Un Grano de Maíz
HACER LO QUE HAY QUE HACER
El pueblo debe asumir su responsabilidad, cada uno de nosotros debe entenderse como parte de la sociedad y constructor del destino social. Llegó la hora de la conciencia social, lo que de aquí en adelante hagamos será decisivo para el futuro nuestro y el de las generaciones, ya no hay cabida para decisiones guiadas por el capricho individual, eso sería un crimen de lesa humanidad.
Es necesario derrotar la idea de que las acciones políticas son de mero interés individual, es importante que entendamos que en política no actuamos como individuos aislados sino como miembros importantes de la sociedad.
El voto, por ejemplo, pero también una marcha o la asistencia a un reclamo, deben ser acciones de altísima conciencia, no es posible que sean decididos por visiones subalternas, coyunturales, focales. No es posible que la gestión de un alcalde, de un gobernador, sea excusa para una traición a la existencia de la Revolución , a la permanencia de Chávez.
El voto decidido por lo material que recibimos es una aberración. Una Revolución es un cambio cultural de gran magnitud, una nueva visión del mundo, que supone una batalla larga contra la vieja cultura de la sumisión, de la dominación, del egoísmo, por lo tanto no puede ser evaluada con la superficialidad del día a día, por la táctica, por un hecho menor.
La oligarquía, taimada en la manipulación del pueblo desposeído, ducha en la protección de su sistema, evita a toda costa que el pueblo piense, actúe de acuerdo a las cuestiones que deciden el rumbo, por eso trata de confinar su visión a lo subalterno, a lo pequeño, lo que no es peligroso para el sistema.
Podemos decir que un pueblo será libre cuando su conducta sea guiada por los grandes retos y no por las circunstancias subalternas. Cuando los desposeídos actúan sólo motivados por lo inmediato, están destinados a continuar siendo esclavos. Las grandes hazañas de la humanidad están reservadas a los pueblos con la visión alta.
La independencia fue posible por la grandeza de miras de nuestros próceres y por el pueblo que los acompañó en la empresa. Aquello no fue acción de mezquinos, el desprendimiento fue la norma, empezando por el Libertador que lo dio todo por su sueño, él siendo rico ¡murió con camisa prestada!
Nos acercamos a una etapa crucial para nosotros, el 2012 decidiremos el futuro, si volveremos a la penumbra del pacto de punto fijo, o seguiremos por el camino de la redención, de construirnos nosotros mismos un pueblo digno, una sociedad ejemplo para el mundo, ese es un importante reto.
Es necesario preparar el triunfo desde ahora, sin fantasías ni retórica vacía, sin discursos hueros que repiten como una letanía consignas y la misma monserga, mientras la realidad va por otro camino. Es importante, crucial, analizar nuestras debilidades y nuestras fortalezas, sólo así labraremos desde ahora un triunfo glamoroso como lo merece la esperanza que hoy somos.
¡Chávez es Socialismo!
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!
El pueblo debe asumir su responsabilidad, cada uno de nosotros debe entenderse como parte de la sociedad y constructor del destino social. Llegó la hora de la conciencia social, lo que de aquí en adelante hagamos será decisivo para el futuro nuestro y el de las generaciones, ya no hay cabida para decisiones guiadas por el capricho individual, eso sería un crimen de lesa humanidad.
Es necesario derrotar la idea de que las acciones políticas son de mero interés individual, es importante que entendamos que en política no actuamos como individuos aislados sino como miembros importantes de la sociedad.
El voto, por ejemplo, pero también una marcha o la asistencia a un reclamo, deben ser acciones de altísima conciencia, no es posible que sean decididos por visiones subalternas, coyunturales, focales. No es posible que la gestión de un alcalde, de un gobernador, sea excusa para una traición a la existencia de la Revolución , a la permanencia de Chávez.
El voto decidido por lo material que recibimos es una aberración. Una Revolución es un cambio cultural de gran magnitud, una nueva visión del mundo, que supone una batalla larga contra la vieja cultura de la sumisión, de la dominación, del egoísmo, por lo tanto no puede ser evaluada con la superficialidad del día a día, por la táctica, por un hecho menor.
La oligarquía, taimada en la manipulación del pueblo desposeído, ducha en la protección de su sistema, evita a toda costa que el pueblo piense, actúe de acuerdo a las cuestiones que deciden el rumbo, por eso trata de confinar su visión a lo subalterno, a lo pequeño, lo que no es peligroso para el sistema.
Podemos decir que un pueblo será libre cuando su conducta sea guiada por los grandes retos y no por las circunstancias subalternas. Cuando los desposeídos actúan sólo motivados por lo inmediato, están destinados a continuar siendo esclavos. Las grandes hazañas de la humanidad están reservadas a los pueblos con la visión alta.
La independencia fue posible por la grandeza de miras de nuestros próceres y por el pueblo que los acompañó en la empresa. Aquello no fue acción de mezquinos, el desprendimiento fue la norma, empezando por el Libertador que lo dio todo por su sueño, él siendo rico ¡murió con camisa prestada!
Nos acercamos a una etapa crucial para nosotros, el 2012 decidiremos el futuro, si volveremos a la penumbra del pacto de punto fijo, o seguiremos por el camino de la redención, de construirnos nosotros mismos un pueblo digno, una sociedad ejemplo para el mundo, ese es un importante reto.
Es necesario preparar el triunfo desde ahora, sin fantasías ni retórica vacía, sin discursos hueros que repiten como una letanía consignas y la misma monserga, mientras la realidad va por otro camino. Es importante, crucial, analizar nuestras debilidades y nuestras fortalezas, sólo así labraremos desde ahora un triunfo glamoroso como lo merece la esperanza que hoy somos.
¡Chávez es Socialismo!
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!
No hay comentarios:
Publicar un comentario