Fin de la impunidad
Escrito por DIARIO VEA
Jueves 25 de Marzo de 2010 23:51
Ya era hora de poner punto final al uso subversivo de la televisión para proferir toda clase de calumnias contra el Presidente de la República o hacer abiertos llamamientos a derrocar el Gobierno mediante la violencia.
Oswaldo Álvarez Paz debería recordar que, por mucho menos, por unas declaraciones, Rafael Caldera mandó a la cárcel a un infortunado "vidente" cuyas predicciones causaban la burla de los periodistas.
No hace mucho un tribunal en Estados Unidos hizo encarcelar a un fulano al interpretar su incursión en los medios de comunicación como una incitación a conspirar contra la vida del Presidente de Estados Unidos.
En cualquier país del mundo, ninguna formulación sobre los derechos humanos ni la más solemne invocación de la sacrosanta libertad de expresión, concede impunidad a quien señala al Jefe de Estado como patrocinador y cómplice del tráfico de drogas. Tampoco para hacer propaganda con abiertos llamamientos a la rebelión armada.
La Revolución Bolivariana cometería un grave delito de omisión si, por falta de valor o en violación de su compromiso con el país, dejara a la libre a quienes fabrican infamias contra el presidente Chávez por perversidad o con el fin de dañar la autoridad del Presidente de la República en descarado plan golpista.
Oswaldo Álvarez Paz está bien preso por difamador del Jefe de Estado, por conspirar contra la integridad de la Patria y por asociación para delinquir contra la seguridad del Estado venezolano.
La medida de privación de la libertad de Oswaldo Álvarez Paz debe significar, de una vez por todas, el fin de la impunidad a quienes atentan contra la democracia venezolana
Escrito por DIARIO VEA
Jueves 25 de Marzo de 2010 23:51
Ya era hora de poner punto final al uso subversivo de la televisión para proferir toda clase de calumnias contra el Presidente de la República o hacer abiertos llamamientos a derrocar el Gobierno mediante la violencia.
Oswaldo Álvarez Paz debería recordar que, por mucho menos, por unas declaraciones, Rafael Caldera mandó a la cárcel a un infortunado "vidente" cuyas predicciones causaban la burla de los periodistas.
No hace mucho un tribunal en Estados Unidos hizo encarcelar a un fulano al interpretar su incursión en los medios de comunicación como una incitación a conspirar contra la vida del Presidente de Estados Unidos.
En cualquier país del mundo, ninguna formulación sobre los derechos humanos ni la más solemne invocación de la sacrosanta libertad de expresión, concede impunidad a quien señala al Jefe de Estado como patrocinador y cómplice del tráfico de drogas. Tampoco para hacer propaganda con abiertos llamamientos a la rebelión armada.
La Revolución Bolivariana cometería un grave delito de omisión si, por falta de valor o en violación de su compromiso con el país, dejara a la libre a quienes fabrican infamias contra el presidente Chávez por perversidad o con el fin de dañar la autoridad del Presidente de la República en descarado plan golpista.
Oswaldo Álvarez Paz está bien preso por difamador del Jefe de Estado, por conspirar contra la integridad de la Patria y por asociación para delinquir contra la seguridad del Estado venezolano.
La medida de privación de la libertad de Oswaldo Álvarez Paz debe significar, de una vez por todas, el fin de la impunidad a quienes atentan contra la democracia venezolana
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