Democracia o fascismo
Escrito por DIARIO VEA
El dilema va más allá de gobierno u oposición. Marciano lo ha planteado en la forma más cruda. Es vida o muerte. Para redundar en la disyuntiva diremos que se trata de decidir entre democracia o fascismo.
La oposición en nuestro país no tiene las características pacíficas y democráticas que asume en otras latitudes. Ya lo mostró el 11 de abril de 2002 cuando asaltó Miraflores mediante un golpe de Estado ejecutado por un grupo de generales traidores. Entonces, de un plumazo disolvieron las instituciones electas por el voto popular y establecieron una dictadura represiva dedicada a perseguir y negar derechos al pueblo. Ese mismo año dirigieron el paro patronal-petrolero que tanto daño causó al país.
La oposición a la Revolución Bolivariana no tiene nada de pacífica ni de democrática. Es una oposición que apuesta a la aventura golpista y a la violencia, que usa las armas para asesinar a estudiantes y no oculta sus propósitos de implantar un régimen de sangrienta revancha para cortar las cabezas de civiles y militares que han participado en la Quinta República.
La oposición a Chávez es de corte fascista. Sus tutores estadounidenses consideran que sólo el terror fascista podría arrancar de raíz las convicciones revolucionarias y bolivarianas del pueblo y erradicar el liderazgo de Hugo Chávez.
Un baño de sangre espera a Venezuela si logran éxito los planes de una oposición fascista, alimentada por el odio y el espíritu de revancha, como ocurrió en España cuando el fascismo derrotó a la República, o como sucedió en Alemania cuando Hitler ascendió al poder.
La arremetida que usa a los niños y adolescentes como "carne de cañón", que se apoya en la pandilla de Nixon Moreno en Mérida para asesinar, que no tiene escrúpulos en asociarse a los paramilitares de Uribe, que sirve a los intereses de Estados Unidos, debe ser derrotada para salvar a Venezuela del fascismo y garantizar la vida y los derechos de todos.
Piedra de tranca
Guarimbeo
Escrito por DIARIO VEA
¡QUÉ VAINA TAN SERIA es esta oposición venezolana! No tiene compón. Definitivamente está condenada a pelar bola siempre. Y el fenómeno que con ella se plantea hace que muchos venezolanos y visitantes del exterior no comprendan lo que ocurre. No lo entienden porque si en algún país hay condiciones para hacer una oposición seria, que coloque el énfasis de su política en el tratamiento de los problemas reales, es Venezuela. Nadie se cree el cuento de que Chávez es un dictador que reprime a sus adversarios. Por el contrario, uno de los países donde hay libertad irrestricta, donde se les dice al Gobierno y al Presidente lo que le da la gana a cualquiera, es Venezuela. Centenares de partidos, de grupos políticos, de ONG, de organizaciones sociales, confirman que la gente se puede organizar como le venga en gana. Los medios recogen las más diversas opiniones y las instituciones funcionan. Ya quisieran oposiciones de otras naciones tener el margen de libertad y las garantías que tiene la venezolana.
MÁS BIEN CHÁVEZ ha sido demasiado permisivo. No existe otra experiencia similar a la venezolana: Un gobernante por no actuar frente a la conspiración fue derrocado; y los responsables del golpe fueron absueltos y siguieron operando en la calle libremente, al extremo de que meses después montaron el sabotaje contra la industria petrolera. No ha habido diálogo porque la oposición no quiere diálogo. Y los resultados de los procesos electorales indican que donde la oposición tiene votos, gana, y el Gobierno respeta el triunfo. ¿Pero qué es lo que pasa? Que la oposición quiere tumbar a Chávez y se propone acabar con el chavismo a sangre y fuego. Que la oposición es una caja negra en la que coexisten variadas expresiones de la política: los que no se quieren involucrar en aventuras, los partidarios de concurrir a elecciones, los que calientan la calle, los conspiradores de oficio; en fin, una ensalada podrida de ambiciones y odios.
POR ESO NO PUEDEN pensar con seriedad en la política. Carecen de sindéresis. De liderazgo y organización, y marchan a la deriva. Es la razón por la cual cada cierto tiempo retorna a fórmulas fracasadas del pasado. Abril del 2002 los encandila. Los atrae con fuerza incontrolable. Es el formato que los seduce y al cual nunca renunciarán. Por eso el reciclaje de la figura estelar de la desestabilización de hace siete años: El guarimbeo.
Porque la guarimba es el arquetipo. El emblema. Grupos aupados por los medios, hipnotizados, cortan el tráfico, se instalan en plazas y esquinas para agredir y ejecutar una violencia desenfrenada. En gran parte esos grupos actúan sin dirección, porque los políticos los usan, pero los eluden. Otras veces responden a directivas claras, destinadas a crear el caos. Nada les importa: Como cada día se reduce más la base social que solía apoyarlos, ahora, gracias a la complicidad de dueños de colegios privados, de los padres que no se pasean por los riesgos que corren sus hijos, por rectores universitarios fariseos, ahora apelan a niños de corta edad que se echan a la calle sin idea sobre lo que hacen y sin darse cuenta de la causa oscura que apoyan.
La guarimba es el último recurso de una desestabilización que agoniza, que perdió la Fuerza Armada, al pueblo, a gran parte del empresariado -incluyendo los banqueros-, que no le queda otra cosa que el agite insensato y el apoyo de medios de comunicación que están boqueando. Pero lo que queda del guarimbeo tiene que ser combatido con todo el rigor de la ley. Que aquellos que lo practican se atengan a las consecuencias y que después no se quejen.-
Escrito por DIARIO VEA
El dilema va más allá de gobierno u oposición. Marciano lo ha planteado en la forma más cruda. Es vida o muerte. Para redundar en la disyuntiva diremos que se trata de decidir entre democracia o fascismo.
La oposición en nuestro país no tiene las características pacíficas y democráticas que asume en otras latitudes. Ya lo mostró el 11 de abril de 2002 cuando asaltó Miraflores mediante un golpe de Estado ejecutado por un grupo de generales traidores. Entonces, de un plumazo disolvieron las instituciones electas por el voto popular y establecieron una dictadura represiva dedicada a perseguir y negar derechos al pueblo. Ese mismo año dirigieron el paro patronal-petrolero que tanto daño causó al país.
La oposición a la Revolución Bolivariana no tiene nada de pacífica ni de democrática. Es una oposición que apuesta a la aventura golpista y a la violencia, que usa las armas para asesinar a estudiantes y no oculta sus propósitos de implantar un régimen de sangrienta revancha para cortar las cabezas de civiles y militares que han participado en la Quinta República.
La oposición a Chávez es de corte fascista. Sus tutores estadounidenses consideran que sólo el terror fascista podría arrancar de raíz las convicciones revolucionarias y bolivarianas del pueblo y erradicar el liderazgo de Hugo Chávez.
Un baño de sangre espera a Venezuela si logran éxito los planes de una oposición fascista, alimentada por el odio y el espíritu de revancha, como ocurrió en España cuando el fascismo derrotó a la República, o como sucedió en Alemania cuando Hitler ascendió al poder.
La arremetida que usa a los niños y adolescentes como "carne de cañón", que se apoya en la pandilla de Nixon Moreno en Mérida para asesinar, que no tiene escrúpulos en asociarse a los paramilitares de Uribe, que sirve a los intereses de Estados Unidos, debe ser derrotada para salvar a Venezuela del fascismo y garantizar la vida y los derechos de todos.
Piedra de tranca
Guarimbeo
Escrito por DIARIO VEA
¡QUÉ VAINA TAN SERIA es esta oposición venezolana! No tiene compón. Definitivamente está condenada a pelar bola siempre. Y el fenómeno que con ella se plantea hace que muchos venezolanos y visitantes del exterior no comprendan lo que ocurre. No lo entienden porque si en algún país hay condiciones para hacer una oposición seria, que coloque el énfasis de su política en el tratamiento de los problemas reales, es Venezuela. Nadie se cree el cuento de que Chávez es un dictador que reprime a sus adversarios. Por el contrario, uno de los países donde hay libertad irrestricta, donde se les dice al Gobierno y al Presidente lo que le da la gana a cualquiera, es Venezuela. Centenares de partidos, de grupos políticos, de ONG, de organizaciones sociales, confirman que la gente se puede organizar como le venga en gana. Los medios recogen las más diversas opiniones y las instituciones funcionan. Ya quisieran oposiciones de otras naciones tener el margen de libertad y las garantías que tiene la venezolana.
MÁS BIEN CHÁVEZ ha sido demasiado permisivo. No existe otra experiencia similar a la venezolana: Un gobernante por no actuar frente a la conspiración fue derrocado; y los responsables del golpe fueron absueltos y siguieron operando en la calle libremente, al extremo de que meses después montaron el sabotaje contra la industria petrolera. No ha habido diálogo porque la oposición no quiere diálogo. Y los resultados de los procesos electorales indican que donde la oposición tiene votos, gana, y el Gobierno respeta el triunfo. ¿Pero qué es lo que pasa? Que la oposición quiere tumbar a Chávez y se propone acabar con el chavismo a sangre y fuego. Que la oposición es una caja negra en la que coexisten variadas expresiones de la política: los que no se quieren involucrar en aventuras, los partidarios de concurrir a elecciones, los que calientan la calle, los conspiradores de oficio; en fin, una ensalada podrida de ambiciones y odios.
POR ESO NO PUEDEN pensar con seriedad en la política. Carecen de sindéresis. De liderazgo y organización, y marchan a la deriva. Es la razón por la cual cada cierto tiempo retorna a fórmulas fracasadas del pasado. Abril del 2002 los encandila. Los atrae con fuerza incontrolable. Es el formato que los seduce y al cual nunca renunciarán. Por eso el reciclaje de la figura estelar de la desestabilización de hace siete años: El guarimbeo.
Porque la guarimba es el arquetipo. El emblema. Grupos aupados por los medios, hipnotizados, cortan el tráfico, se instalan en plazas y esquinas para agredir y ejecutar una violencia desenfrenada. En gran parte esos grupos actúan sin dirección, porque los políticos los usan, pero los eluden. Otras veces responden a directivas claras, destinadas a crear el caos. Nada les importa: Como cada día se reduce más la base social que solía apoyarlos, ahora, gracias a la complicidad de dueños de colegios privados, de los padres que no se pasean por los riesgos que corren sus hijos, por rectores universitarios fariseos, ahora apelan a niños de corta edad que se echan a la calle sin idea sobre lo que hacen y sin darse cuenta de la causa oscura que apoyan.
La guarimba es el último recurso de una desestabilización que agoniza, que perdió la Fuerza Armada, al pueblo, a gran parte del empresariado -incluyendo los banqueros-, que no le queda otra cosa que el agite insensato y el apoyo de medios de comunicación que están boqueando. Pero lo que queda del guarimbeo tiene que ser combatido con todo el rigor de la ley. Que aquellos que lo practican se atengan a las consecuencias y que después no se quejen.-
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