La Asamblea revolucionaria
Entre el luto y el rojo de la esperanza
Raúl Bracho
A dos domingos de las elecciones de representantes legislativos la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela tuvo la gloria de despedir a dos camaradas que fallecieron este fin de semana. El pueblo se desbordó en sus alrededores el día de ayer para despedir al gobernador del estado Guárico, William Lara, fallecido en un supuesto accidente de tránsito y hoy despide en su hemiciclo al camarada Guillermo García Ponce director del diario VEA, vocero del proceso revolucionario.
Ambos combatientes vienen del Partido Comunista de Venezuela y sus vidas fueron testimonio de lucha constante y comprometida por la revolución. Que sus restos sean despedidos por el pueblo en esa misma Asamblea que cuando estuvo en manos de la oligarquía fue quien decidiera su persecución bajo los gobiernos asesinos que antecedieron los once años de gobierno revolucionario, es un honor para sus espíritus el que sus restos se despidieran de estas tierras de lucha bajo los cantos del A bela ciao y la Internacional.
Por más intentos de socavar la paz y la normalidad pregonando fatalidades, la derecha oligarca se ve acorralada y pronta a sufrir una contundente derrota. Es el precio que deben de pagar. El pueblo de Venezuela sabe muy bien como hablarle al mundo y como oponerse a la incesante campaña que pretende desprestigiarnos.
Probablemente el pentágono intentará esta semana aumentar nuevamente el centimetraje al “desertificar” el día 15 próximo nuevamente a nuestra patria y volver a acusarnos de ser cómplices del narcotráfico. Todo será inútil, ya las cartas están echadas, el día 26S será una fecha victoriosa para un pueblo que se levanta cada vez más altivo y conciente, que valora los enormes logros aun a pesar de que nuestra revolución les permite todo tipo de artimañas, engaños y trampas al enemigo. Ni la lluvia, ni los truenos, ni los ataques constantes lo podrán impedir. Se respira no solo la victoria del domingo 26, se presagia una cadena de triunfos que harán profundizarse las raíces de la revolución en terrenos más profundos. La palabra constante y docente de nuestro comandante presidente no desmayan en repetir al pueblo sus lecciones de conciencia de clase y de vocación de lucha, el poder popular, las empresas que cada día pasan a manos del pueblo, la gestión comunal como experiencia concientizadora, dan ya frutos que inevitablemente se traducen en la conciencia de que el voto del 26S es la forma de decidir nuestro destino y de anunciar una vez más al mundo que nosotros supimos hacer nuestra la palabra democracia, esa con la que por tantos años se nos engañó y manipuló.
Venezuela votará por seguir este camino difícil de cambiar las cosas, de aprender de los errores y de seguir la marcha de forma incansable. Nadie podrá predecir que sorpresas nos guardan los canallas, que muertes viles más podrán ocurrir, pero si algo ya está claro en Venezuela es que tendrían que matarnos a todos para poder doblegarnos, Chávez no está solo, Chávez somos todas y todos los que ha diario saludamos al sol con un día más de compromiso y entrega.
Entre el luto y el rojo de la esperanza
Raúl Bracho
A dos domingos de las elecciones de representantes legislativos la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela tuvo la gloria de despedir a dos camaradas que fallecieron este fin de semana. El pueblo se desbordó en sus alrededores el día de ayer para despedir al gobernador del estado Guárico, William Lara, fallecido en un supuesto accidente de tránsito y hoy despide en su hemiciclo al camarada Guillermo García Ponce director del diario VEA, vocero del proceso revolucionario.
Ambos combatientes vienen del Partido Comunista de Venezuela y sus vidas fueron testimonio de lucha constante y comprometida por la revolución. Que sus restos sean despedidos por el pueblo en esa misma Asamblea que cuando estuvo en manos de la oligarquía fue quien decidiera su persecución bajo los gobiernos asesinos que antecedieron los once años de gobierno revolucionario, es un honor para sus espíritus el que sus restos se despidieran de estas tierras de lucha bajo los cantos del A bela ciao y la Internacional.
Por más intentos de socavar la paz y la normalidad pregonando fatalidades, la derecha oligarca se ve acorralada y pronta a sufrir una contundente derrota. Es el precio que deben de pagar. El pueblo de Venezuela sabe muy bien como hablarle al mundo y como oponerse a la incesante campaña que pretende desprestigiarnos.
Probablemente el pentágono intentará esta semana aumentar nuevamente el centimetraje al “desertificar” el día 15 próximo nuevamente a nuestra patria y volver a acusarnos de ser cómplices del narcotráfico. Todo será inútil, ya las cartas están echadas, el día 26S será una fecha victoriosa para un pueblo que se levanta cada vez más altivo y conciente, que valora los enormes logros aun a pesar de que nuestra revolución les permite todo tipo de artimañas, engaños y trampas al enemigo. Ni la lluvia, ni los truenos, ni los ataques constantes lo podrán impedir. Se respira no solo la victoria del domingo 26, se presagia una cadena de triunfos que harán profundizarse las raíces de la revolución en terrenos más profundos. La palabra constante y docente de nuestro comandante presidente no desmayan en repetir al pueblo sus lecciones de conciencia de clase y de vocación de lucha, el poder popular, las empresas que cada día pasan a manos del pueblo, la gestión comunal como experiencia concientizadora, dan ya frutos que inevitablemente se traducen en la conciencia de que el voto del 26S es la forma de decidir nuestro destino y de anunciar una vez más al mundo que nosotros supimos hacer nuestra la palabra democracia, esa con la que por tantos años se nos engañó y manipuló.
Venezuela votará por seguir este camino difícil de cambiar las cosas, de aprender de los errores y de seguir la marcha de forma incansable. Nadie podrá predecir que sorpresas nos guardan los canallas, que muertes viles más podrán ocurrir, pero si algo ya está claro en Venezuela es que tendrían que matarnos a todos para poder doblegarnos, Chávez no está solo, Chávez somos todas y todos los que ha diario saludamos al sol con un día más de compromiso y entrega.
Despidamos a nuestros camaradas que se nos van con el compromiso de lucha para seguir adelante, con la acción afanosa cada uno de estos días para asegurar la mejor de las victorias, cada uno es necesario, cada quien debe poner todo el corazón y cada respiro en una victoria necesaria para nuestro destino y para el ejemplo al resto de la humanidad, como nos los inculcó Bolívar, necesario es vencer en esta jornada.
Venceremos.
Venceremos.
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