El pueblo debe parir diputados como Fabricio y curas como Camilo
ATENEA JIMÉNEZ LEMON
Dos gigantes de la historia no oficial, la de los pueblos, dos vidas que son imágenes de resistencia de Nuestramérica; ambos prendieron sus vidas en febrero de 1929 y se sembraron 1966, en dos países hermanos que realmente son uno solo.
ATENEA JIMÉNEZ LEMON
Dos gigantes de la historia no oficial, la de los pueblos, dos vidas que son imágenes de resistencia de Nuestramérica; ambos prendieron sus vidas en febrero de 1929 y se sembraron 1966, en dos países hermanos que realmente son uno solo.
Fabricio luchó contra la tiranía de Pérez Jiménez, fue presidente de la Junta Patriótica y posteriormente diputado, cargo al que renuncia por oponerse a las componendas de las recién nacidas élites, abandonando las comodidades para tomar el camino de lucha armada como única vía para alcanzar la liberación, sin titubeos escogió la senda revolucionaria, un hombre como él, no había luchado por suplantar la camarilla podrida impuesta por los gringos, por obtener beneficio personal alguno, no había arriesgado todo por un cargo político, era un verdadero camarada, cuyo valor aún no es dimensionado en Venezuela.
Camilo también abandonó los privilegios de la burguesía y del clero, pues entendía el cristianismo como la construcción de una sociedad justa, de amor y de igualdad, lo que suponía tomar las armas, porque los caminos democráticos en Colombia estaban cerrados por la burguesía, uniéndose así al Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Camilo también abandonó los privilegios de la burguesía y del clero, pues entendía el cristianismo como la construcción de una sociedad justa, de amor y de igualdad, lo que suponía tomar las armas, porque los caminos democráticos en Colombia estaban cerrados por la burguesía, uniéndose así al Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Hoy debemos tener diputados y curas que sean ejemplo moral, no podemos seguir teniendo una “vanguardia” con debilidades en la formación político-ideológica, con titubeos entre reforma o revolución, con déficit de credibilidad, hoy el pueblo debe parir fabricios y camilos, apropiarnos de su espíritu sintetizado en sus consignas ¡Ni un paso atrás! ¡Liberación o muerte! ¡La línea justa es luchar hasta vencer!
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