Hace 118 años, en 1891 muere en Caracas en la más absoluta pobreza, el sabio humanista, poeta y escritor mirandino Cecilio Acosta, modesto, creador y ejemplar ciudadano, literato y ensayista es la suya una obra trascendente y profunda que identificará siempre un modo de ser, de luchar por la libertad y la honra, de superar las pobrezas que limitan el pleno desarrollo del ser humano.
Nació en San Diego de Los Altos (Miranda) y fue el más notable pensador de la época.
Desde la infancia se esmeró en su propia educación; lector infatigable, llegó a hablar varios idiomas. Se graduó en leyes en la Universidad Central de Venezuela.
Tuvo una gran influencia entre todos los intelectuales y jóvenes, gracias al vigor de sus escritos y lo hermoso de su poesía.
Siendo estudiante, divulga sus primeros escritos en periódicos caraqueños. Desde entonces escribe con frecuencia. La hoja del diario es uno de los medios que más utiliza para comunicar sus ideas. Deja constancia del aprecio que tiene por el periódico, o "el libro del pueblo", como él lo llama.
Sobre las Universidades escribió:
Enséñese lo que se entienda, enséñese, lo que sea útil, enséñese a todos; y eso es todo.
¿Qué gana el que pasa años y años estudiando lo que después ha de olvidar, porque si es en el comercio no lo admiten, si es en las fábricas tampoco, sino quedarse como viejo rabino entre cristianos? ¿Hasta cuando se ha de preferir el Nebrija, que da hambre, a la cartilla de las artes, que da pan, y las abstracciones del colegio a las realidades del taller?
Nació en San Diego de Los Altos (Miranda) y fue el más notable pensador de la época.
Desde la infancia se esmeró en su propia educación; lector infatigable, llegó a hablar varios idiomas. Se graduó en leyes en la Universidad Central de Venezuela.
Tuvo una gran influencia entre todos los intelectuales y jóvenes, gracias al vigor de sus escritos y lo hermoso de su poesía.
Siendo estudiante, divulga sus primeros escritos en periódicos caraqueños. Desde entonces escribe con frecuencia. La hoja del diario es uno de los medios que más utiliza para comunicar sus ideas. Deja constancia del aprecio que tiene por el periódico, o "el libro del pueblo", como él lo llama.
Sobre las Universidades escribió:
Enséñese lo que se entienda, enséñese, lo que sea útil, enséñese a todos; y eso es todo.
¿Qué gana el que pasa años y años estudiando lo que después ha de olvidar, porque si es en el comercio no lo admiten, si es en las fábricas tampoco, sino quedarse como viejo rabino entre cristianos? ¿Hasta cuando se ha de preferir el Nebrija, que da hambre, a la cartilla de las artes, que da pan, y las abstracciones del colegio a las realidades del taller?
Su pobreza era tan rigurosa, que hubo necesidad de apelar a la caridad de sus amigos para costear los gastos de entierro. Moría en la indigencia quien había sido millonario en conocimientos útiles y en altos valores éticos.
Pocos días después de su muerte, el gran pensador y libertador cubano José Martí, quien por entonces residía en Caracas, publicó su hermosísima elegía en homenaje a Cecilio Acosta, y la inició con estas solemnes palabras:
“Ya está hueca, y sin lumbre, aquella cabeza altiva, que fue cuna de tanta idea grandiosa; y mudos aquellos labios que hablaron lengua tan varonil y tan gallarda; y yerta, junto a la pared del ataúd, aquella mano que fue siempre sostén de pluma honrada, sierva de amor y al mal rebelde. Ha muerto un justo: Cecilio Acosta ha muerto. Llorarlo fuera poco. Estudiar sus virtudes e imitarlas es el único homenaje grato a las grandes naturalezas y digno de ellas. Trabajó en hacer hombres: se le dará gozo con serlo” José Martí
Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 5 de julio de 1937.
Pocos días después de su muerte, el gran pensador y libertador cubano José Martí, quien por entonces residía en Caracas, publicó su hermosísima elegía en homenaje a Cecilio Acosta, y la inició con estas solemnes palabras:
“Ya está hueca, y sin lumbre, aquella cabeza altiva, que fue cuna de tanta idea grandiosa; y mudos aquellos labios que hablaron lengua tan varonil y tan gallarda; y yerta, junto a la pared del ataúd, aquella mano que fue siempre sostén de pluma honrada, sierva de amor y al mal rebelde. Ha muerto un justo: Cecilio Acosta ha muerto. Llorarlo fuera poco. Estudiar sus virtudes e imitarlas es el único homenaje grato a las grandes naturalezas y digno de ellas. Trabajó en hacer hombres: se le dará gozo con serlo” José Martí
Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 5 de julio de 1937.
1 comentario:
Era un hombre sin importancia a los ojos de sus contemporáneos y de las fuerzas vivas... que por su forma de ser, ajena a complicidades políticas, estaba marginado de la dinámica del poder... Que por haber nacido en San Diego de los Altos, de una familia modesta y sin mayores recursos, que tampoco logró acrecentar, estaba desvinculado de las grandes familias que, como los Blanco, consintieron en su destitución. Hoy a 127 años de de su muerte, sin embargo, la imagen de Cecilio Acosta no sólo perdura sino que se exalta en la grandeza y reconocimiento del pueblo, de los valores y de la intelectualidad. Su nombre aparece en la historia de Venezuela como una de las figuras más ilustres de nuestro devenir... Hay estatuas de Cecilio Acosta... Hay calles, plazas, universidades y liceos que llevan su nombre. ¿Dónde están, sin embargo, los Don Sensatos, los burócrata solemnes. ¿Quién sabe que alguna vez existieron? ¿Qué en sus entierros probablemente se agotaron las flores del Guaraira Repano y se dijeron discursos encendidamente laudatorios? ¡Nadie! ¡Absolutamente nadie! Fueron estrellas fugaces, glorias efímeras. A diferencia de la obra de Acosta, que permanece viva y presente en la venezolanidad.
Esta es la Venezuela que tenemos que cambiar, entre muchas otras cosas más.
Y cuando alzó el vuelo, tenía limpias las alas, dijo José Martí.
Salud Camaradas:
Hasta la Victoria Siempre.
Patria. Socialismo o Muerte.
¡Venceremos
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