Masacre de Yumare. Es asesinado un grupo de jóvenes por policías de Acción Democrática
Un día como hoy, el 8 de mayo de 1986, se cumple un nuevo aniversario de la masacre de Yumare (Yaracuy), brutal asesinato de un grupo de jóvenes ametrallados sin ninguna justificación ni pretexto. Desgraciadamente jamás se ha podido establecer responsabilidades judiciales ni penales para castigar a los culpables. Se ha señalado que la masacre fue dirigida por Henry López Sisco; sin embargo, éste no ha sido citado y se ha burlado de la justicia venezolana
Masacre de Yumare:
El asesinato de nueve compañeros sacudió nuestros sentimientos con la misma violencia que doblegó sus cuerpos. Los recordamos de cara al agresor, mirándolos de frente, más firmes que nunca en nuestro odio de clase. Ellos fueron quitados para que el pueblo se resignara a vivir en la desgracia del capitalismo y la corrupción. Ellos levantaban un movimiento político social denominado “La Corriente Histórica Social” que rescataba el pensamiento bolivariano, en busca de una patria justa para los venezolanos y la unión de los países hermanos.
La “Corriente Histórica Social” estaba conformada por dirigentes sociales, vecinales, estudiantes y sindicales, quienes a través de actividades públicas enarbolaban un proyecto político, cuya base ideológica fundamental estaba constituida por la difusión y practica en el seno de las comunidades organizadas del pensamiento bolivariano y nacionalista, a través de experiencias autogestionarias en la solución de los problemas sociales
El 8 de mayo de 1986, fueron asesinadas por un comando de la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) nueve personas, en la zona de la Vaca, cercano a la población de Yumare, del distrito Bolívar del estado Yaracuy. Las autoridades policiales indicaron que se trató de un enfrentamiento armado de un grupo de la DISIP con un grupo de Guerrilleros que los sorprendieron en una emboscada, con el resultado de nueve Guerrilleros muertos y un efectivo herido (Henry López Sisco).
Sin embargo según testigos afirman que esas personas fueron detenidas, torturadas y posteriormente ejecutadas; les colocaron ropas militares encima de sus ropas de civil, indicaron que los mismos eran luchadores sociales y defensores del pensamiento Bolivariano.
Ya hace 23 años de tan abominable hecho, a las cinco de una madrugada fría y lluviosa en una montaña que fue testigo de los destellos de las granadas y de las ráfagas artificiales.
Los diarios nacionales y el Yaracuy al día del día 9, relataban una asombrosa historia sobre una emboscada perpetrada por un grupo de irregulares a una comisión de la Disip bajo el mando del comisario de la Disip Henry López Sisco quien fue herido supuestamente por los irregulares, se dijo que había recibido un disparo en la región intercostal por un FAL 30, que le destrozo las costillas, el brazo y el pulmón.
Los diarios estaban abarrotados de opiniones oficiales, donde el Ministro de Interior para el momento, Octavio Lepage contaba lo bárbaros que habían sido los irregulares.
El Gobernador para entonces Guevara Iglesias comentaba que esto no quería decir que la guerrilla iba a recrudecer en la zona, ya que se trataba de solo un grupo de irregulares que tradicionalmente estaba en la zona.
En contraposición, a las declaraciones oficiales, el diputado al Congreso de la República por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Héctor Pérez Marcano en una entrevista, dijo que hubo alevosía y ventaja, pues los funcionarios andaban sin chaleco antibalas, ellos sabían que no era gente peligrosa, así mismo comento que el MIR exigiría una investigación a fondo por parte del Congreso Nacional porque el caso Yumare no puede quedar impune. También cito que el Gobernador mentía, pues resultaba ilógico que la Disip sufriera una emboscada ante la proporción de muertos y heridos.
Conociendo a los Asesinados:
Alfredo Castillo: De nacionalidad Colombiana, fue miembro del Ejercito de Liberación Nacional (ELN), de Colombia. Llego a Venezuela en el año de 1984, tenía varios libros inéditos de poesía y testimonio. Deja a dos hijos en Colombia, David Alejandro y María Catalina, mellizos de cinco años de edad.
Dilia Antonia Rojas: Conocida como la Negra, era Venezolana, milito desde muy joven en el Movimiento Revolucionario. Fue miembro del grupo Punto Cero. Vivió en Cuba exiliada durante varios años hasta que cambios políticos le permitieron regresar a Venezuela, donde comienza a trabajar como buhonera para sostener a sus siete hijos. Testimonio de sus familiares indican que su cadáver estaba destrozado por las torturas, e incluso le fueron cercenados los senos a machetazos.
Simón José Romero Madriz: Era Venezolano, natural de Caracas, casado con Iris Mariela Gómez Marrero, deja un hijo de tres años, Samuel. Desde joven tuvo vocación por la música, dicto cursos de guitarra en el Centro Cultural Federación de jóvenes de Venezuela, formo parte de los grupos musicales Espiga, y Canción Libre. Fue enterrado por su madre Isabel Madriz, en el cementerio de San Felipe. El cadáver estaba desfigurado por las torturas, le fueron cercenados los dedos de las manos a machetazos.
Rafael Ramón Quevedo Infante: Conocido como el Gato, natural de Bocono, estado Trujillo. Soltero, Poeta y Activista Cultural, dejo un poemario publicado, “Entre la tierra y la piel” y otros inéditos. Fue enterrado en Bocono, su cadáver estaba deformado por las torturas. Su entierro se convirtió una manifestación multitudinaria en la que participo todo su pueblo.
Nelson Martín Castellano Díaz: Venezolano, casado con Gladis Cabrera, dejo a tres hijos: Lenin, Natalí y Nelson. Era el único sostén de su hogar. Su cadáver, según testimonio de sus familiares tenía un ojo vaciado, machetazos en los brazos, el cuello quebrado, golpes y moretones en todo el cuerpo, los dedos fracturados, un tiro en el pulmón izquierdo y un tiro de gracia en la nuca.
José Rosendo Silva Medina: Venezolano, natural de Las Mercedes estado Guárico. Su cadáver presento perforaciones de bala y estaba terriblemente desfigurado por efecto de las torturas.
Luís Rafael Guzmán Green: Conocido como Roberto y Martín, dejo varios hijos. Su cadáver fue rescatado por una tía y trasladado a la región de Guayana donde fue enterrado. Presentaba numerosas heridas de bala y fractura abierta del cráneo.
Pedro Pablo Jiménez García: Venezolano, natural del estado Falcón. Casado con Maria Salguero, deja tres hijos; Marlenín, Pedro y Darío. Su cadáver fue enterrado en Maracaibo, tenía un testículo desprendido, pérdida total de la dentadura, la nariz fracturada, una ráfaga en el tórax y un tiro de gracia en el cráneo.
Ronald José Morao Salgado: Venezolano, natural de Soro, estado Sucre. Fue enterrado en el Cementerio General del Sur en Caracas. Su cadáver, torturado presentaba igualmente dos tiros de gracia en la nuca.
Quedaron Sobrevivientes:
Según información suministrada por Edmundo Hernández, hijo Dilia Antonia Rojas, quedaron cuatro sobrevivientes de la tragedia vivida en 1986. actualmente solo viven tres de ellas, porque Ayacote, como lo reconocían, murió. Esas personas tienen aproximadamente cuarenta y cinco (45) años de edad. Explico que salvaron sus vidas porque en la madrugada se cambiaron de lugar. Escaparon por la quebrada y sobrevivieron gracias a las lluvias, ya que las personas que estaban en los helicópteros no los veían.
“Ayacote, como ya había pertenecido a las luchas armadas les dijo a los otros que no se entregaran, duraron días perdidos en la montaña. Todos se quedaron en el país y salieron de la montaña un mes después de los hechos”, afirmo Hernández.
Concluyo diciendo que no podía dar sus nombres ni informar aun en que estado del país se encuentran para resguardarlos. Se cree que esta sea la carta bajo la manga que dice tener José Vicente Rangel para desenmascarar a los autores intelectuales y los asesinos de este hecho.
Actualmente los abogados de los familiares de las victimas interpusieron una querella ante el Circuito Judicial Penal de Yaracuy y se reabierto el caso.
Un día como hoy, el 8 de mayo de 1986, se cumple un nuevo aniversario de la masacre de Yumare (Yaracuy), brutal asesinato de un grupo de jóvenes ametrallados sin ninguna justificación ni pretexto. Desgraciadamente jamás se ha podido establecer responsabilidades judiciales ni penales para castigar a los culpables. Se ha señalado que la masacre fue dirigida por Henry López Sisco; sin embargo, éste no ha sido citado y se ha burlado de la justicia venezolana
Masacre de Yumare:
El asesinato de nueve compañeros sacudió nuestros sentimientos con la misma violencia que doblegó sus cuerpos. Los recordamos de cara al agresor, mirándolos de frente, más firmes que nunca en nuestro odio de clase. Ellos fueron quitados para que el pueblo se resignara a vivir en la desgracia del capitalismo y la corrupción. Ellos levantaban un movimiento político social denominado “La Corriente Histórica Social” que rescataba el pensamiento bolivariano, en busca de una patria justa para los venezolanos y la unión de los países hermanos.
La “Corriente Histórica Social” estaba conformada por dirigentes sociales, vecinales, estudiantes y sindicales, quienes a través de actividades públicas enarbolaban un proyecto político, cuya base ideológica fundamental estaba constituida por la difusión y practica en el seno de las comunidades organizadas del pensamiento bolivariano y nacionalista, a través de experiencias autogestionarias en la solución de los problemas sociales
El 8 de mayo de 1986, fueron asesinadas por un comando de la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) nueve personas, en la zona de la Vaca, cercano a la población de Yumare, del distrito Bolívar del estado Yaracuy. Las autoridades policiales indicaron que se trató de un enfrentamiento armado de un grupo de la DISIP con un grupo de Guerrilleros que los sorprendieron en una emboscada, con el resultado de nueve Guerrilleros muertos y un efectivo herido (Henry López Sisco).
Sin embargo según testigos afirman que esas personas fueron detenidas, torturadas y posteriormente ejecutadas; les colocaron ropas militares encima de sus ropas de civil, indicaron que los mismos eran luchadores sociales y defensores del pensamiento Bolivariano.
Ya hace 23 años de tan abominable hecho, a las cinco de una madrugada fría y lluviosa en una montaña que fue testigo de los destellos de las granadas y de las ráfagas artificiales.
Los diarios nacionales y el Yaracuy al día del día 9, relataban una asombrosa historia sobre una emboscada perpetrada por un grupo de irregulares a una comisión de la Disip bajo el mando del comisario de la Disip Henry López Sisco quien fue herido supuestamente por los irregulares, se dijo que había recibido un disparo en la región intercostal por un FAL 30, que le destrozo las costillas, el brazo y el pulmón.
Los diarios estaban abarrotados de opiniones oficiales, donde el Ministro de Interior para el momento, Octavio Lepage contaba lo bárbaros que habían sido los irregulares.
El Gobernador para entonces Guevara Iglesias comentaba que esto no quería decir que la guerrilla iba a recrudecer en la zona, ya que se trataba de solo un grupo de irregulares que tradicionalmente estaba en la zona.
En contraposición, a las declaraciones oficiales, el diputado al Congreso de la República por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Héctor Pérez Marcano en una entrevista, dijo que hubo alevosía y ventaja, pues los funcionarios andaban sin chaleco antibalas, ellos sabían que no era gente peligrosa, así mismo comento que el MIR exigiría una investigación a fondo por parte del Congreso Nacional porque el caso Yumare no puede quedar impune. También cito que el Gobernador mentía, pues resultaba ilógico que la Disip sufriera una emboscada ante la proporción de muertos y heridos.
Conociendo a los Asesinados:
Alfredo Castillo: De nacionalidad Colombiana, fue miembro del Ejercito de Liberación Nacional (ELN), de Colombia. Llego a Venezuela en el año de 1984, tenía varios libros inéditos de poesía y testimonio. Deja a dos hijos en Colombia, David Alejandro y María Catalina, mellizos de cinco años de edad.
Dilia Antonia Rojas: Conocida como la Negra, era Venezolana, milito desde muy joven en el Movimiento Revolucionario. Fue miembro del grupo Punto Cero. Vivió en Cuba exiliada durante varios años hasta que cambios políticos le permitieron regresar a Venezuela, donde comienza a trabajar como buhonera para sostener a sus siete hijos. Testimonio de sus familiares indican que su cadáver estaba destrozado por las torturas, e incluso le fueron cercenados los senos a machetazos.
Simón José Romero Madriz: Era Venezolano, natural de Caracas, casado con Iris Mariela Gómez Marrero, deja un hijo de tres años, Samuel. Desde joven tuvo vocación por la música, dicto cursos de guitarra en el Centro Cultural Federación de jóvenes de Venezuela, formo parte de los grupos musicales Espiga, y Canción Libre. Fue enterrado por su madre Isabel Madriz, en el cementerio de San Felipe. El cadáver estaba desfigurado por las torturas, le fueron cercenados los dedos de las manos a machetazos.
Rafael Ramón Quevedo Infante: Conocido como el Gato, natural de Bocono, estado Trujillo. Soltero, Poeta y Activista Cultural, dejo un poemario publicado, “Entre la tierra y la piel” y otros inéditos. Fue enterrado en Bocono, su cadáver estaba deformado por las torturas. Su entierro se convirtió una manifestación multitudinaria en la que participo todo su pueblo.
Nelson Martín Castellano Díaz: Venezolano, casado con Gladis Cabrera, dejo a tres hijos: Lenin, Natalí y Nelson. Era el único sostén de su hogar. Su cadáver, según testimonio de sus familiares tenía un ojo vaciado, machetazos en los brazos, el cuello quebrado, golpes y moretones en todo el cuerpo, los dedos fracturados, un tiro en el pulmón izquierdo y un tiro de gracia en la nuca.
José Rosendo Silva Medina: Venezolano, natural de Las Mercedes estado Guárico. Su cadáver presento perforaciones de bala y estaba terriblemente desfigurado por efecto de las torturas.
Luís Rafael Guzmán Green: Conocido como Roberto y Martín, dejo varios hijos. Su cadáver fue rescatado por una tía y trasladado a la región de Guayana donde fue enterrado. Presentaba numerosas heridas de bala y fractura abierta del cráneo.
Pedro Pablo Jiménez García: Venezolano, natural del estado Falcón. Casado con Maria Salguero, deja tres hijos; Marlenín, Pedro y Darío. Su cadáver fue enterrado en Maracaibo, tenía un testículo desprendido, pérdida total de la dentadura, la nariz fracturada, una ráfaga en el tórax y un tiro de gracia en el cráneo.
Ronald José Morao Salgado: Venezolano, natural de Soro, estado Sucre. Fue enterrado en el Cementerio General del Sur en Caracas. Su cadáver, torturado presentaba igualmente dos tiros de gracia en la nuca.
Quedaron Sobrevivientes:
Según información suministrada por Edmundo Hernández, hijo Dilia Antonia Rojas, quedaron cuatro sobrevivientes de la tragedia vivida en 1986. actualmente solo viven tres de ellas, porque Ayacote, como lo reconocían, murió. Esas personas tienen aproximadamente cuarenta y cinco (45) años de edad. Explico que salvaron sus vidas porque en la madrugada se cambiaron de lugar. Escaparon por la quebrada y sobrevivieron gracias a las lluvias, ya que las personas que estaban en los helicópteros no los veían.
“Ayacote, como ya había pertenecido a las luchas armadas les dijo a los otros que no se entregaran, duraron días perdidos en la montaña. Todos se quedaron en el país y salieron de la montaña un mes después de los hechos”, afirmo Hernández.
Concluyo diciendo que no podía dar sus nombres ni informar aun en que estado del país se encuentran para resguardarlos. Se cree que esta sea la carta bajo la manga que dice tener José Vicente Rangel para desenmascarar a los autores intelectuales y los asesinos de este hecho.
Actualmente los abogados de los familiares de las victimas interpusieron una querella ante el Circuito Judicial Penal de Yaracuy y se reabierto el caso.
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