RAVELL. NO RENUNCIE ME BOTARON

El mismo Ravell relató a través de “Twitter” cómo fue que lo botaron: “Me pidieron la renuncia. No renuncié. Seguimos en contacto”.
Imagen: Tira de Loayza

El diablo sabe más por viejo que por diablo y los años no pasan en vano, aunque se practiquen refrescamientos plásticos para lucir más juveniles. Alberto Federico Ravell se veía muy refrescado y se creía muy vivo, poderoso e influyente en el seno de la oposición. Pero esta semana se estrelló violentamente contra la realidad, cuando los socios mayoritarios de Globovisión le cortaron las alitas, exigiéndole su dimisión.
Ravell revela su pretensión de quedarse en su cargo, cuando ya está afuera. Sin duda, quienes lo dejaron en la calle debieron ser Nelson Mezerhane o Carlos Machado Zuloaga, solos o conjuntamente, porque la actuación de Ravell perjudicaba ostensiblemente sus otros negocios, como el Banco Federal y el “engorde” de carros para venderlos a precios muy superiores de lo que cuestan. Los dueños del paquete accionario de Globovisión no especificaron el motivo concreto de la expulsión de su empleado jerárquico. Con la dirección de Ravell, tenían 5% de teleaudiencia.

Corren rumores de que el canal está quebrado, porque su mercadeo se basa en propiciar el derrocamiento del mandatario Chávez. Al fracasar su estrategia golpista, se han endeudado en miles de millones, arrasando al banco en su caída.
Ravell siempre mostró una actitud agresiva contra los demás medios, en sus campañas mediáticas, con el embuste de ser un defensor de la libertad de expresión, falacia que no resiste el menor análisis. También se les pone difícil obtener financiamiento externo, por la crisis en los Estados Unidos. Por ello hay versiones de que venderían Globovisión, pero es bueno recordarles que eso no es de ellos, sino una concesión. Con un cuadro tan cerrado, el “Matacuras” y Norberto Mazza ya deben estar haciendo sus maletas.