lunes, 5 de julio de 2010

HOY 5 DE JULIO ES EL DÍA ESTELAR DE VENEZUELA

Hoy es el día estelar de Venezuela. Los diputados del primer Congreso Constituyente de Venezuela y de la América Española declaran solemnemente al mundo nuestra total y absoluta Independencia del poder español autorizados por nuestra decisión a no depender de ninguna autoridad sino la nuestra, empeñando nuestra vida, fortunas y tranquilidad en defender esta nueva situación política nacional.

El 5 de julio de 1811 culminó la gesta. En la Declaración de Independencia se consagra:
"Nosotros, a nombre y con la voluntad y la autoridad que tenemos del virtuoso pueblo de Venezuela, declaramos solemnemente al mundo que sus provincias unidas son y deben ser desde hoy de hecho y derecho Estados libres, soberanos e independientes y que están absueltos de toda sumisión y dependencia de la Corona de España o de los que se dicen ser sus apoderados o representantes".

Rompimos lazos coloniales con España
La mañana del 5 de julio de 1811 Venezuela se declaró independiente
En esta fecha en Caracas se anuncia el nacimiento de una nueva nación soberana; sin embargo, la firma del acta independentista se fue realizando, progresivamente, hasta que el 18 de agosto de ese mismo año se estamparon las ultimas rúbricas
“En el nombre de Dios Todopoderoso, nosotros, los representantes de las Provincias Unidas de Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Barcelona, Mérida y Trujillo, que forman la Confederación americana de Venezuela en el continente meridional, reunidos en Congreso, y considerando la plena y absoluta posesión de nuestros derechos, que recobramos justa y legítimamente desde el 19 de abril de 1810, en consecuencia de la jornada de Bayona y la ocupación del trono español por la conquista y sucesión de otra nueva dinastía constituida sin nuestro consentimiento, queremos, antes de usar de los derechos de que nos tuvo privados la fuerza, por más de tres siglos, y nos ha restituido el orden político de los acontecimientos humanos, patentizar al universo las razones que han emanado de estos mismos acontecimientos y autorizan el libre uso que vamos a hacer de nuestra soberanía”.
Estas palabras dan inicio a nuestra Acta de la Declaración de Independencia que es un documento en el cual siete provincias pertenecientes a la Capitanía General de Venezuela declararon su independencia de la Corona española, estableciendo una nueva nación, basada en los valores de la igualdad de los individuos, la abolición de la censura y la libertad de expresión. Consagra el principio constitucional y se opone radicalmente a las prácticas políticas, culturales y sociales que habían existido durante 300 años en la América Española.
El documento fue elaborado por Juan Germán Roscio y Francisco Isnardi y fue aprobado por todos los diputados, con la sola excepción del padre Manuel Vicente Maya, diputado por “La Grita”. De esta forma, el 05 de julio de 1811 el Supremo Congreso de las Provincias Unidas de Venezuela declara solemnemente la Independencia de Venezuela, “en el nombre de Dios Todopoderoso”.
Las disputas
Desde mediados de junio de 1811, ya se mencionaba en los predios del Supremo Congreso de las Provincias Unidas de Venezuela, el tema de la Independencia, pero fue en la sesión solemne del 02 de julio de 1811, después de haber sido leída la correspondencia oficial del Comisionado de Venezuela en Estados Unidos, cuando se presentó una “...moción sobre la necesidad de la Independencia...”, la cual quedó apoyada suficientemente.
En la mañana del 5 de julio se celebró una sesión secreta para oír el dictamen del Ejecutivo, que fue favorable a la declaración de la Independencia. En el curso de la larga sesión pública que siguió, hablaron casi la totalidad de los 36 diputados presentes, algunos de los cuales lo hicieron varias veces.
Pronunciaron amplios alegatos a favor de la independencia los diputados Miranda, Roscio, Peñalver, Antonio Nicolás Briceño, presbítero Salvador Delgado, Manuel Palacio Fajardo, José Luís Cabrera, Juan José de Maya, presbítero José Vicente de Unda, Fernando Rodríguez del Toro, Mariano de la Cova, José de Sata y Bussy, Manuel Plácido Maneiro, y el presidente del Congreso, Juan Antonio Rodríguez Domínguez, entre otros.
El presbítero Manuel Vicente de Maya, casi solo en la oposición, sostenía que la declaración era prematura y también presentaron objeciones los diputados Juan Bermúdez de Castro (aunque éste luego modificó su opinión y votó por la independencia) y el presbítero Ramón Ignacio Méndez. En las barras había un público numeroso, formado en buena parte por miembros de la Sociedad Patriótica como Simón Bolívar, Miguel Peña y Antonio Muñoz Tébar.
Tras varias horas de debate, el presidente Rodríguez Domínguez lo declaró cerrado y se procedió a votar la moción. Entonces, en medio de las aclamaciones de los diputados y los vivas del público congregado en la barra, Rodríguez Domínguez anunció que estaba “...declarada solemnemente la Independencia absoluta de Venezuela...”
La independencia en las calles
Eran ya las tres de la tarde del 05 de julio de 1811. De inmediato se formó una manifestación popular, encabezada por Francisco de Miranda y por Francisco Espejo, con otros miembros de la Sociedad Patriótica de Caracas, que recorrió calles y plazas vitoreando la Independencia y la libertad. Luego penetraron en el Palacio Arzobispal a fin de incitar al arzobispo Narciso Coll y Prat a manifestar su alegría por lo sucedido.
Fueron también a la plaza Mayor (actual plaza Bolívar de Caracas) donde el Generalísimo Francisco de Miranda, según lo expresa el testigo presencial, Fray Juan Antonio Navarrete, “...tremoleó la bandera de la Libertad e Independencia como teniente general de las Tropas Caraqueñas...”. Tan pronto como tuvo conocimiento de la declaración, el Poder Ejecutivo plural, cuya presidencia ejercía ese día 05 de julio, Juan de Escalona, dirigió una proclama a los habitantes de Caracas informándoles que el Supremo Congreso de Venezuela había acordado la independencia absoluta.
El mismo 05 de julio el Congreso celebró una sesión vespertina en la cual se acordó redactar un documento en el que debían figurar todas las causas y poderosos motivos que nos habían obligado a declarar nuestra Independencia para que, sometido a la inspección del Congreso, sirviese de competente acta y pasara al Poder Ejecutivo.
El yugo quedó roto...Hasta ese 5 de julio de 1811 la máxima e indiscutible autoridad, por mandato Divino, era el rey de España, a quien se debía obediencia, lealtad y respeto. A partir de ese momento, el Rey se convirtió en símbolo del despotismo, la arbitrariedad y el abuso. España dejaba de ser el origen de la civilización y se transformaba en la responsable única de nuestra ignorancia, atraso y miserias

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