muy personal, que aunque suene anecdótico y personalista, me permite opinar a la luz de mis propias vivencias.
Estudié y trabajé en Caracas por 11 años ininterrumpidos hasta el 05 de junio de 1975.Los últimos tres años, además de dictar clases diurnas en la Unidad Escolar Gran Colombia, daba clases durante 3 noches en la Técnica del Oeste (subida hacia El Junquito), y luego fui transferida al liceo Nicolás Copérnico de Caricuao.
Llegaba a mi casa entre 10 y 11 de la noche, guardaba el vehículo a dos cuadras y caminaba en Prado de María (Cementerio) hacia el bloque donde vivía y nunca sufrí ni siquiera un "arrebatón", delito que apenas se comenzaba a mencionar en las conversaciones cotidianas.
Cuando el Presidente Chávez recibió el gobierno en febrero de 1999, la inseguridad era el problema N° 1 del país y la pobreza general ya tocaba el 80% de la población.
Exhorto a los estudiosos y responsables del área de seguridad a que hagan un trabajo que muestre la evolución del delito y sus causas desencadenantes en las principales ciudades de Venezuela entre 1970 y el 2000. Insisto en estas generalidades porque es necesario asegurarnos que tenemos la radiografía correcta del cáncer social que es la inseguridad, y que en consecuencia estamos atacando la enfermedad con el tratamiento adecuado.
En el próximo artículo analizaremos el papel de la familia, la escuela, el vecindario, los medios de comunicación, la iglesia, los dirigentes políticos...Como ven la inseguridad es un problema multifactorial.
Una vez más opino sobre un problema que preocupa, afecta e incumbe a todos los venezolanos. Por lo tanto, es obligatorio un análisis concienzudo del asunto, por lo tanto, el enfoque simplista, tergiversado e interesado de algunos actores debe descartarse porque es irresponsable con el país.
La primera premisa que debe tenerse muy presente es que la inseguridad no es un problema de incubación y manifestación reciente, y la segunda es que su solución no descansa sólo en la actuación policial.
Ciertamente, la policía (incluye la Guardia Nacional) con su presencia en la calle tiene la función de prevenir la comisión de los delitos; y una vez cometido éstos, la policía también tiene la función de perseguir y apresar a los infractores y ponerlos a la orden del Ministerio Público (Fiscalía).
De aquí en adelante la pelota queda en el campo de la Fiscalía y de los Tribunales, que son las dos instancias encargadas de administrar justicia. Necesario es recordar que el CICPC (antes PTJ) es la policía investigativa por excelencia, que se activa en el estudio de cada caso a solicitud del Ministerio Público.
Para continuar en el análisis de este cáncer social que nos atribula a todos, es necesario preguntarnos ¿Cómo se forman los delincuentes y cómo se entronizan los delitos en un país? Para responder a la pregunta de cuándo la delincuencia se desató y se entronizó en nuestro querido país, tengo un termómetro muy personal, que aunque suene anecdótico y personalista, me permite opinar a la luz de mis propias vivencias.
Estudié y trabajé en Caracas por 11 años ininterrumpidos hasta el 05 de junio de 1975.Los últimos tres años, además de dictar clases diurnas en la Unidad Escolar Gran Colombia, daba clases durante 3 noches en la Técnica del Oeste (subida hacia El Junquito), y luego fui transferida al liceo Nicolás Copérnico de Caricuao.
Llegaba a mi casa entre 10 y 11 de la noche, guardaba el vehículo a dos cuadras y caminaba en Prado de María (Cementerio) hacia el bloque donde vivía y nunca sufrí ni siquiera un "arrebatón", delito que apenas se comenzaba a mencionar en las conversaciones cotidianas.
Cuando el Presidente Chávez recibió el gobierno en febrero de 1999, la inseguridad era el problema N° 1 del país y la pobreza general ya tocaba el 80% de la población.
Exhorto a los estudiosos y responsables del área de seguridad a que hagan un trabajo que muestre la evolución del delito y sus causas desencadenantes en las principales ciudades de Venezuela entre 1970 y el 2000. Insisto en estas generalidades porque es necesario asegurarnos que tenemos la radiografía correcta del cáncer social que es la inseguridad, y que en consecuencia estamos atacando la enfermedad con el tratamiento adecuado.
En el próximo artículo analizaremos el papel de la familia, la escuela, el vecindario, los medios de comunicación, la iglesia, los dirigentes políticos...Como ven la inseguridad es un problema multifactorial.
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