Según Ravell Globovisión mantendrá línea golpista
"Yo le tengo más temor a Diosdado Cabello que al presidente Chávez, y Diosdado no tuvo las bolas de cerrar Globovisión", afirmó el ex director de Globovisión, Alberto Federico Ravell
Al partido COPEI lo llamó a dejar su mercantilismo
Ayer, el ex director general de Globovisión, Alberto Federico Ravell, declaró en rueda de prensa, desde la quinta La Piragua en Las Mercedes, sobre su situación y su salida del canal, donde se creía un reyezuelo que controlaba este medio de comunicación para sus propios fines e intereses políticos y económicos.
Explicó Ravell que ya no pertenece a la directiva general, pero mantiene 10% de las acciones en el canal. Indicó que siendo socio de éste no tiene autoridad para decidir si "Globovisión se vende o no", ni tampoco para decidir sobre la línea editorial. Afirmó que "Globovisión es una televisora y no un telecajero", y que los objetivos se habían logrado: "No se vendió el canal, Leopoldo Castillo se incorporó al canal y la línea editorial no se cambió".
Piedra de tranca
Llantén
Escrito por DIARIO VEA
CON LA SALIDA DE GLOBOVISIÓN del atorrante (preguntar a los argentinos el uso que le dan a esta palabra), muchos en la oposición se quedaron haciendo qui-qui. No saben qué hacer. Unos lloran y otros están felices. Los que lloran saben que cada día hay menos espacio para los terroristas mediáticos. También algo se asoma por ahí respecto al otro medio-terrorista, El Nacional. Ahora ya saben que el rechazo a los aventureros no se produce sólo en el chavismo y en el gobierno, sino en el propio sector empresarial, donde apenas quedan unos cuantos delirantes como el presidente de Fedecámaras, que está entre los pocos que piensan que a Chávez lo pueden tumbar con un golpe militar (¡con qué se sienta la cucaracha!). Pero qué se hace: siempre hay pendejos en la vida y en todos los países.
LOS OPOSITORES FELICES con la botada del atorrante son más que los otros. Y tienen razón. Los tenía a monte. No les daba chance. Les regateaba la pantalla. Les exigía pago de peaje. A muchos dirigentes de la oposición cuando llegaban al Canal les ponía condiciones humillantes: tienen que hablar de esto -y marcaba el tema-; no pueden tocar tal cosa; ataquen a determinado líder opositor porque quiero que entre por el aro y elogien a fulanito de tal que interesa encumbrarlo; elogien a los salta-talanqueras, por ejemplo, así no tengan nada en la bola. Además, el atorrante, apuntalado en el partido Globovisión asistía a la Mesa de la Unidad y cuadraba políticas, listas y circuitos para las elecciones parlamentarias. Es decir, se convirtió en un azote dentro de la oposición: quitaba y ponía; daba oxígeno y quitaba oxígeno.
PERO PARA QUIENES SE CONVIRTIÓ el atorrante en la peor pesadilla fue para los dueños de Globovisión. Les echó tierra en los ojos y, prácticamente, se apoderó del Canal. A Zuloaga lo manejaba como le daba la gana. Igual a Mezerhane. El atorrante tan sólo tiene un 4% ciento de las acciones, pero tenía en sus manos el poder y chantajeaba como le venía en gana. En cambio Zuloaga con el 55% y el 20% de los herederos de Luis Teófilo Núñez, y el turquito con un 20%, tenían las manos atadas. Sólo él, el atorrante, se beneficiaba publicitaria, política y económicamente. Ellos hacían el papel de unos ilustres pendejos y se llegó al extremo de que su bienes, propiedades, agencias de vehículos, bancos, y hasta la propia familia estaban en pico de zamuro
HASTA QUE LA CUERDA REVENTÓ como tenía que ser. No por presiones del gobierno, al cual el atorrante ahora quiere responsabilizar, con lo cual deja muy mal parados a los socios al colocarlos en el plan de vendidos a Chávez, sino porque los accionistas mayoritarios tomaron conciencia del desastre; de que poco a poco se acercaban al abismo. Y decidieron reaccionar: le dieron una patada por el fundillo.
EN EL CANAL QUEDARON LLORANDO los fieles adoradores del atorrante, quien ni siquiera puede entrar al lugar donde despachó durante varios lustros. Las lágrimas de la pobre Nitu y otros tantos bajaron por la pendiente de La Florida. Lloran a moco tendido y forjan acusaciones temerarias que arrechan más a los accionistas y a sus familiares. Sin duda, nada más triste que rodar por el piso después de haber estado en la cumbre. Y lo más grave de todo: el llantén circunstancial pasa y la soledad es más sola cada día.-
"Yo le tengo más temor a Diosdado Cabello que al presidente Chávez, y Diosdado no tuvo las bolas de cerrar Globovisión", afirmó el ex director de Globovisión, Alberto Federico Ravell
Al partido COPEI lo llamó a dejar su mercantilismo
Ayer, el ex director general de Globovisión, Alberto Federico Ravell, declaró en rueda de prensa, desde la quinta La Piragua en Las Mercedes, sobre su situación y su salida del canal, donde se creía un reyezuelo que controlaba este medio de comunicación para sus propios fines e intereses políticos y económicos.
Explicó Ravell que ya no pertenece a la directiva general, pero mantiene 10% de las acciones en el canal. Indicó que siendo socio de éste no tiene autoridad para decidir si "Globovisión se vende o no", ni tampoco para decidir sobre la línea editorial. Afirmó que "Globovisión es una televisora y no un telecajero", y que los objetivos se habían logrado: "No se vendió el canal, Leopoldo Castillo se incorporó al canal y la línea editorial no se cambió".
Piedra de tranca
Llantén
Escrito por DIARIO VEA
CON LA SALIDA DE GLOBOVISIÓN del atorrante (preguntar a los argentinos el uso que le dan a esta palabra), muchos en la oposición se quedaron haciendo qui-qui. No saben qué hacer. Unos lloran y otros están felices. Los que lloran saben que cada día hay menos espacio para los terroristas mediáticos. También algo se asoma por ahí respecto al otro medio-terrorista, El Nacional. Ahora ya saben que el rechazo a los aventureros no se produce sólo en el chavismo y en el gobierno, sino en el propio sector empresarial, donde apenas quedan unos cuantos delirantes como el presidente de Fedecámaras, que está entre los pocos que piensan que a Chávez lo pueden tumbar con un golpe militar (¡con qué se sienta la cucaracha!). Pero qué se hace: siempre hay pendejos en la vida y en todos los países.
LOS OPOSITORES FELICES con la botada del atorrante son más que los otros. Y tienen razón. Los tenía a monte. No les daba chance. Les regateaba la pantalla. Les exigía pago de peaje. A muchos dirigentes de la oposición cuando llegaban al Canal les ponía condiciones humillantes: tienen que hablar de esto -y marcaba el tema-; no pueden tocar tal cosa; ataquen a determinado líder opositor porque quiero que entre por el aro y elogien a fulanito de tal que interesa encumbrarlo; elogien a los salta-talanqueras, por ejemplo, así no tengan nada en la bola. Además, el atorrante, apuntalado en el partido Globovisión asistía a la Mesa de la Unidad y cuadraba políticas, listas y circuitos para las elecciones parlamentarias. Es decir, se convirtió en un azote dentro de la oposición: quitaba y ponía; daba oxígeno y quitaba oxígeno.
PERO PARA QUIENES SE CONVIRTIÓ el atorrante en la peor pesadilla fue para los dueños de Globovisión. Les echó tierra en los ojos y, prácticamente, se apoderó del Canal. A Zuloaga lo manejaba como le daba la gana. Igual a Mezerhane. El atorrante tan sólo tiene un 4% ciento de las acciones, pero tenía en sus manos el poder y chantajeaba como le venía en gana. En cambio Zuloaga con el 55% y el 20% de los herederos de Luis Teófilo Núñez, y el turquito con un 20%, tenían las manos atadas. Sólo él, el atorrante, se beneficiaba publicitaria, política y económicamente. Ellos hacían el papel de unos ilustres pendejos y se llegó al extremo de que su bienes, propiedades, agencias de vehículos, bancos, y hasta la propia familia estaban en pico de zamuro
HASTA QUE LA CUERDA REVENTÓ como tenía que ser. No por presiones del gobierno, al cual el atorrante ahora quiere responsabilizar, con lo cual deja muy mal parados a los socios al colocarlos en el plan de vendidos a Chávez, sino porque los accionistas mayoritarios tomaron conciencia del desastre; de que poco a poco se acercaban al abismo. Y decidieron reaccionar: le dieron una patada por el fundillo.
EN EL CANAL QUEDARON LLORANDO los fieles adoradores del atorrante, quien ni siquiera puede entrar al lugar donde despachó durante varios lustros. Las lágrimas de la pobre Nitu y otros tantos bajaron por la pendiente de La Florida. Lloran a moco tendido y forjan acusaciones temerarias que arrechan más a los accionistas y a sus familiares. Sin duda, nada más triste que rodar por el piso después de haber estado en la cumbre. Y lo más grave de todo: el llantén circunstancial pasa y la soledad es más sola cada día.-
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