Escuela de escuálidos
HUMBERTO MÁRQUEZ
Otro fracaso de la oposición ha sido la escuela de escuálidos que surgió al fragor de sus luchas cuando el gobierno, en su justo derecho, revirtió la concesión de RCTV.
Otro fracaso de la oposición ha sido la escuela de escuálidos que surgió al fragor de sus luchas cuando el gobierno, en su justo derecho, revirtió la concesión de RCTV.
Así surgió una protesta de unos estudiantes que estaban como la señorita que se fastidiaba. Sin embargo, todo fue una jugada imperial para aplicar métodos que les dieron muy buenos resultados en otros países.
El problema fue, que aquel plan tan perfectico, digno de Misión Imposible, se les fue al diablo, porque los viejos dirigentes de los partidos vieron una posibilidad de obtener carne fresca para refrescar, su dirigencia de capa caída. Allí se fregó la bicicleta, los buenos niñitos de las universidades privadas escalaron vertiginosamente en los medios de comunicación y por arte de magia, se convirtieron en dirigentes juveniles de la derecha.
Los premios no se harían esperar, uno de ellos recibió medio millón de dólares, en una pantomima de la adjudicación de un premio yanqui, que lejos de colocarlos a favor de sus ideales, se tiró un braguetazo con una niña rica y se fue a México a vivir un exilio dorado, se hizo la liposucción, se levantó las nalgas y se hizo un peeling en el rostro. Ahora viene por su diputación. Otro llegó a concejal y desapareció de las calles para también armar una campaña por una curul. Y así por el estilo, aunque ciertamente no podemos criticarlos mucho, porque más de uno de los nuestros, ni siquiera estudiantes, sino reporteritos oportunistas, que sueñan con una diputación.
El cuento es que a estos muchachitos se les cayó la careta, es como una pirámide de dirigentes estudiantiles y el último, nunca llegará, y eso a los pretendientes a cargos partidistas, no les gusta nada.
Los premios no se harían esperar, uno de ellos recibió medio millón de dólares, en una pantomima de la adjudicación de un premio yanqui, que lejos de colocarlos a favor de sus ideales, se tiró un braguetazo con una niña rica y se fue a México a vivir un exilio dorado, se hizo la liposucción, se levantó las nalgas y se hizo un peeling en el rostro. Ahora viene por su diputación. Otro llegó a concejal y desapareció de las calles para también armar una campaña por una curul. Y así por el estilo, aunque ciertamente no podemos criticarlos mucho, porque más de uno de los nuestros, ni siquiera estudiantes, sino reporteritos oportunistas, que sueñan con una diputación.
El cuento es que a estos muchachitos se les cayó la careta, es como una pirámide de dirigentes estudiantiles y el último, nunca llegará, y eso a los pretendientes a cargos partidistas, no les gusta nada.
Por eso cada vez son menos, los asistentes a sus convocatorias y los poquitos que van, hacen actos de heroísmo frente a la autoridad y las cámaras, a ver si por casualidad, una pedrada a un policía, un gritico por Globovisión o una arrastrada merecida por los defensores de la revolución, les da el impulso para saltar a liga mayor. La meta es el estrellato. A costa de lo que sea
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