EL VERDADERO MILAGRO PARA MARIO
Han pasado ya 42 años de ese episodio terrible de la historia del continente, pero el Ché sigue haciendo el milagro de convertir conciencias. La “Operación Milagro”, que es la que realizan los médicos cubanos de manera gratuita, con el fin de devolver la vista a los que sufren de cataratas, llegó a Bolivia y ha atendido a cientos de personas que antes estaban ciegas y que hoy pueden ver.
Margarita Andreu, la directora del establecimiento, donde cuatro médicos atienden a más de cien personas por día.
Entre las personas atendidas, hubo uno identificado con el nombre de Mario Terán. Este es un nombre común para los bolivianos, pero que no pasa desapercibido para los cubanos de más edad, quienes inmediatamente recuerdan al autor material del asesinato del Ché.
Han pasado ya 42 años de ese episodio terrible de la historia del continente, pero el Ché sigue haciendo el milagro de convertir conciencias. La “Operación Milagro”, que es la que realizan los médicos cubanos de manera gratuita, con el fin de devolver la vista a los que sufren de cataratas, llegó a Bolivia y ha atendido a cientos de personas que antes estaban ciegas y que hoy pueden ver.
Margarita Andreu, la directora del establecimiento, donde cuatro médicos atienden a más de cien personas por día.
Entre las personas atendidas, hubo uno identificado con el nombre de Mario Terán. Este es un nombre común para los bolivianos, pero que no pasa desapercibido para los cubanos de más edad, quienes inmediatamente recuerdan al autor material del asesinato del Ché.
(Foto: El hombre a la izq. es Mario Teran)
Los médicos que operaron a este tres hombre se dedicaron a hacer su trabajo de amor y revolución. Se concentraron en devolver la vista a los ciegos, tal y como lo pide Jesucristo en el Evangelio. Nunca pudieron imaginar que estaban haciendo el milagro en los ojos de un hombre que, cuarenta años atrás había cegado la vista de alguien tan importante para ellos.
"Anciano ya, (Terán) podrá volver a apreciar los colores del cielo y de la selva, disfrutar la sonrisa de sus nietos y presenciar partidos de fútbol. Pero seguramente jamás será capaz de ver la diferencia entre las ideas que lo llevaron a asesinar a un hombre a sangre fría y las de este hombre, que ordenaba a los médicos de su guerrilla que atendieran por igual a sus compañeros de armas que a los soldados enemigos heridos, como siempre lo hicieron en Bolivia, al igual que antes lo había hecho en las montañas de la Sierra Maestra, por órdenes estrictas del Comandante en Jefe Fidel Castro",
Los médicos que operaron a este tres hombre se dedicaron a hacer su trabajo de amor y revolución. Se concentraron en devolver la vista a los ciegos, tal y como lo pide Jesucristo en el Evangelio. Nunca pudieron imaginar que estaban haciendo el milagro en los ojos de un hombre que, cuarenta años atrás había cegado la vista de alguien tan importante para ellos.
"Anciano ya, (Terán) podrá volver a apreciar los colores del cielo y de la selva, disfrutar la sonrisa de sus nietos y presenciar partidos de fútbol. Pero seguramente jamás será capaz de ver la diferencia entre las ideas que lo llevaron a asesinar a un hombre a sangre fría y las de este hombre, que ordenaba a los médicos de su guerrilla que atendieran por igual a sus compañeros de armas que a los soldados enemigos heridos, como siempre lo hicieron en Bolivia, al igual que antes lo había hecho en las montañas de la Sierra Maestra, por órdenes estrictas del Comandante en Jefe Fidel Castro",
Pero el milagro que hicieron no fue solo físico.
Además de devolverle la vista, un gesto de su hijo indica que sucedió algo mucho más importante. Unos meses después de que el padre recuperó la visión, el hijo de Mario Terán se presentó en el periódico “El Deber”, de la ciudad boliviana de Santa Cruz, que queda cerca de La Higuera, a solicitarles que por favor publicaran una nota de agradecimiento dirigida a los médicos cubanos por haberle devuelto la vista a su anciano padre. Es obvio que este joven sabía lo que iba a suceder. Evidentemente entendía que inmediatamente alguien iba a recordar el nombre y que se darían cuenta de quién se trataba. Y con seguridad no hizo eso como una iniciativa personal, sino que muy probablemente contó con la autorización de su padre para adelantar este gesto de gratitud.
Por eso, el milagro más importante no es haberle devuelto la vista de los ojos, sino la del corazón. Aquella capacidad que tenemos todos los seres humanos de ver el bien donde este se encuentre.
Lo primero que vio Mario Terán cuando recuperó la visión fue un afiche del hombre que mató hace cuarenta años, y que está en todos los consultorios de los médicos cubanos.
Por eso, el milagro más importante no es haberle devuelto la vista de los ojos, sino la del corazón. Aquella capacidad que tenemos todos los seres humanos de ver el bien donde este se encuentre.
Lo primero que vio Mario Terán cuando recuperó la visión fue un afiche del hombre que mató hace cuarenta años, y que está en todos los consultorios de los médicos cubanos.
Después de cuatro décadas, él ha vuelto a ver en dónde está el amor.
"A cuatro décadas de que Mario Terán intentara con su crimen destruir un sueño y una idea, Che vuelve a ganar otro combate. Y continúa en campaña...",
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