domingo, 24 de octubre de 2010

Hace 28 años falleció Alfredo Maneiro

Frase de Alfredo Maneiro: “En esta revolución lo que hay que hacer, es hacer con eficiencia política y la calidad revolucionaria”
Fue un conversador vehemente, un orador inteligente y memorioso jamás alardeaba de nada de nada aunque había hecho pasantía por la lucha armada, era profesor universitario y se había graduado con altas calificaciones en filosofía. Te envolvía con gran lucidez en su oratoria, nunca sus interlocutores se enteraban si esta mintiendo o diciendo la verdad. Cuando Alfredo Maneiro hablaba seducía sin remedio. Era bajo regordete y ágil con su verbo.

Maneiro aunque no fue un escritor sistemático dejó muchos escritos políticos sueltos, entrevistas, artículos de opinión y discursos políticos recopilados en un libro póstumo titulado “Notas políticas “. Un fragmento importante de su tesis se publicó en libro, “Maquiavelo, Política y filosofía”. Estos dos libros son testimonios fehacientes de su agudeza mental, de su compleja y penetrante genialidad política.

Acotar que Maneiro fue un teórico acechante de la praxis política es recuadrarlo de manera simplista. Fue en realidad un pragmático vitalista y entusiasta. Más que teorizar parece que disfrutó vivir la política desde la piel y la entraña. Para corroborar esto hay una anécdota que vale pena mencionar. Cuando Alfredo estuvo de vuelta en la vida mundana y silvestre continuaba conspirando. En ese trance consiguió dinero para adquirir armas. Viajó al exterior y realizó los contactos pertinentes. Durante el viaje conoció a un viejo impresor europeo que estaba rematando una maquinaria de impresión Heidelberg. Sin pensarlo mucho cerro el trato con el impresor. Compró una arma poderosa: una imprenta. Cuando los bisoños camaradas le reclamaban su falta de visión, Alfredo sólo exclamaba: “Ustedes no podrían diferenciar una K-40 de una lavadora automática”

Las salidas retóricas y los malabarismos dialécticos de Alfredo siempre fueron brillantes. Siempre le preguntaban: ¿Cuál era la ideología de la Causa R?. Él respondía sin ambages: “Democrática en el sentido que le daba Marx: cuando el movimiento revolucionario conquista el poder, conquista la democracia.Maneiro luego de salir de la clandestinidad, la cárcel y la montaña no se retira tampoco a escribir su librito testimonial sobre su experiencia como guerrillero, no se deja ganar ni por la frustración, o nostalgia, sino que teoriza para preparar una nueva trinchera de lucha más acorde con los nuevos tiempos.

Fue un filósofo a su modo. Un Maquiavelo exquisito. Un inspirado del marxismo. Como intelectual estuvo siempre tratando de cambiar la realidad. Era un político culto. Un pequeño burgués que fumaba puros y que leía a los clásicos. Fue un maestro del arte político. Sus alumnos y deudos políticos son una mierda.Le sobró inteligencia, claridad y visión. Entre tanta chatarra y hojalata retórica de los brutazos de hoy, habría que rescatar el metal reluciente de sus ideas y opiniones. Sus seguidores le deben una lectura más política que luctuosa. Para terminar le dedico esta frase de Alfredo “Tenemos que desconfiar de esos cruzados que van a Tierra Santa montados en la grupa del caballo saladino, de esa gente que abotona el florete y hace digerible su reforma, de esos tardíos alumnos de Lampedusa”.

Luego vendrían años de definiciones ideológicas dentro de la izquierda venezolana; Maneiro participó entonces activamente como uno de los dirigentes que lideraron la disidencia dentro del comunismo venezolano que culminó con la división del partido en 1970, pero no se incorporó a la dirección del partido Movimiento al Socialismo (MAS), permaneciendo al margen de la euforia que levantó el nacimiento de ese nuevo partido político.


Chavez habla de Alfredo Maneiro
Los hermanos Ruiz me llevan a conocer a Alfredo Maneiro.
Conversé con Maneiro en un apartamentico donde yo vivía por allá en Maracay, yo tenía 25 años, era el año 1978.
Recuerdo a Maneiro clarito cuando me dijo: .Chávez, hemos conseguido la cuarta pata de la mesa.. Él hablaba de la clase obrera -la pata en Guayana-, de los sectores populares, los intelectuales y clase media y, la Fuerza Armada que era la cuarta pata. Y agregó: .Sólo le voy a pedir algo a usted: tiene que comprometerse conmigo en que cualquier cosa que aquí vayamos a hacer no es para ahora, es para mediano plazo, para una década..
A menudo recuerdo aquella tesis que manejaba de que en política había que tener dos cosas: Eficacia política y Calidad revolucionaria, cuando veo a muchos revolucionarios que no tienen eficacia política, no saben gerenciar, tu les das un cargo de gobierno y salen con las tablas en la cabeza, o consigues el otro tipo de gente que es muy eficaz pero no tiene calidad revolucionaria, no entiende el proyecto.
También, él hablaba del movimiento y sobre todo tenía clara la idea de la estrategia.
Mi encuentro con Maneiro y, por qué no decirlo, hicieron que me acercara más a La Causa R, sobre todo por su trabajo en el movimiento popular, que era vital para la visión cívico-militar de la lucha que comenzaba a germinar en mí. Yo tenía entonces muy clara la idea del trabajo de masas en La Causa R yo olía a masas, lástima que sus herederos no hayan tenido esa misma visión

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