martes, 28 de junio de 2011

PUEBLO HATILLANO PIDE LA REPOSICIÓN DE SUS LINDEROS

Conflicto limítrofe entre alcaldías
El Hatillo vs. Baruta
Nueve urbanizaciones, entre ellas La Tahona, La Esmeralda y La Bonita que ahora le pertenecen a Baruta, fueron despojadas de El Hatillo sin que algún ente se interesara por recuperarlas
Tomado de El Municipal Edición 40
Anaís Herrera Emán
Desde 1784 se defendieron los límites correspondientes a las tierras hatillanas, entre estos, los linderos que les fueron arrebatados. Al menos nueve sectores y algunos terrenos sin urbanizar forman parte de lo que hoy en día es un lugar muy habitado, lleno de grandes parajes. Aún se desconoce la exactitud, en metros cuadrados, de los amplios terrenos que hoy adornan al territorio de Baruta.
De puño y letra de antepasados, se confirma que existen 31 documentos probatorios de los límites del municipio. Cabe recordar que un 3 de octubre de 1987, cuando El Hatillo se nombró como municipio autónomo, la Asamblea Legislativa de aquellos días no aceptó los linderos originales delimitados para la época, sino con los que contamos actualmente. Expertos en hacer honor al territorio hatillano, relatan que quizás fue por conveniencias políticas, el territorio de Baruta cuenta con más habitantes, es decir, más tesoro en votos.
El paso de algunos gobernantes ha dejado un pueblo lleno de promesas quebrantadas, esperanzas rotas y quizás el desaliento de las autoridades para devolverle a El Hatillo lo que le corresponde.
La historia refleja claramente que durante 72 años los habitantes del pueblo convivieron con sus linderos naturales y precisos, toda vez, que el 9 de junio de 1784 El Hatillo se aislara eclesiástica y territorialmente de Baruta.
Sus calles eran fielmente reconocidas y demarcadas por los hatillanos, hasta que en 1856 la ley de división territorial de los Estados Unidos de Venezuela, permitió la sustracción de territorio por intereses políticos.
Bajo la indolencia de quienes dirigen a un pueblo, hoy en día ya no existen las largas carreteras de tierra, caballos y decenas de siembras de café. Hoy, sólo se encuentra en esos linderos de El Hatillo lo que se conoce como Las Esmeraldas, la hermosa Tahona con sus altos edificios, el Centro Médico Docente La Trinidad, así como La Bonita, El Escampadero, el parcelamiento Los Hornitos, el conjunto San Gabriel, Granjería La Trinidad y todas las tierras por urbanizar de la quebrada La Boyera.
La lucha de Baltasar fue en vano
El ambiente unificado exigía independencia y qué mejor ejemplo que el de Don Baltasar De León, hombre luchador, de ojos firmes hacia el futuro, quien demostró el 9 de junio de 1874 junto a los vecinos del Jatillo, como se le conocía anteriormente, la elevación de El Hatillo a parroquia eclesiástica y territorial. Don Gabriel José Lindo, clérigo, fue quien declaró la división, desmembración y creación en parroquia de las aguas vertientes y tierras fértiles del sitio de El Hatillo, que se encontraba para entonces segregado al curato de Baruta.
Los vecinos de El Hatillo respiraron los aires de la autonomía y fue honrado con los límites que fueron demarcados bajo la invocación y amor a Santa Rosalía de Palermo.
Para entonces, las necesidades divinas o eclesiásticas de estos territorios eran las mismas. Baruta era la sede donde cada tarde solían celebrarse matrimonios, bautizos y hasta las honras fúnebres de ambos lugares.
Con Baltasar De León, el pueblo de El Hatillo escribió una historia que ha sido tornada para el beneficio de otros hombres.
Así se demarcaron las tierras Rosario González, arquitecto, describe sutilmente sobre un mapa la zona que aún se encuentra en reclamación. De puño y letra, Baltasar De León reconoció y examinó el terreno y linderos que puedan darse en la nueva parroquia de El Hatillo y eligió la construcción de todo, y lo deslindó de la siguiente manera:
Por el Naciente: El Picacho de Turgua, una línea recta del norte al sur, aguas vertientes de El Hatillo.
Por el Norte: las aguas del río Guaire, hasta la boca de La Guairita, aguas vertientes a dicho Guaire y Guairita.
Por el Poniente: El Pichacho del Volcán, Peñón de Las Esmeraldas, La Guairita, esto en línea recta del norte al sur, con las vertientes a La Guairita.
Por el Sur: La Loma de Las Tetas, Altos Gavilán, línea recta del naciente al poniente.
Comprendidos dentro de dicha demarcación, se confirmó la calidad y pureza, todos los presentes firmaron conforme establecido. Hoy, El Hatillo, pueblo turístico y de gente amable, espera por un Baltasar De León que pueda defender los linderos, necesario seguir el ejemplo de antepasados para delimitar estas tierras.
El Hatillo espera por hombres luchadores y constantes en hacer borrar esas ásperas líneas de la zona reclamada. Se necesita un personaje que piense como hijo Hatillo, que vista de conocimiento sobre límites. Regresar al pasado es, sin dudas, la historia de un pueblo, documentos cuan pergaminos de la época que demuestran la veracidad de los límites hatillanos.
En los días que transcurren, vale la esperar por los poderíos que elevan pueblo, y demostrar que los linderos les Tierras divinas, tierras dulces, hatillanos te esperan.
En los días que transcurren, vale la esperar por los poderíos que elevan pueblo, y demostrar que los linderos les pertenecen Tierras divinas, tierras dulces, hatillanos te esperan.

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