Antonia Muñoz
¿Qué espera la gente de la Asamblea Nacional?
¿Qué espera la gente de las y los Diputados que serán electos el 26 de septiembre de 2010? Ante esta pregunta, cualquiera esperaría que la respuesta de la mayoría de los venezolanos y venezolanas fuera: que elaboren leyes revolucionarias que se adecuen a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, cual es la brújula en la conducción nacional, aprobada el 15 de diciembre de 1999 en consulta nacional de una manera contundente. Esto estaría en concordancia con lo que establece el artículo 187.1: Legislar en las materias de competencia nacional y sobre las distintas ramas del Poder Nacional. También es lógico esperar que buena parte de los venezolanos y las venezolanas contestaran que las diputadas y los diputados electos deben desempeñar una función contralora sobre el Poder Ejecutivo Nacional, lo cual se compadece con lo que expresa el artículo187.3: Ejercer funciones de control sobre el Gobierno y la Administración Pública Nacional… Lo más seguro es que los y las venezolanas conocen que esa son las dos principales funciones de la Asamblea Nacional, sin embargo, los ciudadanos y ciudadanas venezolanas tienen expectativas adicionales en relación a las funciones de los Diputados y Diputadas.
Sondeos de opinión dirigidos y realizados por equipos ideológicamente afectos al Gobierno Bolivariano de Venezuela, arrojan resultados que si bien podrían no ser inesperados, no se corresponden directamente con las funciones establecidas en la Constitución (Artículo 186 a 224) para el Poder Legislativo. De los consultados en agosto 2010, 73 % (exactamente 72,6 %) dijo estar seguro de ir a votar. De acuerdo a lo que históricamente ocurre, en la práctica este número pudiera reducirse a 63% de participación, lo cual es bastante aceptable para elección de diputados y diputadas, partiendo de que las elecciones que concitan mayor interés son las de Presidente y a partir de allí comienza a bajar el interés del electorado a medida que nos movemos hacia las elecciones de gobernadores, alcaldes, diputados, concejales…Así mismo, probablemente algunos se sorprenderán al saber que 58.3 % de los encuestados contestó que esperaban que los diputados y diputadas ayudaran a resolver los problemas del país; de este porcentaje, 19% se refirió exclusivamente a los problemas de los estados que representan. Lo anterior significa que aproximadamente 6 de cada 10 de las personas entrevistadas tiene esas expectativas.
En una democracia, es absolutamente necesario conocer y prestar atención a lo que la gente expresa, porque eso tiene que ver con lo que la gente piensa y siente; y no hay nada más importante en democracia que respetar el sentimiento de la gente. Sencillamente es “supremamente” importante, porque quienes llegan a los cargos por el voto popular, no tienen ningún poder sino el que le presta la gente, confiando en que sus ofertas electorales se corresponden con los propósitos de su corazón. No en balde dice la Biblia que “De la abundancia del corazón habla la boca”; siempre y cuando el o la que habla no se comporte como los fariseos “que dicen, pero no hacen”. Además no podemos perder de vista que la gente se enamora y se “desenamora”, esto sin olvidar que muchas veces los sentimientos humanos son sumamente volubles.
En otro orden de idea, no es válido argumentar que los diputados y diputadas no pueden ayudar a resolver los problemas de la gente porque no manejan recursos para hacerlo. Y no es válido, porque no siempre la solución a un problema determinado descansa sólo sobre el dinero. Además, podría tratarse de la orientación que se le de al dinero. Pongo un ejemplo: el Poder Legislativo Nacional tiene entre sus funciones: discutir y aprobar el presupuesto nacional y todo proyecto de ley concerniente al régimen tributario y al crédito público (187.6). El presupuesto se ensambla con los lineamientos que presentan los Ministros y Ministras con base al Plan Nacional Simón Bolívar, discutidos previamente con el Presidente y el Vicepresidente. Se supone que los Ministros y Ministras en buena medida reciben insumos de Gobernadores y Alcaldes, y a su vez, éstos recogen planteamientos de las comunidades organizadas. Debido a que es mandato de nuestra Constitución impulsar y privilegiar el Protagonismo y Participación Popular, muchas veces los Ministros reciben insumos directamente de las comunidades organizadas.
Con base a todo lo anterior, los Presupuestos Nacionales deben obedecer a unos lineamientos ya preestablecidos en el Plan de Desarrollo Nacional Simón Bolívar y deben reflejar necesidades sentidas de los estados y municipios, no perdiendo de vista jamás lo establecido en el artículo 185: …Del Consejo Federal de Gobierno dependerá el FONDO DE COMPENSACIÓN INTERTERRITORIAL, destinado al financiamiento de inversiones públicas para promover el desarrollo equilibrado de las regiones, la complementación de las políticas e iniciativas de desarrollo de las distintas entidades públicas territoriales, y apoyar especialmente la dotación de obras y servicios esenciales en las regiones y comunidades de menor desarrollo relativo… Si el artículo 185 se desatiende, no se podrá evitar que se cumpla lo que reza la sabiduría popular: “quien tiene mas saliva traga más harina”. Los Diputados y Diputadas que son conocedores de las necesidades y prioridades de los estados de los cuales son voceros, deben ser vigilantes de que los presupuestos nacionales recojan las realidades y prioridades de cada entidad. Como la voz del pueblo es la voz de Dios, se exhorta a los Diputados y Diputadas revolucionarias, oír con mucha humildad la voz de Dios y se harán gigantes ante el pueblo que confía en que Uds. serán sus dignos voceros y voceras. Venceremos
¿Qué espera la gente de la Asamblea Nacional?
¿Qué espera la gente de las y los Diputados que serán electos el 26 de septiembre de 2010? Ante esta pregunta, cualquiera esperaría que la respuesta de la mayoría de los venezolanos y venezolanas fuera: que elaboren leyes revolucionarias que se adecuen a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, cual es la brújula en la conducción nacional, aprobada el 15 de diciembre de 1999 en consulta nacional de una manera contundente. Esto estaría en concordancia con lo que establece el artículo 187.1: Legislar en las materias de competencia nacional y sobre las distintas ramas del Poder Nacional. También es lógico esperar que buena parte de los venezolanos y las venezolanas contestaran que las diputadas y los diputados electos deben desempeñar una función contralora sobre el Poder Ejecutivo Nacional, lo cual se compadece con lo que expresa el artículo187.3: Ejercer funciones de control sobre el Gobierno y la Administración Pública Nacional… Lo más seguro es que los y las venezolanas conocen que esa son las dos principales funciones de la Asamblea Nacional, sin embargo, los ciudadanos y ciudadanas venezolanas tienen expectativas adicionales en relación a las funciones de los Diputados y Diputadas.
Sondeos de opinión dirigidos y realizados por equipos ideológicamente afectos al Gobierno Bolivariano de Venezuela, arrojan resultados que si bien podrían no ser inesperados, no se corresponden directamente con las funciones establecidas en la Constitución (Artículo 186 a 224) para el Poder Legislativo. De los consultados en agosto 2010, 73 % (exactamente 72,6 %) dijo estar seguro de ir a votar. De acuerdo a lo que históricamente ocurre, en la práctica este número pudiera reducirse a 63% de participación, lo cual es bastante aceptable para elección de diputados y diputadas, partiendo de que las elecciones que concitan mayor interés son las de Presidente y a partir de allí comienza a bajar el interés del electorado a medida que nos movemos hacia las elecciones de gobernadores, alcaldes, diputados, concejales…Así mismo, probablemente algunos se sorprenderán al saber que 58.3 % de los encuestados contestó que esperaban que los diputados y diputadas ayudaran a resolver los problemas del país; de este porcentaje, 19% se refirió exclusivamente a los problemas de los estados que representan. Lo anterior significa que aproximadamente 6 de cada 10 de las personas entrevistadas tiene esas expectativas.
En una democracia, es absolutamente necesario conocer y prestar atención a lo que la gente expresa, porque eso tiene que ver con lo que la gente piensa y siente; y no hay nada más importante en democracia que respetar el sentimiento de la gente. Sencillamente es “supremamente” importante, porque quienes llegan a los cargos por el voto popular, no tienen ningún poder sino el que le presta la gente, confiando en que sus ofertas electorales se corresponden con los propósitos de su corazón. No en balde dice la Biblia que “De la abundancia del corazón habla la boca”; siempre y cuando el o la que habla no se comporte como los fariseos “que dicen, pero no hacen”. Además no podemos perder de vista que la gente se enamora y se “desenamora”, esto sin olvidar que muchas veces los sentimientos humanos son sumamente volubles.
En otro orden de idea, no es válido argumentar que los diputados y diputadas no pueden ayudar a resolver los problemas de la gente porque no manejan recursos para hacerlo. Y no es válido, porque no siempre la solución a un problema determinado descansa sólo sobre el dinero. Además, podría tratarse de la orientación que se le de al dinero. Pongo un ejemplo: el Poder Legislativo Nacional tiene entre sus funciones: discutir y aprobar el presupuesto nacional y todo proyecto de ley concerniente al régimen tributario y al crédito público (187.6). El presupuesto se ensambla con los lineamientos que presentan los Ministros y Ministras con base al Plan Nacional Simón Bolívar, discutidos previamente con el Presidente y el Vicepresidente. Se supone que los Ministros y Ministras en buena medida reciben insumos de Gobernadores y Alcaldes, y a su vez, éstos recogen planteamientos de las comunidades organizadas. Debido a que es mandato de nuestra Constitución impulsar y privilegiar el Protagonismo y Participación Popular, muchas veces los Ministros reciben insumos directamente de las comunidades organizadas.
Con base a todo lo anterior, los Presupuestos Nacionales deben obedecer a unos lineamientos ya preestablecidos en el Plan de Desarrollo Nacional Simón Bolívar y deben reflejar necesidades sentidas de los estados y municipios, no perdiendo de vista jamás lo establecido en el artículo 185: …Del Consejo Federal de Gobierno dependerá el FONDO DE COMPENSACIÓN INTERTERRITORIAL, destinado al financiamiento de inversiones públicas para promover el desarrollo equilibrado de las regiones, la complementación de las políticas e iniciativas de desarrollo de las distintas entidades públicas territoriales, y apoyar especialmente la dotación de obras y servicios esenciales en las regiones y comunidades de menor desarrollo relativo… Si el artículo 185 se desatiende, no se podrá evitar que se cumpla lo que reza la sabiduría popular: “quien tiene mas saliva traga más harina”. Los Diputados y Diputadas que son conocedores de las necesidades y prioridades de los estados de los cuales son voceros, deben ser vigilantes de que los presupuestos nacionales recojan las realidades y prioridades de cada entidad. Como la voz del pueblo es la voz de Dios, se exhorta a los Diputados y Diputadas revolucionarias, oír con mucha humildad la voz de Dios y se harán gigantes ante el pueblo que confía en que Uds. serán sus dignos voceros y voceras. Venceremos
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