Hace 44 años te quisieron desaparecer "Camarada Pipote"
Sigues en nuestra memoria y ejemplo "Camarada Pipote"
La verdad surgió del mar en una playa de Lechería, Estado Anzoátegui, donde un grupo de criminales con chapas policiales y apoyo institucional había lanzado el cuerpo sin vida después de haberlo sometido a insoportables tormentos.
La verdad surgió del mar en una playa de Lechería, Estado Anzoátegui, donde un grupo de criminales con chapas policiales y apoyo institucional había lanzado el cuerpo sin vida después de haberlo sometido a insoportables tormentos.
La exhumación indicó que las yemas de sus dedos habían sido rebanadas, tenía vértebras cervicales desprendidas y para que se hundiera le ataron una cadena con un pico de los usados en construcción.
Alberto Lovera,fue devuelto por el mar luego de su horrendo crimen, hasta hoy impune.
"Alberto tu no estas muerto aunque los que te mataron andan caminando y sueltos"
Luis G. Gonzalez P.
El 18 de octubre de 1965 a eso de las 6:00pm es detenido cerca de la Plaza de las Tres Gracias el camarada ALBERTO LOVERA, dirigente del Partido Comunista de Venezuela, quien circulaba en su automóvil, un “Mercedes-Benz” color azul cuando fue interceptado por una comisión de la DIGEPOL encabezada por el “capitán” Carlos VEGAS DELGADO. Era Ministro de Relaciones Interiores el doctor Gonzalo BARRIOS.
Alberto fue de inmediato trasladado a la sede de la DIGEPOL en el Edificio “Las Brisas” donde comenzó a ser torturado. El director de esa policía política era J. J. PATIÑO GONZÁLEZ. El auto de Alberto fue visto aparcado en el estacionamiento (sótano) del cuerpo represivo por otros detenidos, y comenzó entonces el calvario para el preso, sometido a crueles tormentos por “los muchachos de Carlos Andrés”, como se le llamama a los los funcionarios más agresivos, atracadores con apoyo institucional, del Departamento de Jefatura de la DIGEPOL.
El 23 de octubre a tempranas horas de la noche Alberto es llevado al Retén “Planchart” en Puente Mohedano y allí continúan torturándolo hasta que sus captores deciden trasladarlo al Campo Antiguerrillero de “Cachipo” en el Estado Monagas, donde fue rechazado su ingreso debido al estado físico en que se hallaba por los maltratos recibidos.
La inmoralidad de adecos y copeyanos era tanta que llegaron a esparcir la especie de que Lovera se había “ablandado” en su línea política y por ello había sido ejecutado por sus propios compañeros de línea “dura” (recordemos el documento “Operación Loto contra Macuare” que fue ‘descubierto’ en uno de los allanamientos practicados por los mismos asesinos de la DIGEPOL en la casa de Gustavo MACHADO en septiembre de 1963), infundio convertido en información oficial por parte del Jefe de la DIGEPOL, J. J. PATIÑO GONZÁLEZ, quien para ello se valió de un exmilitante del PCV, el delator Helímenas CHIRINOS, y de otro policía de su misma calaña, Ramón Ovidio ATAIDE OLVERA.
Y mientras aquí, en el diario “El Nacional”, el dirigente adeco Carlos CANACHE MATA, quien por la responsabilidad que tenía en el partido y en el gobierno era difícil que ignorara lo que con LOVERA ocurría, escribía ristras de sandeces mal intencionadas tratando de negar la responsabilidad de su gobierno, su partido y su policía política en las torturas que sufría el desaparecido, sembrando dudas respecto a la presunta huida de Alberto, su incorporación a la guerrilla y la posible muerte a manos de los mismos comilitantes del camarada preso por disensiones internas, desarrollando el esquema que sus jefes le habían ordenado.
La verdad surgió del mar el 27 de Octubre, en una playa de Lechería, Estado Anzoátegui, donde un grupo de criminales con chapas policiales y apoyo institucional había lanzado el cuerpo sin vida después de haberlo sometido a insoportables tormentos. La exhumación indicó que las yemas de sus dedos habían sido rebanadas, tenía vértebras cervicales desprendidas y para que se hundiera le ataron una cadena con un pico de los usados en construcción.
Fue su último grito de protesta a Venezuela y el mundo, señalando el destino de los desaparecidos políticos. Su mensaje, más allá de la muerte, dejó constancia de la falsa democracia que vivíamos, la cual mediante los métodos más aberrantes de tortura pretendían doblegar el valor y la lucha de hombres como Alberto Lovera. Su vida fue modelo de abnegación en la lucha por transformar la patria. Fiel a sus ideales respondió con el silencio a los sicarios que lo torturaron. La integridad de su conducta sirve de ejemplo a las nuevas generaciones.
“La única manera de mantener viva la memoria popular es recordando actos pasados para que no se repitan hoy”.
Estamos en un momento histórico en el que se hace necesario recordar la manera en cómo el sistema “democrático” de la cuarta república aplicaba sus políticas sociales y cómo ese mismo sistema devoró y “desapareció” a muchos de los que se le oponían cuando, por perseguir un sueño en común, fueron brutalmente castigados unos y asesinados otros.
Este es el caso del profesor Alberto Lovera, un dirigente revolucionario surgido de la clase obrera petrolera venezolana que fundó varios Sindicatos Petroleros en el Estado Zulia al tiempo que fue cofundador de la Juventud Comunista (JCV); dirigente del Partido Comunista de Venezuela (PCV) en el Zulia, Lara y Caracas; activo organizador de la huelga petrolera de 1950 y activo luchador desde los primeros instantes de la derrota de la dictadura de Marco Pérez Jiménez. Cuando fue detenido y desaparecido en 1965, formaba parte del Buró Político del Partido Comunista de Venezuela (PCV) siendo uno de sus máximos dirigentes que militaban clandestinamente.
Nació en el estado Nueva Esparta, y desde muy joven estuvo vinculado a las luchas emprendidas por los trabajadores portuarios y pescadores del oriente del país. Luego se fue a trabajar al Zulia donde, en los Campos Petroleros, fue testigo no sólo de la aberrante explotación del hombre por el hombre, sino también del saqueo y la corrupción que sufría Venezuela comandada por traidores vende patria que, en comunión con los imperios extranjeros cosían y descosían al país. Allí en el Zulia fue pionero organizando a los obreros petroleros en sindicatos clasistas llamados Sindicatos Rojos junto al PCV, partido del que ya formaba parte activamente como dirigente. Posteriormente se traslada al estado Lara para finalmente radicarse en Caracas entregándose de lleno a la lucha por la justicia y la libertad nacional, por un mundo más humano, lejos del capitalismo salvaje, del consumismo y de la opresión.
Luis G. Gonzalez P.
El 18 de octubre de 1965 a eso de las 6:00pm es detenido cerca de la Plaza de las Tres Gracias el camarada ALBERTO LOVERA, dirigente del Partido Comunista de Venezuela, quien circulaba en su automóvil, un “Mercedes-Benz” color azul cuando fue interceptado por una comisión de la DIGEPOL encabezada por el “capitán” Carlos VEGAS DELGADO. Era Ministro de Relaciones Interiores el doctor Gonzalo BARRIOS.
Alberto fue de inmediato trasladado a la sede de la DIGEPOL en el Edificio “Las Brisas” donde comenzó a ser torturado. El director de esa policía política era J. J. PATIÑO GONZÁLEZ. El auto de Alberto fue visto aparcado en el estacionamiento (sótano) del cuerpo represivo por otros detenidos, y comenzó entonces el calvario para el preso, sometido a crueles tormentos por “los muchachos de Carlos Andrés”, como se le llamama a los los funcionarios más agresivos, atracadores con apoyo institucional, del Departamento de Jefatura de la DIGEPOL.
El 23 de octubre a tempranas horas de la noche Alberto es llevado al Retén “Planchart” en Puente Mohedano y allí continúan torturándolo hasta que sus captores deciden trasladarlo al Campo Antiguerrillero de “Cachipo” en el Estado Monagas, donde fue rechazado su ingreso debido al estado físico en que se hallaba por los maltratos recibidos.
La inmoralidad de adecos y copeyanos era tanta que llegaron a esparcir la especie de que Lovera se había “ablandado” en su línea política y por ello había sido ejecutado por sus propios compañeros de línea “dura” (recordemos el documento “Operación Loto contra Macuare” que fue ‘descubierto’ en uno de los allanamientos practicados por los mismos asesinos de la DIGEPOL en la casa de Gustavo MACHADO en septiembre de 1963), infundio convertido en información oficial por parte del Jefe de la DIGEPOL, J. J. PATIÑO GONZÁLEZ, quien para ello se valió de un exmilitante del PCV, el delator Helímenas CHIRINOS, y de otro policía de su misma calaña, Ramón Ovidio ATAIDE OLVERA.
Y mientras aquí, en el diario “El Nacional”, el dirigente adeco Carlos CANACHE MATA, quien por la responsabilidad que tenía en el partido y en el gobierno era difícil que ignorara lo que con LOVERA ocurría, escribía ristras de sandeces mal intencionadas tratando de negar la responsabilidad de su gobierno, su partido y su policía política en las torturas que sufría el desaparecido, sembrando dudas respecto a la presunta huida de Alberto, su incorporación a la guerrilla y la posible muerte a manos de los mismos comilitantes del camarada preso por disensiones internas, desarrollando el esquema que sus jefes le habían ordenado.
La verdad surgió del mar el 27 de Octubre, en una playa de Lechería, Estado Anzoátegui, donde un grupo de criminales con chapas policiales y apoyo institucional había lanzado el cuerpo sin vida después de haberlo sometido a insoportables tormentos. La exhumación indicó que las yemas de sus dedos habían sido rebanadas, tenía vértebras cervicales desprendidas y para que se hundiera le ataron una cadena con un pico de los usados en construcción.
Fue su último grito de protesta a Venezuela y el mundo, señalando el destino de los desaparecidos políticos. Su mensaje, más allá de la muerte, dejó constancia de la falsa democracia que vivíamos, la cual mediante los métodos más aberrantes de tortura pretendían doblegar el valor y la lucha de hombres como Alberto Lovera. Su vida fue modelo de abnegación en la lucha por transformar la patria. Fiel a sus ideales respondió con el silencio a los sicarios que lo torturaron. La integridad de su conducta sirve de ejemplo a las nuevas generaciones.
“La única manera de mantener viva la memoria popular es recordando actos pasados para que no se repitan hoy”.
Estamos en un momento histórico en el que se hace necesario recordar la manera en cómo el sistema “democrático” de la cuarta república aplicaba sus políticas sociales y cómo ese mismo sistema devoró y “desapareció” a muchos de los que se le oponían cuando, por perseguir un sueño en común, fueron brutalmente castigados unos y asesinados otros.
Este es el caso del profesor Alberto Lovera, un dirigente revolucionario surgido de la clase obrera petrolera venezolana que fundó varios Sindicatos Petroleros en el Estado Zulia al tiempo que fue cofundador de la Juventud Comunista (JCV); dirigente del Partido Comunista de Venezuela (PCV) en el Zulia, Lara y Caracas; activo organizador de la huelga petrolera de 1950 y activo luchador desde los primeros instantes de la derrota de la dictadura de Marco Pérez Jiménez. Cuando fue detenido y desaparecido en 1965, formaba parte del Buró Político del Partido Comunista de Venezuela (PCV) siendo uno de sus máximos dirigentes que militaban clandestinamente.
Nació en el estado Nueva Esparta, y desde muy joven estuvo vinculado a las luchas emprendidas por los trabajadores portuarios y pescadores del oriente del país. Luego se fue a trabajar al Zulia donde, en los Campos Petroleros, fue testigo no sólo de la aberrante explotación del hombre por el hombre, sino también del saqueo y la corrupción que sufría Venezuela comandada por traidores vende patria que, en comunión con los imperios extranjeros cosían y descosían al país. Allí en el Zulia fue pionero organizando a los obreros petroleros en sindicatos clasistas llamados Sindicatos Rojos junto al PCV, partido del que ya formaba parte activamente como dirigente. Posteriormente se traslada al estado Lara para finalmente radicarse en Caracas entregándose de lleno a la lucha por la justicia y la libertad nacional, por un mundo más humano, lejos del capitalismo salvaje, del consumismo y de la opresión.
4 comentarios:
Esa era la “democracia” que pendía sobre los venezolanos cuando no era posible hacer efectivo derecho alguno pues las garantías constitucionales se hallaban permanentemente suspendidas, había partidos políticos inhabilitados o ilegalizados y el presidente de la República vociferaba en radio y televisión que las calles no eran del pueblo sino de la policía y ordenaba “disparar primero y averiguar después”, en apego a las enseñanzas de su mentor estadounidense Joseph MCCARTHY, implacable perseguidor de intelectuales, científicos, artistas, militantes políticos, trabajadores y cualquiera que osara emitir una opinión contraria al imperio estadounidense.
Es duro el camino de reconquistar espacios perdidos, reestructurar nuestra moral ciudadana duramente golpeada y construir una colectividad solidaria y justa, estructurando una economía que privilegie a la satisfacción de las necesidades colectivas.
Pero como solía decir Argimiro GABALDÓN, el comandante “Carache”, es el camino
Compañeros sacrificados por los regimenes propiciados por el Imperialismo Gringo, tenemos en toda Nuestramerica... cada pais integrante del ALBA, debiera iniciar una campaña que ofrezca en todos nuestros pueblos una Plaza con un Monumento que recuerde a todos los "Lovera"... para no olvidar jamas la sangre que se derramo por la libertad, que aun no es nuestra... ¡Patria, Socilaista o Muerte!
Guille donde conseguistes esa foto donde sacaban del mar al siempre recordado Alberto
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