lunes, 8 de febrero de 2010

Adiós luz que te apagaste

Piedra de tranca
Adiós luz que te apagaste
Escrito por DIARIO VEA
"A CADA COCHINO le llega su sábado", es un refrán muy popular en Venezuela. Otro es aquel que dice así: "El que a hierro mata no puede morir a sombrerazos". Y hay uno que repetía mucho la gente de antes: "Adiós luz que te apagaste".
HOY AMANECÍ DE JODA. Con ganas de vacilarme a medio mundo. Porque la verdad es que no hay nada más grato, más reconfortante, que lo reconcilie a uno con la vida, que asistir a la caída de alguien que paseó su arrogancia, su desprecio por los principios, su burla a lo más elemental de la vida en sociedad como es la lealtad, con un descaro obsceno. Sin importarle nada distinto al lucro personal y a ganarse una figuración pública sin méritos intelectuales ni preparación. Asistir al desplome en cámara lenta de alguien disfrazado de guía social; a alguien que se cagó en los principios más nobles de la comunicación, que prostituyó el ejercicio del periodismo y lo convirtió en secreción pestilente de sus complejos y traumas, es una delicia. Lo confieso. Y estoy seguro de que este mismo sentimiento recorrerá los ánimos de millones de venezolanos cuando se conozca la verdad de lo que ocurre tras bastidores.
QUIEN SE PASEÓ por el espectro eléctrico durante años amenazando a diestra y siniestra, chantajeando con la pistola mediática en la mano, chocó finalmente con la realidad de los poderes fácticos que tanto defiende. No se repite, con él, la historia del rey desnudo, demasiado piadosa para aplicárselas a los farsantes. El personaje quedó al descubierto cuando sus socios, por ejemplo, se dieron cuenta que la pistola del chantajista era una pistolita de agua, y cuando el país percibió lo mismo: que detrás del poder del cual hacía gala no había nada consistente.
EL DESPLOME COMIENZA cuando uno de los socios se da cuenta que se le utiliza descaradamente y que corre el riesgo de perderlo todo. Más que sus acciones en la trampa mediática, otros bienes económicos más importantes. Igual pasa con otro de los socios. Exponer por exponer, cuando se tiene tanto dinero, es una temeridad y la perspectiva es perder el chivo y el mecate. Por tanto, había que cortar, no por lo sano sino por lo insano. Claro, con discreción. Resguardando las apariencias. Pero, eso sí, defenestrando al incómodo socio y garantizándole doblar los beneficios que le correspondían. Sin embargo, el personaje se resistió a aceptar el ominoso sacrificio, y con su estilo característico, comenzó a forjar el chantaje. A través de "twitter" y un Blackberry loco, más otros recursos siniestros, echó a la calle algunos entretelones de la relación e invadió territorio vedado. Llegó a decir que conocía muchas historias personales -comprometedoras-, políticas y económicas, de los socios y que no vacilaría en hacerlas del conocimiento público sino le daban un parao a la operación en marcha.
LA TELECOMEDIA CUYO TÍTULO PODRÍA SER: "La triste historia de unos socios desalmados y la ingenua víctima traicionada", se extenderá por varios capítulos. Su "rating" es bajo, pero hay interés en el desenlace final. Los muchachos de Ávila TV están pendientes para entrevistar al personaje central y agradecerle los favores recibidos, entre otros, unas cuantas mentadas de madre, además de c

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