Febrero Rojo: del Caracazo a la Enmienda
En febrero de 1989 vivía yo en Cuba, donde pasé el Curso de Superación Político-Ideológico en la Escuela Superior del Partido Comunista de Cuba “Ñico López”. Las noticias del “Caracazo” las oíamos en la BBC de Londres, gracias al apoyo técnico de un camarada surafricano “Daniel”, de origen indio, quien era experto en comunicaciones del proscrito partido de Mandela, el Congreso Nacional Africano.
El pueblo venezolano produjo el primer alzamiento contra el neoliberalismo. Fue el “punto crítico” que dio inicio al actual proceso revolucionario. Nuestra rabia contenida por el ancho mar que nos separaba de la insurrección que siempre soñamos, quedó convertida en una canción que invoca al Libertador.
Cuatro años antes, el 16 de febrero de 1985, asistimos con otra rabia a las exequias del Cantor del Pueblo, nuestro querido Alí Primera. Claveles rojos en alto y una canción que habla de las palabras que él nos enseñó para liberarnos.
La noche del 3 de febrero de 1992, nos llegó la información que se había activado la insurrección de cuyos preparativos supimos un año antes, en reunión cerrada de un grupo de la Dirección Nacional de La Causa R en un pequeño apartamento de Valencia. La coordinación prevista con los compañeros militares que debíamos esperar de un tal “Pancho”, según las instrucciones que personalmente recibimos de Alí Rodríguez, nunca se materializó por situaciones de “fuerza mayor”. “Pancho” era Francisco Arias Cárdenas.
Pasó lo que ya sabemos y la historia aceleró los pasos, porque la rebelión del pueblo uniformado y armado aquel 4 de febrero, fue el mejor catalizador para los cambios que las mayorías nacionales anhelábamos.
Chávez es hacedor y hechura de esa historia donde el pueblo en movimiento adquirió una marcha cuyo paso no será muy fácil detener.
Febrero rebelde, nos remite al Grito de la Federación, a la Batalla de la Victoria, al nacimiento de Zamora el 1º y de Sucre el 3, a la zarpada del Leander mirandino el 2, a la instalación del Congreso de Angostura, la presidencia de Bolívar y el nacimiento de la Gran Colombia; por lo que es un mes rojo patrio.
Razones poderosas nos exigen dar el máximo esfuerzo por vencer en esta contienda fundamental. Se trata de la posibilidad de continuidad del proceso revolucionario con su principal jefe e inspirador al frente del timón. Chávez es garantía de unidad del pueblo, unidad de los revolucionarios, y la unidad multiplica, mientras la división resta. Otros liderazgos los tenemos, pero no es exagerado decir que, en términos históricos, el de Chávez es, en este momento, imprescindible.
Ganar el 15 de febrero con el SI a la Enmienda, es derrotar a los viles afectos del dios dinero, es seguir construyendo un mundo con equilibrio de poder y una mejor humanidad, es fortalecer la soberanía e independencia nacional frente a quienes quieren verla sumisa al imperialismo, es alcanzar el futuro hoy con un desarrollo educativo, cultural y tecnológico al servicio de nuestro pueblo, es tener gobernabilidad sobre nuestros recursos naturales frente a la voracidad del capital transnacional, es consolidar una visión humanista y ambientalista del ejercicio del poder, es garantizar el abastecimiento alimentario en medio de la grave contradicción mundial de crear excedentes en alimentos y hambrunas colectivas a la vez, es, en fin, honrar esa herencia de muchos febreros que nos ha hecho una nación libre y soberana. Claro que SI.
Ildefonso Finol
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."
Simón Bolívar, El Libertador.
En febrero de 1989 vivía yo en Cuba, donde pasé el Curso de Superación Político-Ideológico en la Escuela Superior del Partido Comunista de Cuba “Ñico López”. Las noticias del “Caracazo” las oíamos en la BBC de Londres, gracias al apoyo técnico de un camarada surafricano “Daniel”, de origen indio, quien era experto en comunicaciones del proscrito partido de Mandela, el Congreso Nacional Africano.
El pueblo venezolano produjo el primer alzamiento contra el neoliberalismo. Fue el “punto crítico” que dio inicio al actual proceso revolucionario. Nuestra rabia contenida por el ancho mar que nos separaba de la insurrección que siempre soñamos, quedó convertida en una canción que invoca al Libertador.
Cuatro años antes, el 16 de febrero de 1985, asistimos con otra rabia a las exequias del Cantor del Pueblo, nuestro querido Alí Primera. Claveles rojos en alto y una canción que habla de las palabras que él nos enseñó para liberarnos.
La noche del 3 de febrero de 1992, nos llegó la información que se había activado la insurrección de cuyos preparativos supimos un año antes, en reunión cerrada de un grupo de la Dirección Nacional de La Causa R en un pequeño apartamento de Valencia. La coordinación prevista con los compañeros militares que debíamos esperar de un tal “Pancho”, según las instrucciones que personalmente recibimos de Alí Rodríguez, nunca se materializó por situaciones de “fuerza mayor”. “Pancho” era Francisco Arias Cárdenas.
Pasó lo que ya sabemos y la historia aceleró los pasos, porque la rebelión del pueblo uniformado y armado aquel 4 de febrero, fue el mejor catalizador para los cambios que las mayorías nacionales anhelábamos.
Chávez es hacedor y hechura de esa historia donde el pueblo en movimiento adquirió una marcha cuyo paso no será muy fácil detener.
Febrero rebelde, nos remite al Grito de la Federación, a la Batalla de la Victoria, al nacimiento de Zamora el 1º y de Sucre el 3, a la zarpada del Leander mirandino el 2, a la instalación del Congreso de Angostura, la presidencia de Bolívar y el nacimiento de la Gran Colombia; por lo que es un mes rojo patrio.
Razones poderosas nos exigen dar el máximo esfuerzo por vencer en esta contienda fundamental. Se trata de la posibilidad de continuidad del proceso revolucionario con su principal jefe e inspirador al frente del timón. Chávez es garantía de unidad del pueblo, unidad de los revolucionarios, y la unidad multiplica, mientras la división resta. Otros liderazgos los tenemos, pero no es exagerado decir que, en términos históricos, el de Chávez es, en este momento, imprescindible.
Ganar el 15 de febrero con el SI a la Enmienda, es derrotar a los viles afectos del dios dinero, es seguir construyendo un mundo con equilibrio de poder y una mejor humanidad, es fortalecer la soberanía e independencia nacional frente a quienes quieren verla sumisa al imperialismo, es alcanzar el futuro hoy con un desarrollo educativo, cultural y tecnológico al servicio de nuestro pueblo, es tener gobernabilidad sobre nuestros recursos naturales frente a la voracidad del capital transnacional, es consolidar una visión humanista y ambientalista del ejercicio del poder, es garantizar el abastecimiento alimentario en medio de la grave contradicción mundial de crear excedentes en alimentos y hambrunas colectivas a la vez, es, en fin, honrar esa herencia de muchos febreros que nos ha hecho una nación libre y soberana. Claro que SI.
Ildefonso Finol
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."
Simón Bolívar, El Libertador.
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