Tareck El Aissami, sostuvo que la oposición maneja un doble discurso en el tema de la inseguridad, al cuestionar las declaraciones del jefe del Comando Regional 5 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), general Antonio Benavides, quien al expresar que el destino de los delincuentes es la cárcel o bajo tierra, se refería a los principios básicos de la actuación policial
Marciano carga contra los “fariseos” que llaman a Benavides el “general de la muerte”
En su primera ‘Piedra de Tranca’ de esta semana, Marciano fustiga a los que acusan al General Antonio Benavides “de represor, de violador de los derechos humanos y hasta lo llaman “general de la muerte”". A juicio del columnista del Diario VEA, quienes lo critican son unos “fariseos”.
Esta es la ‘Piedra de Tranca’ de Marciano de este lunes:
EL GENERAL ANTONIO BENAVIDES es un oficial de la Guardia Nacional capaz, honesto y responsable. Pero tiene un grave defecto: Que es leal a la Constitución, al Estado de derecho y al proceso revolucionario y al presidente Chávez. Él forma parte de esa hornada de nuevos oficiales de la institución armada vinculada al pueblo, a los problemas del país, con un concepto diferente acerca de lo que antes se conoció con el nombre de “militar institucionalista”. Algo que equivalía a una trampa, porque el tal institucionalismo en la práctica no existía. Era la manera de encubrir la subordinación comprometida de la oficialidad a través de gabelas, de ascensos y de todo tipo de manejos. Y, al mismo tiempo, de que los gobiernos de la Cuarta República se garantizaran el apoyo castrense para las causas más turbias y atentatorias contra la soberanía nacional.
ESA ETAPA YA FUE SUPERADA EN LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA. Ahora existe otra mentalidad vinculada a valores políticos, éticos e ideológicos que sincera la función del militar y facilita avanzar en los procesos de cambio social, económico y político sin el peligro de traiciones y entrabamientos como sucedió durante la primera etapa del actual proceso, actitud ésta que culminaría con la felonía del 11 de abril, el atentado contra el corazón del país, la industria petrolera, e infinidad de acciones terroristas y desestabilizadoras que tuvieron como protagonistas a altos jefes militares. Es decir, a quienes se formaron en la doctrina de la seguridad nacional y hicieron pasantía en la Escuela de las Américas y en agregadurías militares en el norte.
EL GENERAL BENAVIDES se distingue, al igual que muchos otros oficiales, por su manera directa de enfocar los problemas y por la coherencia en lo que afirma. Lo hace porque cuenta con una sólida formación profesional y la claridad producto del rol que cumple. Es un convencido del manejo democrático del tema del orden público y está consciente de la gravedad de la inseguridad. Vive a diario el fenómeno, sus consecuencias, y por eso apunta hacia la necesidad imperiosa de conciliar la aplicación de la ley con el ataque a fondo al delincuente. En otras palabras, combinar prevención y amplios planes sociales con la necesidad, por otra parte, de aplicar la capacidad represiva, sin excesos, del Estado. Una declaración suya, que sirvió para que los fariseos se dieran banquete, advertía que el destino de los hampones que asesinan, agreden a los ciudadanos y cometen los más escalofriantes delitos, no es otro que la cárcel o bajo tierra.
PERO QUIENES ATERRORIZAN desde los medios y los cenáculos partidistas a las personas con informaciones escandalosas sobre las acciones de la delincuencia, ahora acusan a Benavides de represor, de violador de los derechos humanos y hasta lo llaman “general de la muerte”. ¡Desvergonzados! O sea, se cubren con el manto de la defensa de los derechos humanos, precisamente ellos que nunca los respetaron cuando fueron gobierno.
PRETENDEN OFENDER A UN OFICIAL digno y se equivocan. Porque no sólo se trata de Antonio Benavides, sino de miles de oficiales con la misma mentalidad y coraje e igual sentido de lealtad. Pierden su tiempo.-
En su primera ‘Piedra de Tranca’ de esta semana, Marciano fustiga a los que acusan al General Antonio Benavides “de represor, de violador de los derechos humanos y hasta lo llaman “general de la muerte”". A juicio del columnista del Diario VEA, quienes lo critican son unos “fariseos”.
Esta es la ‘Piedra de Tranca’ de Marciano de este lunes:
EL GENERAL ANTONIO BENAVIDES es un oficial de la Guardia Nacional capaz, honesto y responsable. Pero tiene un grave defecto: Que es leal a la Constitución, al Estado de derecho y al proceso revolucionario y al presidente Chávez. Él forma parte de esa hornada de nuevos oficiales de la institución armada vinculada al pueblo, a los problemas del país, con un concepto diferente acerca de lo que antes se conoció con el nombre de “militar institucionalista”. Algo que equivalía a una trampa, porque el tal institucionalismo en la práctica no existía. Era la manera de encubrir la subordinación comprometida de la oficialidad a través de gabelas, de ascensos y de todo tipo de manejos. Y, al mismo tiempo, de que los gobiernos de la Cuarta República se garantizaran el apoyo castrense para las causas más turbias y atentatorias contra la soberanía nacional.
ESA ETAPA YA FUE SUPERADA EN LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA. Ahora existe otra mentalidad vinculada a valores políticos, éticos e ideológicos que sincera la función del militar y facilita avanzar en los procesos de cambio social, económico y político sin el peligro de traiciones y entrabamientos como sucedió durante la primera etapa del actual proceso, actitud ésta que culminaría con la felonía del 11 de abril, el atentado contra el corazón del país, la industria petrolera, e infinidad de acciones terroristas y desestabilizadoras que tuvieron como protagonistas a altos jefes militares. Es decir, a quienes se formaron en la doctrina de la seguridad nacional y hicieron pasantía en la Escuela de las Américas y en agregadurías militares en el norte.
EL GENERAL BENAVIDES se distingue, al igual que muchos otros oficiales, por su manera directa de enfocar los problemas y por la coherencia en lo que afirma. Lo hace porque cuenta con una sólida formación profesional y la claridad producto del rol que cumple. Es un convencido del manejo democrático del tema del orden público y está consciente de la gravedad de la inseguridad. Vive a diario el fenómeno, sus consecuencias, y por eso apunta hacia la necesidad imperiosa de conciliar la aplicación de la ley con el ataque a fondo al delincuente. En otras palabras, combinar prevención y amplios planes sociales con la necesidad, por otra parte, de aplicar la capacidad represiva, sin excesos, del Estado. Una declaración suya, que sirvió para que los fariseos se dieran banquete, advertía que el destino de los hampones que asesinan, agreden a los ciudadanos y cometen los más escalofriantes delitos, no es otro que la cárcel o bajo tierra.
PERO QUIENES ATERRORIZAN desde los medios y los cenáculos partidistas a las personas con informaciones escandalosas sobre las acciones de la delincuencia, ahora acusan a Benavides de represor, de violador de los derechos humanos y hasta lo llaman “general de la muerte”. ¡Desvergonzados! O sea, se cubren con el manto de la defensa de los derechos humanos, precisamente ellos que nunca los respetaron cuando fueron gobierno.
PRETENDEN OFENDER A UN OFICIAL digno y se equivocan. Porque no sólo se trata de Antonio Benavides, sino de miles de oficiales con la misma mentalidad y coraje e igual sentido de lealtad. Pierden su tiempo.-
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