TALANQUERA ES TRAICION

La columna del Diablo
Talanquera es traición
Saltar la talanquera es una forma de traición, comentó este domingo el líder Hugo Chávez, en su programa Aló Presidente, anunciando que ha comisionado al activo diputado Darío Vivas para que analice si es posible constitucionalmente legislar en materia. A priori parecería que no es posible prohibir legalmente lo que se denomina el salto de la talanquera, sin embargo ese comportamiento no responde a la voluntad del electorado, cuando elije a un candidato de cualquier partido y para la responsabilidad que sea.
En el caso del Partido Socialista Unido Venezolano, PSUV, los votos y las candidaturas pertenecen indiscutiblemente al solidísimo liderazgo del presidente Chávez y la cúpula partidista. Los camaradas dirigentes de alto nivel y posiciones de vanguardia, provienen del "portaaviones" del partido. Muchos de ellos vienen del grupo de amigos que lo visitaba en Yare. El propio Jefe del gobierno, el partido y el Estado, ha tratado de democratizar la participación popular en el proceso interno, pero son los electores los que piden a Chávez al frente de la organización y en el control del poder. Porque además del Estado, Gobierno y partido, el ídolo nacional tiene también la jefatura absoluta de la Fuerza Armada, donde es respetado y venerado más que ningún otro Comandante en Jefe en la Historia de Venezuela.
Por todos esos valores de liderazgo e imagen, cualquiera que abandone este partido para irse con los enemigos, será visto, automáticamente, como "un traidor saltador de talanqueras", según ya se observó en la trayectoria de casi todos los tránsfugas, con algunas excepciones. Unos de esos "saltarines" ya se eclipsaron en la oscuridad y otros están entre rejas por corruptos, más que por opositores. Más allá de sus provocaciones y su revulsiva agitación, los oposicionistas no han podido articular un movimiento coherente para enfrentar a Chávez, pese a que tienen el descarado respaldo financiero y político del imperio del Norte.
Las pedradas de la traición no preocupan a los líderes históricos. El pueblo venezolano vuelve a elegir su glorioso destino revolucionario socialista y unos fascistas cipayos no podrán impedirlo.