Hugo Chávez jura ante la moribunda Constitución de 1961 y convoca a la soberanía popular a fin de reunir la Asamblea Nacional Constituyente que iniciará la refundación de la República
Tal día como hoy, el 2 de febrero de 1999, el comandante Hugo Chávez Frías, electo presidente de la República, juró ante la moribunda Constitución de 1961. El solemne acto tuvo lugar ante el también moribundo último Congreso de la Cuarta República.
Tal día como hoy, el 2 de febrero de 1999, el comandante Hugo Chávez Frías, electo presidente de la República, juró ante la moribunda Constitución de 1961. El solemne acto tuvo lugar ante el también moribundo último Congreso de la Cuarta República.
El primer decreto del Presidente juramentado fue convocar a la Asamblea Nacional Constituyente, tal como lo había prometido en su campaña electoral. La Asamblea Nacional Constituyente sentaría las bases constitucionales para fundar la Quinta República.
“Juro delante de Dios, juro delante de la Patria, juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda Constitución impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República nueva tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos. Lo juro.”
Esta frase causó al menos sorpresa en lo que podría llamarse “la politocracia” adeco-copeyana de la época y marcó el comienzo de una nueva etapa en el quehacer político del país.
Era la primera vez en la historia de Venezuela que un presidente, elegido por votación popular, hablaba en nombre de la revolución del pueblo por el pueblo, ofreciendo poner en marcha de manera inmediata un profundo cambio en la política social y en la economía.
Era la primera vez en la historia de Venezuela que un presidente, elegido por votación popular, hablaba en nombre de la revolución del pueblo por el pueblo, ofreciendo poner en marcha de manera inmediata un profundo cambio en la política social y en la economía.
Era la primera vez en la historia venezolana que un títere de la burquesía quedaba literalmente "pegado de la pared", listo para enrollarlo y tirarlo embalsamado al baúl de los recuerdos, como en efecto ocurrió. Y la primera vez en la historia que votábamos por un presidente que no le temblaría el pulso, para decirle a las mafias italiana, española y colombiana, que se apretaran los calzoncillos.
Desde el instante de la juramentación de Hugo Chávez, Venezuela dio un viraje de 180 grados en su política, después de 40 años de gobiernos corruptos, repartidos entre Acción Democrática y Copel, las dos agrupaciones pequeño-burguesas montadas tras la caída del régimen militar del dictador Pérez Jiménez
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