Se cumplen 110 años de la muerte en 1899 en La Habana, Cuba, del prócer hijo de un venezolano Antonio Maceo, llamado el Titán de Bronce y quien destacó en la lucha por la Independencia de Cuba frente a la tiranía española. Héroe nacional cubano peleaba animando a quien lo seguían con el grito: “la libertad no se pide, se conquista”.
El General Antonio Maceo y Grajales (Santiago de Cuba, 14 de junio de 1845 - Punta Brava, 7 de diciembre de 1896), fue el segundo Jefe Militar del Ejército Libertador. Conocido como "El Titán de Bronce" Maceo fue uno de los líderes independentistas más destacados de la segunda mitad del siglo XIX en América Latina.
Su padre fue un mulato (mestizo) venezolano Marcos Maceo quien viajó a Santiago de Cuba, desde Venezuela en 1823 después de que varios de sus compañeros se exiliaran desde América del Sur. Se casó con Mariana Grajales, una morena liberta (así se llamaba a los afrocubanos que habían obtenido la libertad de una manera u otra)
En las cercanías de Punta Brava, finca de San Pedro, Maceo avanzaba solamente acompañado de su escolta personal (dos hombres), el médico de su Estado Mayor, el Brigadier General José Miró Argenter y una pequeña tropa de no más de 20 hombres. Cuando intentaban cortar una cerca para continuar la marcha fueron detectados por una fuerte columna española, que abrió un intenso fuego. Al lograr cortar una parte de la cerca y decir "¡Esto va bien!", Maceo fue alcanzado por dos disparos: uno en el torso, no grave y otro que luego de quebrarle la mandíbula le penetró en el cráneo. Sus compañeros no pudieron transportarle por intensificarse el fuego y junto a él quedó solamente el Teniente Francisco Gómez Toro, hijo de Máximo Gómez, quien voluntariamente enfrentó a la columna española para proteger el cadáver del general. Luego de ser herido de bala varias veces, los españoles lo remataron salvajemente a machetazos, dejando los dos cuerpos abandonados, sin saber la identidad de los caídos.
Los cadáveres de Maceo y Panchito fueron recogidos al día siguiente por el Coronel habanero Aranguren, quien al saber lo ocurrido se dirigió de inmediato al lugar. Luego fueron enterrados en secreto en la finca de dos hermanos, quienes juraron guardar el secreto hasta que Cuba fuese libre e independiente y pudieran llevarse a cabo los honores militares correspondientes.
Actualmente, los restos mortales de Antonio Maceo y Grajales y Francisco Gómez Toro descansan el el monumento del Cacahual, cercano a los límites de la antigua finca de San Pedro, y es lugar de peregrinación de los cubanos. Es ya una tradición que las graduaciones de las academias militares cubanas se realizan junto al Cacahual.
Antonio Maceo y Grajales no solamente fue una figura clave en el movimiento independentista cubano de la segunda mitad del siglo XIX, además de un genial estratega militar. Su pensamiento libertario, basado en el honor y la virtud, marcó el pensamiento de la generación que le siguió, junto al pensamiento vasto y abarcador de José Martí y puede decirse que continúa viviendo entre lo mejor de la juventud cubana. Siendo masón, en su epistolario se puede leer más de una vez su credo basado en "Dios, la Razón y la Virtud".
De filiación política democrática, hizo hincapié en buscar la fórmula para la "libertad, igualdad y fraternidad", aludiendo a los tres principios básicos de la Revolución Francesa y definiendo la búsqueda de la justicia social. y previendo las ansias de expansión de los Estados Unidos (daba por sentado que Cuba alcanzaría la independencia), expresó su frase más conocida, en una carta a un patriota y amigo:
"El que intente apoderarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha"
El General Antonio Maceo y Grajales (Santiago de Cuba, 14 de junio de 1845 - Punta Brava, 7 de diciembre de 1896), fue el segundo Jefe Militar del Ejército Libertador. Conocido como "El Titán de Bronce" Maceo fue uno de los líderes independentistas más destacados de la segunda mitad del siglo XIX en América Latina.
Su padre fue un mulato (mestizo) venezolano Marcos Maceo quien viajó a Santiago de Cuba, desde Venezuela en 1823 después de que varios de sus compañeros se exiliaran desde América del Sur. Se casó con Mariana Grajales, una morena liberta (así se llamaba a los afrocubanos que habían obtenido la libertad de una manera u otra)
En las cercanías de Punta Brava, finca de San Pedro, Maceo avanzaba solamente acompañado de su escolta personal (dos hombres), el médico de su Estado Mayor, el Brigadier General José Miró Argenter y una pequeña tropa de no más de 20 hombres. Cuando intentaban cortar una cerca para continuar la marcha fueron detectados por una fuerte columna española, que abrió un intenso fuego. Al lograr cortar una parte de la cerca y decir "¡Esto va bien!", Maceo fue alcanzado por dos disparos: uno en el torso, no grave y otro que luego de quebrarle la mandíbula le penetró en el cráneo. Sus compañeros no pudieron transportarle por intensificarse el fuego y junto a él quedó solamente el Teniente Francisco Gómez Toro, hijo de Máximo Gómez, quien voluntariamente enfrentó a la columna española para proteger el cadáver del general. Luego de ser herido de bala varias veces, los españoles lo remataron salvajemente a machetazos, dejando los dos cuerpos abandonados, sin saber la identidad de los caídos.
Los cadáveres de Maceo y Panchito fueron recogidos al día siguiente por el Coronel habanero Aranguren, quien al saber lo ocurrido se dirigió de inmediato al lugar. Luego fueron enterrados en secreto en la finca de dos hermanos, quienes juraron guardar el secreto hasta que Cuba fuese libre e independiente y pudieran llevarse a cabo los honores militares correspondientes.
Actualmente, los restos mortales de Antonio Maceo y Grajales y Francisco Gómez Toro descansan el el monumento del Cacahual, cercano a los límites de la antigua finca de San Pedro, y es lugar de peregrinación de los cubanos. Es ya una tradición que las graduaciones de las academias militares cubanas se realizan junto al Cacahual.
Antonio Maceo y Grajales no solamente fue una figura clave en el movimiento independentista cubano de la segunda mitad del siglo XIX, además de un genial estratega militar. Su pensamiento libertario, basado en el honor y la virtud, marcó el pensamiento de la generación que le siguió, junto al pensamiento vasto y abarcador de José Martí y puede decirse que continúa viviendo entre lo mejor de la juventud cubana. Siendo masón, en su epistolario se puede leer más de una vez su credo basado en "Dios, la Razón y la Virtud".
De filiación política democrática, hizo hincapié en buscar la fórmula para la "libertad, igualdad y fraternidad", aludiendo a los tres principios básicos de la Revolución Francesa y definiendo la búsqueda de la justicia social. y previendo las ansias de expansión de los Estados Unidos (daba por sentado que Cuba alcanzaría la independencia), expresó su frase más conocida, en una carta a un patriota y amigo:
"El que intente apoderarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha"
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