LOS GRANDES RETOS DE LA REVOLUCIÓN
Esta Revolución alcanzará la madurez cuando resuelva algunos retos, supere algunas ataduras con el pasado de la humanidad. Veamos.
Primer reto, es del pueblo desposeído, éste debe zafarse de una especie de fatalidad que lo convierte en verdugo de sus redentores, a abandonarlos, a lanzarse en los brazos de sus victimarios, a derrotar sus propias esperanzas. Esta conducta está en la base de los fracasos de los intentos emancipatorios, desde Cristo hasta Bolívar.
No es posible una Revolución triunfante sin resolver este reto.
Este reto, que es verdad universal, se acentúa en Venezuela, país sometido a cien años de renta petrolera que ha deformado la estructura social, la relación con el logro, la visión del trabajo. Esto hace que la dirigencia nuestra tenga la altísima responsabilidad de conducirnos en esa batalla crucial: “derrotarnos a nosotros mismos”, fundarnos Hombres Nuevos.
Para superar este reto es imprescindible mucha valentía política, es necesario romper con el cerco de necesidades que nos impone el capitalismo, e inventar nuevas maneras de satisfacción, nuevas maneras de recompensa. Poner lo espiritual por sobre lo material, esto, lo sabemos, no es fácil, implica un gran riesgo, pero es irrenunciable si se quiere llegar a metas superiores, educar al pueblo, fundar nuevos horizontes.
Segundo reto, se desprende del primero, es necesario que Chávez viva, es deber de los desposeídos protegerlo, amarlo, él es la única garantía de que la Revolución no se trunque en mil pedazos.
Chávez es un líder que consiguió establecer una conexión amorosa con el pueblo que es previa a cualquier Revolución, no es posible una Revolución sin esa conexión, y ella no se da sino en contadas ocasiones. Revolución que no tenga esto claro, que caiga en las veleidades pequeño burguesas, anarcoides, de negar la necesidad del liderazgo, está destinada a perecer.
La Revolución Cubana es gracias al liderazgo de Fidel, sin él sería impensable aquel proceso. Ellos sabían, sentían esta verdad desde los primeros días de batalla. Hay una anécdota que lo ilustra: Cuando a Haydée Santa María le llegaron a informar los resultados adversos del combate de la toma del Moncada, lo primero que hizo fue preguntar por Fidel, y decía… ¡Fidel debe vivir para que viva la Revolución! No se equivocó Haydée, y tuvo la grandeza para reconocerlo.
El Che, ese gigante, se subordinó con humildad a Fidel, y esa fortaleza del liderazgo hizo posible la hazaña que es la Revolución Cubana.
Ese es un gran reto para este pueblo, permanecer al lado de Chávez por encima de las manipulaciones y seducciones de los oligarcas. Más ahora que se desata toda una campaña para romper la conexión amorosa Chávez-Pueblo que, debemos decirlo, está obteniendo éxitos.
Tener confianza en Chávez, Fe de que él nos conducirá por buen camino, que sólo con esa jefatura podremos superar los problemas y avanzar, que sin él la sombra de la oligarquía arropará de nuevo nuestro futuro y nos sumirá irremediablemente en la miseria material y espiritual.
¡Chávez es Socialismo!
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!
Esta Revolución alcanzará la madurez cuando resuelva algunos retos, supere algunas ataduras con el pasado de la humanidad. Veamos.
Primer reto, es del pueblo desposeído, éste debe zafarse de una especie de fatalidad que lo convierte en verdugo de sus redentores, a abandonarlos, a lanzarse en los brazos de sus victimarios, a derrotar sus propias esperanzas. Esta conducta está en la base de los fracasos de los intentos emancipatorios, desde Cristo hasta Bolívar.
No es posible una Revolución triunfante sin resolver este reto.
Este reto, que es verdad universal, se acentúa en Venezuela, país sometido a cien años de renta petrolera que ha deformado la estructura social, la relación con el logro, la visión del trabajo. Esto hace que la dirigencia nuestra tenga la altísima responsabilidad de conducirnos en esa batalla crucial: “derrotarnos a nosotros mismos”, fundarnos Hombres Nuevos.
Para superar este reto es imprescindible mucha valentía política, es necesario romper con el cerco de necesidades que nos impone el capitalismo, e inventar nuevas maneras de satisfacción, nuevas maneras de recompensa. Poner lo espiritual por sobre lo material, esto, lo sabemos, no es fácil, implica un gran riesgo, pero es irrenunciable si se quiere llegar a metas superiores, educar al pueblo, fundar nuevos horizontes.
Segundo reto, se desprende del primero, es necesario que Chávez viva, es deber de los desposeídos protegerlo, amarlo, él es la única garantía de que la Revolución no se trunque en mil pedazos.
Chávez es un líder que consiguió establecer una conexión amorosa con el pueblo que es previa a cualquier Revolución, no es posible una Revolución sin esa conexión, y ella no se da sino en contadas ocasiones. Revolución que no tenga esto claro, que caiga en las veleidades pequeño burguesas, anarcoides, de negar la necesidad del liderazgo, está destinada a perecer.
La Revolución Cubana es gracias al liderazgo de Fidel, sin él sería impensable aquel proceso. Ellos sabían, sentían esta verdad desde los primeros días de batalla. Hay una anécdota que lo ilustra: Cuando a Haydée Santa María le llegaron a informar los resultados adversos del combate de la toma del Moncada, lo primero que hizo fue preguntar por Fidel, y decía… ¡Fidel debe vivir para que viva la Revolución! No se equivocó Haydée, y tuvo la grandeza para reconocerlo.
El Che, ese gigante, se subordinó con humildad a Fidel, y esa fortaleza del liderazgo hizo posible la hazaña que es la Revolución Cubana.
Ese es un gran reto para este pueblo, permanecer al lado de Chávez por encima de las manipulaciones y seducciones de los oligarcas. Más ahora que se desata toda una campaña para romper la conexión amorosa Chávez-Pueblo que, debemos decirlo, está obteniendo éxitos.
Tener confianza en Chávez, Fe de que él nos conducirá por buen camino, que sólo con esa jefatura podremos superar los problemas y avanzar, que sin él la sombra de la oligarquía arropará de nuevo nuestro futuro y nos sumirá irremediablemente en la miseria material y espiritual.
¡Chávez es Socialismo!
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!
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