Un Grano de Maíz
DE LA CALIDAD DEL ANÁLISIS DEPENDERÁN LOS TRIUNFOS
De la calidad del análisis de las elecciones parlamentarias dependerán los triunfos futuros. Si hacemos un análisis superficial, una cacería de brujas, pedimos destituciones, endosamos culpas a la ligera, descargamos la rabia en lo que se nos ocurra sin mayores argumentos que sustenten nuestro parecer, si hacemos eso, estaremos cavando la sepultura de la Revolución. Veamos.
La Revolución necesita un análisis riguroso de su camino, de su accionar, de sus circunstancias, para a partir de esa comprensión encontrar las ideas que nos guíen, intentar resolver la ecuación de la búsqueda pacífica de una sociedad diferente del capitalismo.
El sistema capitalista se reproduce a sí mismo, esto significa que su institucionalidad, su cultura, tiene mecanismos de defensa que corrigen cualquier desajuste en el interior del sistema.
Entonces, si la Revolución Pacífica que se desenvuelve en el interior de ese sistema no consigue desmontar las piezas fundamentales de esos mecanismos de defensa, será tarde o temprano derrotada.
La experiencia histórica nos enseña que las Revoluciones Pacíficas como la nuestra, que se desarrollan durante un largo período en el campo burgués, en su institucionalidad, su legalidad, su lógica, se enfrentan a una tenaza que tiene dos poderosísimos brazos.
Uno de esos brazos funciona de forma pacífica, sometiendo a la Revolución a la lógica de la institucionalidad burguesa, la obliga así a actuar de una forma que la aparta del rumbo revolucionario.
Es el caso, por ejemplo, de las elecciones burguesas: participar en ellas es una tarea de mucho peligro. Si la Revolución lo hace sin medidas profilácticas, se tallará a imagen y semejanza de esas elecciones, será capturada por esa lógica, entonces aún triunfando será cada vez más parecida a los partidos oligarcas, tendrá sus vicios, en definitiva el espíritu revolucionario será derrotado en su interior.
No pasa un movimiento revolucionario por el pantano de las elecciones burguesas sin salir con manchas en su alma. Siendo así, poco a poco ese movimiento se desdibuja, pierde imagen de alternativa frente al pueblo, se debilita, y va camino a la derrota.
La derrota en estas circunstancias puede ser electoral, entonces, el movimiento a la larga pierde las elecciones burguesas.
El zarpazo fascista es el otro brazo de la tenaza, el sistema burgués ante un Gobierno Revolucionario débil en su esencia, distanciado del pueblo, intenta un golpe de Estado que borre del corazón de las masas el ejemplo emancipador.
Las circunstancias de hoy en la Revolución Bolivariana debemos enfocarlas desde estos puntos de vista. Estamos transitando caminos inéditos, es necesario recoger lo mejor de la experiencia, de las enseñanzas universales, para resolver el álgebra de la Revolución Pacífica.
Una de esas enseñanzas, quizá la más importante, es que la Revolución es un acto ante todo de conciencia, de allí que todas las acciones de la Revolución deben tener como objetivo la elevación de la Conciencia del Deber Social. Esa conciencia estará siempre en el fondo de sus triunfos y de sus derrotas.
¡Con Chávez siempre!
De la calidad del análisis de las elecciones parlamentarias dependerán los triunfos futuros. Si hacemos un análisis superficial, una cacería de brujas, pedimos destituciones, endosamos culpas a la ligera, descargamos la rabia en lo que se nos ocurra sin mayores argumentos que sustenten nuestro parecer, si hacemos eso, estaremos cavando la sepultura de la Revolución. Veamos.
La Revolución necesita un análisis riguroso de su camino, de su accionar, de sus circunstancias, para a partir de esa comprensión encontrar las ideas que nos guíen, intentar resolver la ecuación de la búsqueda pacífica de una sociedad diferente del capitalismo.
El sistema capitalista se reproduce a sí mismo, esto significa que su institucionalidad, su cultura, tiene mecanismos de defensa que corrigen cualquier desajuste en el interior del sistema.
Entonces, si la Revolución Pacífica que se desenvuelve en el interior de ese sistema no consigue desmontar las piezas fundamentales de esos mecanismos de defensa, será tarde o temprano derrotada.
La experiencia histórica nos enseña que las Revoluciones Pacíficas como la nuestra, que se desarrollan durante un largo período en el campo burgués, en su institucionalidad, su legalidad, su lógica, se enfrentan a una tenaza que tiene dos poderosísimos brazos.
Uno de esos brazos funciona de forma pacífica, sometiendo a la Revolución a la lógica de la institucionalidad burguesa, la obliga así a actuar de una forma que la aparta del rumbo revolucionario.
Es el caso, por ejemplo, de las elecciones burguesas: participar en ellas es una tarea de mucho peligro. Si la Revolución lo hace sin medidas profilácticas, se tallará a imagen y semejanza de esas elecciones, será capturada por esa lógica, entonces aún triunfando será cada vez más parecida a los partidos oligarcas, tendrá sus vicios, en definitiva el espíritu revolucionario será derrotado en su interior.
No pasa un movimiento revolucionario por el pantano de las elecciones burguesas sin salir con manchas en su alma. Siendo así, poco a poco ese movimiento se desdibuja, pierde imagen de alternativa frente al pueblo, se debilita, y va camino a la derrota.
La derrota en estas circunstancias puede ser electoral, entonces, el movimiento a la larga pierde las elecciones burguesas.
El zarpazo fascista es el otro brazo de la tenaza, el sistema burgués ante un Gobierno Revolucionario débil en su esencia, distanciado del pueblo, intenta un golpe de Estado que borre del corazón de las masas el ejemplo emancipador.
Las circunstancias de hoy en la Revolución Bolivariana debemos enfocarlas desde estos puntos de vista. Estamos transitando caminos inéditos, es necesario recoger lo mejor de la experiencia, de las enseñanzas universales, para resolver el álgebra de la Revolución Pacífica.
Una de esas enseñanzas, quizá la más importante, es que la Revolución es un acto ante todo de conciencia, de allí que todas las acciones de la Revolución deben tener como objetivo la elevación de la Conciencia del Deber Social. Esa conciencia estará siempre en el fondo de sus triunfos y de sus derrotas.
¡Con Chávez siempre!
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