DÓNDE ESTÁ NUESTRA CONTRA-INTELIGENCIA.
Es de preguntarse, igualmente, por qué tanta pasividad frente al terrorismo del fascismo imperial internacional, practicado tanto por el Imperio Yankee, como por los Países con regímenes de extrema derecha en Europa y en Israel, por los dueños de medios de comunicación y partidos políticos que siguen esa línea, tanto nacionales como internacionales. El terrorismo, en todas sus manifestaciones no es un juego, ni se debe tomar a la ligera, es una estrategia política destinada a infundir terror en aquellos grupos sociales a quienes va dirigida, con la finalidad de imponer su voluntad. (Se recomienda leer los artículos Terrorismo I y Terrorismo II, de éste autor, publicados en Aporrea el día once de octubre del presente año)(1); por supuesto que aquí nos estamos refiriendo al terrorismo de estado, que es el más nefasto y repudiable método de dominación.
Cuando este universo de grupos fascistas, encabezados por el Imperio Yankee, nos endilgan el calificativo de País terrorista, porque supuestamente estamos apoyando a grupos guerrilleros colombianos (lo cual es falso), montan toda una campaña para divulgarlo y hasta nos amenazan con colocarnos en una lista de países terroristas, lo que supone que no recibiremos ayuda de ningún género del imperio, ni tampoco nos venderían sus productos. Pero el caso es, que muy recientemente se han revelado documentos sobre actos de terrorismo, en nuestro País, de grupos paramilitares colombianos, que incluyen hasta el magnicidio de nuestro Presidente, y todo ese corro de repugnantes terroristas fascistas imperiales guardan el más sepulcral silencio. Es de esperar que actúen de esa manera, pues es la forma de actuar de todo cobarde, tiran la piedra y esconden la mano.
Ahora bien, en esos documentos se ha podido comprobar que la mano del Imperio está metida hasta los tuétanos en el apoyo a los grupos paramilitares colombianos para realizar acciones desestabilizadoras en nuestro País, incluyendo el magnicidio a nuestro Presidente; y, aquí es donde yo me pregunto, si el imperio, sus acólitos y cipayos, por un supuesto acto, por demás falso, de que nuestro País debe ser tratado como un País terrorista por estar apoyando a los grupos guerrilleros colombianos; entonces por qué no dejamos a un lado tanta pasividad, y nuestra Asamblea Nacional no declara que le preocupa grandemente que los EEUU de Norteamérica estén apoyando decididamente a grupos terroristas paramilitares (Apoyados por Colombia y el Imperio) en contra de un Gobierno democrático, y que, de persistir en ese empeño, serían colocados, en una lista, como países que apoyan a grupos terroristas, y, por tanto, no se les venderá más petróleo venezolano ni ninguna otra materia prima o producto acabado. Abrámonos a la guerra de cuarta generación y comencemos a ejecutar nuestra contra-inteligencia, de manera de pasar de la defensiva inerte, que nos ha perjudicado grandemente, a una ofensiva vivaz; ya basta de defendernos y comencemos a dar golpes certeros en forma sistemática con declaraciones de miembros gubernamentales no sólo para responder los ataques del enemigo, sino para atacar por todos los flancos y colocarlos así a ellos a la defensiva, lo que representaría un triunfo incuestionable para nuestra contra-inteligencia. Digo yo, si es válido que un estado (Colombia y USA) apoyen a grupos terroristas paramilitares para que actúen en otro país o países (Venezuela y Ecuador), entonces será también perfectamente válido que el otro estado o estados (Venezuela y Ecuador) apoyen a grupos irregulares que actúan contra ese gobierno (Colombia) como lo son las FARC. Y las FALN. Es la ley de la reciprocidad aplicada en el derecho internacional y perfectamente subsistente en el caso en cuestión aquí brevemente explicado.
Pero nuestro Estado debe hacer mucho más, ante una intervención colombiana en nuestro País, como la antes señalada, lo menos que debemos hacer es cortar todo tipo de relaciones con ese gobierno narco terrorista y expulsar a esos cuatro millones de colombianos que viven en nuestro territorio, utilizando nuestros servicios y tomando nuestros alimentos, no se trata de ningún tipo de xenofobia, sino que en esos documentos incautados a personeros del gobierno colombiano, se habla claramente de una campaña para reclutar colaboradores, en nuestro País, para formar parte de esos grupos paramilitares que van a actuar en contra de Venezuela; y, esos colaboradores se encuentran, fundamentalmente, en esa gran quinta columna de supuestos refugiados colombianos, y como no sabemos si son todos o unos pocos, no debemos correr riesgos y expulsar a todos los que no tengan un hogar formado en Venezuela.
Es de preguntarse, igualmente, por qué tanta pasividad frente al terrorismo del fascismo imperial internacional, practicado tanto por el Imperio Yankee, como por los Países con regímenes de extrema derecha en Europa y en Israel, por los dueños de medios de comunicación y partidos políticos que siguen esa línea, tanto nacionales como internacionales. El terrorismo, en todas sus manifestaciones no es un juego, ni se debe tomar a la ligera, es una estrategia política destinada a infundir terror en aquellos grupos sociales a quienes va dirigida, con la finalidad de imponer su voluntad. (Se recomienda leer los artículos Terrorismo I y Terrorismo II, de éste autor, publicados en Aporrea el día once de octubre del presente año)(1); por supuesto que aquí nos estamos refiriendo al terrorismo de estado, que es el más nefasto y repudiable método de dominación.
Cuando este universo de grupos fascistas, encabezados por el Imperio Yankee, nos endilgan el calificativo de País terrorista, porque supuestamente estamos apoyando a grupos guerrilleros colombianos (lo cual es falso), montan toda una campaña para divulgarlo y hasta nos amenazan con colocarnos en una lista de países terroristas, lo que supone que no recibiremos ayuda de ningún género del imperio, ni tampoco nos venderían sus productos. Pero el caso es, que muy recientemente se han revelado documentos sobre actos de terrorismo, en nuestro País, de grupos paramilitares colombianos, que incluyen hasta el magnicidio de nuestro Presidente, y todo ese corro de repugnantes terroristas fascistas imperiales guardan el más sepulcral silencio. Es de esperar que actúen de esa manera, pues es la forma de actuar de todo cobarde, tiran la piedra y esconden la mano.
Ahora bien, en esos documentos se ha podido comprobar que la mano del Imperio está metida hasta los tuétanos en el apoyo a los grupos paramilitares colombianos para realizar acciones desestabilizadoras en nuestro País, incluyendo el magnicidio a nuestro Presidente; y, aquí es donde yo me pregunto, si el imperio, sus acólitos y cipayos, por un supuesto acto, por demás falso, de que nuestro País debe ser tratado como un País terrorista por estar apoyando a los grupos guerrilleros colombianos; entonces por qué no dejamos a un lado tanta pasividad, y nuestra Asamblea Nacional no declara que le preocupa grandemente que los EEUU de Norteamérica estén apoyando decididamente a grupos terroristas paramilitares (Apoyados por Colombia y el Imperio) en contra de un Gobierno democrático, y que, de persistir en ese empeño, serían colocados, en una lista, como países que apoyan a grupos terroristas, y, por tanto, no se les venderá más petróleo venezolano ni ninguna otra materia prima o producto acabado. Abrámonos a la guerra de cuarta generación y comencemos a ejecutar nuestra contra-inteligencia, de manera de pasar de la defensiva inerte, que nos ha perjudicado grandemente, a una ofensiva vivaz; ya basta de defendernos y comencemos a dar golpes certeros en forma sistemática con declaraciones de miembros gubernamentales no sólo para responder los ataques del enemigo, sino para atacar por todos los flancos y colocarlos así a ellos a la defensiva, lo que representaría un triunfo incuestionable para nuestra contra-inteligencia. Digo yo, si es válido que un estado (Colombia y USA) apoyen a grupos terroristas paramilitares para que actúen en otro país o países (Venezuela y Ecuador), entonces será también perfectamente válido que el otro estado o estados (Venezuela y Ecuador) apoyen a grupos irregulares que actúan contra ese gobierno (Colombia) como lo son las FARC. Y las FALN. Es la ley de la reciprocidad aplicada en el derecho internacional y perfectamente subsistente en el caso en cuestión aquí brevemente explicado.
Pero nuestro Estado debe hacer mucho más, ante una intervención colombiana en nuestro País, como la antes señalada, lo menos que debemos hacer es cortar todo tipo de relaciones con ese gobierno narco terrorista y expulsar a esos cuatro millones de colombianos que viven en nuestro territorio, utilizando nuestros servicios y tomando nuestros alimentos, no se trata de ningún tipo de xenofobia, sino que en esos documentos incautados a personeros del gobierno colombiano, se habla claramente de una campaña para reclutar colaboradores, en nuestro País, para formar parte de esos grupos paramilitares que van a actuar en contra de Venezuela; y, esos colaboradores se encuentran, fundamentalmente, en esa gran quinta columna de supuestos refugiados colombianos, y como no sabemos si son todos o unos pocos, no debemos correr riesgos y expulsar a todos los que no tengan un hogar formado en Venezuela.
De otra parte, enviarles de golpe a un país que está al borde de la bancarrota, esa cantidad de gente, lo más probable es, que sin disparar un solo tiro podamos sentar las bases para el surgimiento de un gobierno socialista, en ese País, que tanta falta nos hace, para lograr el sueño del Libertador Simón Bolívar, de unir a Venezuela, Colombia y Ecuador en una gran Nación.
Sin embargo, aún falta algo por decir: una exhortación a nuestro Ministerio Público para que, por “noticia críminis”, comience, de una vez por todas, a abrir las investigaciones correspondientes a esos medios públicos que atentan día tras día contra nuestra soberanía, llamando inclusive al magnicidio, a la desestabilización y al apoyo incondicional de toda acción, real o psicológica, contra nuestro País. También se deben abrir las respectivas averiguaciones en el Ministerio Público en contra de aquellos políticos de la oposición que van al exterior a mal ponernos ante países y organizaciones internacionales, a las que acuden constantemente pidiendo un accionar de estos en contra nuestra.
Mientras sigamos en esa pasividad y en esa impunidad permanente estaremos perdidos y la culpa será nuestra. Recordemos aquellas sabias palabras de nuestro Libertador:”Si no hay un respeto sagrado por la patria, por las Leyes y por las autoridades, la sociedad es una confusión, un abismo”.
(1) Publicados también en Abre Brecha y blog Fabricio Ojeda
Braulio Martínez Zerpa, coronel de la Aviación en retiro y abogado en ejercicio.
Sin embargo, aún falta algo por decir: una exhortación a nuestro Ministerio Público para que, por “noticia críminis”, comience, de una vez por todas, a abrir las investigaciones correspondientes a esos medios públicos que atentan día tras día contra nuestra soberanía, llamando inclusive al magnicidio, a la desestabilización y al apoyo incondicional de toda acción, real o psicológica, contra nuestro País. También se deben abrir las respectivas averiguaciones en el Ministerio Público en contra de aquellos políticos de la oposición que van al exterior a mal ponernos ante países y organizaciones internacionales, a las que acuden constantemente pidiendo un accionar de estos en contra nuestra.
Mientras sigamos en esa pasividad y en esa impunidad permanente estaremos perdidos y la culpa será nuestra. Recordemos aquellas sabias palabras de nuestro Libertador:”Si no hay un respeto sagrado por la patria, por las Leyes y por las autoridades, la sociedad es una confusión, un abismo”.
(1) Publicados también en Abre Brecha y blog Fabricio Ojeda
Braulio Martínez Zerpa, coronel de la Aviación en retiro y abogado en ejercicio.
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