Fue corredactor de la Ley de Reforma Agraria. Dejó la política y posteriormente ejerció como profesor de la Universidad Central de Venezuela. Murió en Caracas el 29 de junio de 1970
Fue partidario asimismo de utilizar la riqueza petrolera como mecanismo de solidaridad entre los pueblos. En 1960, por ejemplo, defendió a través de su columna semanal en el diario El Nacional de Caracas el proyecto de enviar petróleo a Cuba. "La forma de pago se encuentra con solo quererla encontrar", escribió en uno de sus artículos.
Su obra, dispersa en decenas de artículos, ensayos y conferencias, se encuentra recopilada en dos tomos publicados a finales del siglo pasado por la Universidad de Los Andes en Mérida, bajo el título Petróleo y Soberanía Nacional.
Salvador de la Plaza fue dueño de un carácter muy reservado pero franco. Llevó siempre una vida austera y solitaria, dedicada prácticamente a trabajar por la justicia social y el bien común. De aquí que sus amigos le apodaron el "monje rojo". Murió a los 74 años de edad el 29 de junio de 1970 de un infarto al corazón mientras trabajaba en su despacho de la Universidad Central de Venezuela.
Venezuela tiene hoy día la gran oportunidad histórica en la que pensaba Salvador de la Plaza para crear instrumentos, políticas e instituciones capaces de construir la transición hacia una sociedad real postpetrolera. Un serio y elevado debate nacional, comprometido con las generaciones futuras, debe incluir respuestas alternativas a los problemas nacionales, pero también al orden económico mundial que amenaza con expulsar a la especie humana del planeta. Es éste, sin duda, el enorme reto de la Revolución Bolivariana.
Fue partidario asimismo de utilizar la riqueza petrolera como mecanismo de solidaridad entre los pueblos. En 1960, por ejemplo, defendió a través de su columna semanal en el diario El Nacional de Caracas el proyecto de enviar petróleo a Cuba. "La forma de pago se encuentra con solo quererla encontrar", escribió en uno de sus artículos.
Su obra, dispersa en decenas de artículos, ensayos y conferencias, se encuentra recopilada en dos tomos publicados a finales del siglo pasado por la Universidad de Los Andes en Mérida, bajo el título Petróleo y Soberanía Nacional.
Salvador de la Plaza fue dueño de un carácter muy reservado pero franco. Llevó siempre una vida austera y solitaria, dedicada prácticamente a trabajar por la justicia social y el bien común. De aquí que sus amigos le apodaron el "monje rojo". Murió a los 74 años de edad el 29 de junio de 1970 de un infarto al corazón mientras trabajaba en su despacho de la Universidad Central de Venezuela.
Venezuela tiene hoy día la gran oportunidad histórica en la que pensaba Salvador de la Plaza para crear instrumentos, políticas e instituciones capaces de construir la transición hacia una sociedad real postpetrolera. Un serio y elevado debate nacional, comprometido con las generaciones futuras, debe incluir respuestas alternativas a los problemas nacionales, pero también al orden económico mundial que amenaza con expulsar a la especie humana del planeta. Es éste, sin duda, el enorme reto de la Revolución Bolivariana.
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