OÍDO AL TAMBOR
Mariadela Villanueva
El Socialismo del Siglo XXI y a la venezolana está en plena construcción, no hay ningún manual de instrucciones para hacer una revolución en democracia, en un país petrolero y en medio de una confrontación con una oposición irracional y apátrida que sabotea, desde afuera y desde adentro, las acciones que emprende el Gobierno.
Por ello, hoy más que nunca se requiere que todos los que creemos en el socialismo, empujemos en una misma dirección para poder avanzar en la construcción de la nueva Venezuela.
Consciente de la importancia del papel del PSUV dentro del proceso y de la necesidad urgente de su organización y de contar con unos principios y un sustento teórico básico para poder definir un programa, Chávez le ha dado varios meses al Congreso Extraordinario para trabajar en el fortalecimiento del partido y para debatir a profundidad temas vitales para la transformación revolucionaria del país.
Estos temas están recogidos en el documento las “Tesis Principales a debatir en el I Congreso Extraordinario del PSUV”, entregado a la militancia para su consideración y presentación de propuestas.
Sin embargo, olvidando que una de las materias a considerar se titula “Se deben eliminar los errores” y que uno de los mayores triunfos del proceso revolucionario es el empoderamiento del pueblo, el lunes se le entregó el material a los militantes de a pie para que lo estudiaran y presentaran sus propuestas antes del miércoles (sobre “la clase obrera y el PSUV”, “la eliminación del Estado burgués”, “el fortalecimiento de la ideología socialista”, etc. etc. etc.), a fin de que los delegados por estados pudieran integrar los documentos y llevarlos al Congreso el fin de semana.
La militancia no ha olvidado que durante el Congreso Fundacional también se le dio un tiempo perentorio para pronunciarse sobre los principios y la organización del partido, y todavía se pregunta ¿Qué pasó con sus planteamientos y propuestas?
De allí que muchas patrullas, ejerciendo su legítimo derecho y su poder, hayan decidido seguir trabajando los temas y exigirles a sus delegados que velen porque sus opiniones sean tomadas en cuenta.
Supongo que las personas encargadas de establecer la dinámica de trabajo del Congreso no se le escapa que la militancia del PSUV --“chavista” pero crítica del Gobierno y de los “líderes” del partido-- es la que garantiza la viabilidad del proceso.
Por lo tanto, como sujeto central de la transformación debe ser respetada y tomada en serio, porque de su participación y activismo depende el futuro de este proceso.
Mariadela Villanueva
El Socialismo del Siglo XXI y a la venezolana está en plena construcción, no hay ningún manual de instrucciones para hacer una revolución en democracia, en un país petrolero y en medio de una confrontación con una oposición irracional y apátrida que sabotea, desde afuera y desde adentro, las acciones que emprende el Gobierno.
Por ello, hoy más que nunca se requiere que todos los que creemos en el socialismo, empujemos en una misma dirección para poder avanzar en la construcción de la nueva Venezuela.
Consciente de la importancia del papel del PSUV dentro del proceso y de la necesidad urgente de su organización y de contar con unos principios y un sustento teórico básico para poder definir un programa, Chávez le ha dado varios meses al Congreso Extraordinario para trabajar en el fortalecimiento del partido y para debatir a profundidad temas vitales para la transformación revolucionaria del país.
Estos temas están recogidos en el documento las “Tesis Principales a debatir en el I Congreso Extraordinario del PSUV”, entregado a la militancia para su consideración y presentación de propuestas.
Sin embargo, olvidando que una de las materias a considerar se titula “Se deben eliminar los errores” y que uno de los mayores triunfos del proceso revolucionario es el empoderamiento del pueblo, el lunes se le entregó el material a los militantes de a pie para que lo estudiaran y presentaran sus propuestas antes del miércoles (sobre “la clase obrera y el PSUV”, “la eliminación del Estado burgués”, “el fortalecimiento de la ideología socialista”, etc. etc. etc.), a fin de que los delegados por estados pudieran integrar los documentos y llevarlos al Congreso el fin de semana.
La militancia no ha olvidado que durante el Congreso Fundacional también se le dio un tiempo perentorio para pronunciarse sobre los principios y la organización del partido, y todavía se pregunta ¿Qué pasó con sus planteamientos y propuestas?
De allí que muchas patrullas, ejerciendo su legítimo derecho y su poder, hayan decidido seguir trabajando los temas y exigirles a sus delegados que velen porque sus opiniones sean tomadas en cuenta.
Supongo que las personas encargadas de establecer la dinámica de trabajo del Congreso no se le escapa que la militancia del PSUV --“chavista” pero crítica del Gobierno y de los “líderes” del partido-- es la que garantiza la viabilidad del proceso.
Por lo tanto, como sujeto central de la transformación debe ser respetada y tomada en serio, porque de su participación y activismo depende el futuro de este proceso.
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