!Proletarios de todos los países, uníos¡
Jesús G. Faría
Con esa consigna encabezaron Carlos Marx y Federico Engels uno de los más famosos y difundidos escritos políticos de la historia: El manifiesto comunista. En el texto redactado en aquel lejano 1848, argumentó en forma científica la necesidad de la transición del capitalismo al socialismo, y la necesidad de unir a los trabajadores del mundo en su lucha contra ese sistema y por la instauración de otro, basado en la igualdad social y la solidaridad. La propuesta era absolutamente lógica: el capitalismo tiende inexorablemente a la internacionalización y ha generado un mercado mundial, implantando su orden social, económico, político cultural por todo el planeta, por lo que solo podrá ser derrocado si existe una articulación igualmente universal de la clase obrera, clase social cuya misión histórica consiste precisamente en su derrocamiento.
Si esa premisa era válida hace más de siglo y medio, hoy se constituye en una necesidad impostergable. El capitalismo no solo se ha desplegado planetariamente, sin ningún tipo de límites, de la mano de la expansión de las corporaciones transnacionales y de los Estados imperialistas, sino que el sistema ya no puede desarrollarse sin agudizar los principales problemas de la humanidad, problemas que ponen en tela de juicio la posibilidad de existencia de la raza humana.
Las primeras cuatro
Consecuentes con sus postulados teóricos, Carlos Marx y Federico Engels fundan en 1864 la 1ra Internacional, (Asociación Internacional de Trabajadores).
Esta jugó un papel relevante en la difusión del socialismo científico y en la organización de los partidos obreros. Una contribución especial de esta internacional fue su participación en la dirección de la Comuna de París (1871), según palabras de Marx, primer intento de los obreros de tomar el cielo por asalto.
Posteriormente, en el año de 1889, Federico Engels funda la 2da Internacional con la participación de partidos socialdemócratas y socialistas de Europa, cuyas doctrinas giraban en torno al marxismo. Esta experiencia fue inicialmente positiva, pero pronto su produjeron agudas contradicciones en cuanto a la forma de transitar al socialismo. El ala derechista encabezada por Kautsky y Bernstein pugnaban por la reforma del sistema capitalista como vía para su “disolución”, en tanto que la izquierda encabezada por Lenin se mantenía firme en el terreno de la lucha de clases y la necesidad de suprimir al sistema de explotación capitalista por la vía revolucionaria.
Con la I Guerra Mundial estas contradicciones se agudizan. La derecha apoya a “sus gobiernos nacionales”, mientras que la izquierda ataca la guerra como una acción bélica imperialista de conquista y expoliación de los pueblos, conduciendo al final de la 2da Internacional.
La 3ra Internacional, también llamada Comitern, es fundada por Lenin en un escenario mundial caracterizado por la victoriosa Revolución Bolchevique y la invasión imperialista que perseguía, según poéticas palabras de Churchill “ahogar la criatura en la cuna”.
La unidad del movimiento obrero internacional no solo era necesaria para salvar al primer Estado obrero-campesino victorioso de la historia, sino también para estimular la revolución mundial. Superada esta etapa de efervescencia revolucionaria, la tarea fundamental del Comitern consistió en dirigir la lucha de los partidos comunistas y obreros del mundo, así como desarrollar una intensa confrontación ideológica.
Finalmente, la 4ta Internacional fundada por Trotsky trató de agrupar organizaciones políticas que respaldaban la tesis de la revolución permanente y distanciada de la dirección del Partido Comunista de la Unión Soviética encabezado por Stalin.
Esta 4ta Internacional, aún existente, ha tenido una incidencia muy focalizada en la organización de los partidos obreros y revolucionarios en general.
La quinta
En un contexto de aguda crisis del capitalismo y auge revolucionario en América Latina, de aceleración de la transición al socialismo en nuestro país y de arremetida imperialista, el comandante Chávez lanza la propuesta de la V Internacional, la cual debe ser concretada de manera cuidadosa, pues de ella dependerá el éxito de nuestras luchas por el socialismo a escala mundial.
En ese sentido, es indispensable establecer un fundamento ideológico y programático orientado por la lucha antiimperialista y el socialismo, lo cual establecería un parámetro claro para los futuros miembros. Asimismo, es preciso constituir un mecanismo organizativo que con un centro de dirección que, a su vez, permita establecer las líneas más generales de nuestras luchas conjuntas.
Entre tanto, este mecanismo debe ser lo suficientemente flexible para que los destacamentos nacionales de este movimiento puedan desplegar sus iniciativas y luchas con la autonomía que le impone la realidad nacional.
Como vemos, no es tareas fácil construir la V Internacional pero si un objetivo absolutamente indispensable
Jesús G. Faría
Con esa consigna encabezaron Carlos Marx y Federico Engels uno de los más famosos y difundidos escritos políticos de la historia: El manifiesto comunista. En el texto redactado en aquel lejano 1848, argumentó en forma científica la necesidad de la transición del capitalismo al socialismo, y la necesidad de unir a los trabajadores del mundo en su lucha contra ese sistema y por la instauración de otro, basado en la igualdad social y la solidaridad. La propuesta era absolutamente lógica: el capitalismo tiende inexorablemente a la internacionalización y ha generado un mercado mundial, implantando su orden social, económico, político cultural por todo el planeta, por lo que solo podrá ser derrocado si existe una articulación igualmente universal de la clase obrera, clase social cuya misión histórica consiste precisamente en su derrocamiento.
Si esa premisa era válida hace más de siglo y medio, hoy se constituye en una necesidad impostergable. El capitalismo no solo se ha desplegado planetariamente, sin ningún tipo de límites, de la mano de la expansión de las corporaciones transnacionales y de los Estados imperialistas, sino que el sistema ya no puede desarrollarse sin agudizar los principales problemas de la humanidad, problemas que ponen en tela de juicio la posibilidad de existencia de la raza humana.
Las primeras cuatro
Consecuentes con sus postulados teóricos, Carlos Marx y Federico Engels fundan en 1864 la 1ra Internacional, (Asociación Internacional de Trabajadores).
Esta jugó un papel relevante en la difusión del socialismo científico y en la organización de los partidos obreros. Una contribución especial de esta internacional fue su participación en la dirección de la Comuna de París (1871), según palabras de Marx, primer intento de los obreros de tomar el cielo por asalto.
Posteriormente, en el año de 1889, Federico Engels funda la 2da Internacional con la participación de partidos socialdemócratas y socialistas de Europa, cuyas doctrinas giraban en torno al marxismo. Esta experiencia fue inicialmente positiva, pero pronto su produjeron agudas contradicciones en cuanto a la forma de transitar al socialismo. El ala derechista encabezada por Kautsky y Bernstein pugnaban por la reforma del sistema capitalista como vía para su “disolución”, en tanto que la izquierda encabezada por Lenin se mantenía firme en el terreno de la lucha de clases y la necesidad de suprimir al sistema de explotación capitalista por la vía revolucionaria.
Con la I Guerra Mundial estas contradicciones se agudizan. La derecha apoya a “sus gobiernos nacionales”, mientras que la izquierda ataca la guerra como una acción bélica imperialista de conquista y expoliación de los pueblos, conduciendo al final de la 2da Internacional.
La 3ra Internacional, también llamada Comitern, es fundada por Lenin en un escenario mundial caracterizado por la victoriosa Revolución Bolchevique y la invasión imperialista que perseguía, según poéticas palabras de Churchill “ahogar la criatura en la cuna”.
La unidad del movimiento obrero internacional no solo era necesaria para salvar al primer Estado obrero-campesino victorioso de la historia, sino también para estimular la revolución mundial. Superada esta etapa de efervescencia revolucionaria, la tarea fundamental del Comitern consistió en dirigir la lucha de los partidos comunistas y obreros del mundo, así como desarrollar una intensa confrontación ideológica.
Finalmente, la 4ta Internacional fundada por Trotsky trató de agrupar organizaciones políticas que respaldaban la tesis de la revolución permanente y distanciada de la dirección del Partido Comunista de la Unión Soviética encabezado por Stalin.
Esta 4ta Internacional, aún existente, ha tenido una incidencia muy focalizada en la organización de los partidos obreros y revolucionarios en general.
La quinta
En un contexto de aguda crisis del capitalismo y auge revolucionario en América Latina, de aceleración de la transición al socialismo en nuestro país y de arremetida imperialista, el comandante Chávez lanza la propuesta de la V Internacional, la cual debe ser concretada de manera cuidadosa, pues de ella dependerá el éxito de nuestras luchas por el socialismo a escala mundial.
En ese sentido, es indispensable establecer un fundamento ideológico y programático orientado por la lucha antiimperialista y el socialismo, lo cual establecería un parámetro claro para los futuros miembros. Asimismo, es preciso constituir un mecanismo organizativo que con un centro de dirección que, a su vez, permita establecer las líneas más generales de nuestras luchas conjuntas.
Entre tanto, este mecanismo debe ser lo suficientemente flexible para que los destacamentos nacionales de este movimiento puedan desplegar sus iniciativas y luchas con la autonomía que le impone la realidad nacional.
Como vemos, no es tareas fácil construir la V Internacional pero si un objetivo absolutamente indispensable
1 comentario:
Somos Comunistas, no Socialistas
Jerónimo Carrera
Al parecer aquí en Venezuela todavía hay muchas gentes que no saben diferenciar, o simulan no saberlo, entre el comunismo y el socialismo. Quizás algunos creen que el pueblo venezolano puede ser engañado en tal sentido, al punto de aceptar a los socialistas como los buenos y rechazar a los comunistas como los malos.
Lo cierto es que sí hay una enorme diferencia entre uno y otro de estos dos grandes movimientos políticos, ambos de carácter y actuación internacionales.
Pero lo esencial de este asunto es que en ningún país de todo el amplio mundo, y son unos doscientos, los socialistas siquiera han intentado abolir la propiedad privada de los medios de producción, lo cual constituye el paso indispensable para construir una nueva sociedad. Pese a que partidos socialistas han sido gobierno una y otra vez –y lo son hoy- en muchas partes y momentos
En cambio, donde quiera que un Partido Comunista ha asumido el poder, de inmediato y aunque en diversas condiciones, lo primero que ha hecho es comenzar a aplicar su programa. Porque de lo que se trata no es explicar el mundo, sino de transformarlo… como muy bien lo dijo ya Karl Marx en su histórica Tesis 11.
Que hemos cometido errores, a veces enormes, es cierto. Pero ha sido siempre en tareas de la construcción de un mundo mejor.
Ahora en nuestro país se ha comenzado a hablar de la fundación de una nueva internacional, pero sin precisar bien sus orientaciones ideológicas y menos su composición clasista. Incluso se ha dicho en tal sentido una barbaridad, al presentarla como que ella sería la V, es decir, una heredera o continuadora de una supuesta IV que habría sido fundada por León Trotsky, y en la cual habría cabida hasta para la izquierda socialcristiana… O sea para Tirios y Troyanos.
Todo esto es necesario decirlo ahora para que se conozca mejor lo que significa, en realidad, un paso tan grave como el de crear una nueva internacional. Es algo que los escasos discípulos que en el mundo dejó Trotsky, asesinado en México en 1940, justo antes de estallar la II Guerra Mundial, han estado tratando de lograr desde aquel tiempo y en diversas formas, pero siempre con la intención de golpear lo más posible a los Partidos Comunistas.
Pero es bien conocido el hecho de que el llamado trotskysta no ha tenido nunca eco aquí en Venezuela, al punto de no haber habido acá hasta hace poco ningún grupo que se proclamara como tal. Ha sido en estos últimos tiempos que ha aflorado un trabajo de zapa, incluso en los más altos predios gubernamentales, de agentes suyos provenientes de sus reductos extranjeros, como el de Bruselas.
Pues una de sus tácticas características es la de infiltrar agentes donde quiera que estalle un movimiento revolucionario, y buscar entrar en sus posiciones de gobierno cuando ese movimiento triunfa.
También es necesario que se conozca bien la posición que los comunistas tenemos respecto a los socialdemócratas en general. Ya a partir de 1935 la Internacional Comunista llamó a constituir lo que se denominó Frentes Populares, lo más amplios posibles, y así se triunfó, por ejemplo, en Francia y en Chile. Tal sigue siendo la política de los comunistas en todas partes.
Pero eso no puede en modo alguno significar que vayamos a querer hacer lo que en criollo se llama “un arroz con mango”, mezclando ideas y propósitos distintos. Tenemos siempre en cuenta que cuando los bolcheviques rusos tomaron el poder, en 1917, y un poco después decidieron no llamarse más socialistas sino comunistas.
Lenin, que así lo había propuesto, dijo que había llegado la hora de echar al cesto la ropa sucia… En fin, yo también digo: somos comunistas, no socialistas.
Publicar un comentario