La reunión de San Juan de Los Morros
NO DUDO EN CALIFICAR LA RECIENTE reunión de los gobernadores con Chávez como una de las mejores. Buena reunión porque las conclusiones y recomendaciones que llevaron los gobernadores al Presidente abordaron temas muy concretos, por ejemplo: la prioridad de las elecciones para la próxima Asamblea Nacional, atender los problemas de las drogas y la delincuencia. Los gobernadores hablaron claro porque ellos están en la primera línea de la presión popular.
ESTE ESCRIBIDOR SIEMPRE HA PENSADO que las próximas elecciones se ganan o pierden a nivel de gobernadores y alcaldes. Si los gobernadores y los alcaldes tienen una mala actuación de aquí a la fecha de las elecciones, será muy difícil que Chávez pueda tener una Asamblea Nacional revolucionaria. Si el gobernador o el alcalde no sirven, el voto popular se lo va a cobrar a Chávez. No votarán por los candidatos de Chávez. Por más que Chávez se monte en caballito blanco, las acciones negativas de los gobernadores y alcaldes serán un peso muerto que no se podrá descargar fácilmente.
HAY PROBLEMAS QUE DEBEN RESOLVERSE con buen juicio. El PSUV necesita cuadros dedicados a tiempo completo al trabajo político y organizativo. El gobierno tiene igual necesidad. Asar dos conejos podría ser fatal. No creo que la escasez de cuadros llegue a ponernos a decir, como lo hizo el general López Contreras que “hay crisis de hombres”. Muchas de las fallas del PSUV se deben a que sus cuadros no están a tiempo completo dedicados a la vida del partido.
LA REUNIÓN DE GOBERNADORES HIZO BIEN en destacar, sin perderse en un mar de generalidades, los problemas que representan la delincuencia y drogas. Sobre estos dos temas llamaron la atención a Chávez y al Consejo de Ministros. Se requiere un mayor esfuerzo de todos para frenar la delincuencia y las drogas. Es indispensable incorporar a los consejos comunales y a las Patrullas del PSUV a la lucha contra la delincuencia y las drogas.
Los gobernadores y la delincuencia
En la reciente reunión en San Juan de Los Morros con el Presidente Chávez, los gobernadores insistieron en intensificar la lucha contra el hampa.
Sin dejar de reconocer los avances logrados por el diligente Ministro para las Relaciones Interiores y Justicia y la labor cumplida por los diferentes cuerpos policiales, es evidente que la acción para disminuir los delitos requiere más recursos y mayor aplicación de las técnicas más efectivas y mayor incorporación popular, de acuerdo a las deliberaciones de los gobernadores.
Si hay algún nivel competente para hablar sobre la necesidad de intensificar la gestión del Estado contra el hampa, son precisamente los gobernadores.
Los gobernadores están en contacto vivo con el país, con sus quejas y expectativas. Sienten la presión permanente de la población cuya exigencia más apremiante es el cese del desenfreno de las pandillas delictivas.
Una de las variantes más temibles de la delincuencia es el llamado “secuestro express”. No es exagerado decir que miles de familias venezolanas viven aterradas ante la posibilidad de que uno de sus miembros, el padre o los hijos, sea secuestrado.
No es excusa decir que el fenómeno es universal. Tenemos pruebas en la mano para demostrar que esa afirmación no es cierta. En Cuba, en Libia, en Viet Nam, en la RPD de Corea, ocurren delitos, pero nunca en la misma proporción que otros países.
Los gobernadores han expresado una angustia del colectivo venezolano. Además, los gobernadores saben el costo político de cada “secuestro express”. Saben que el común del venezolano echa la culpa al Gobierno nacional, a Chávez y que la inseguridad podría convertirse en un serio obstáculo para ganar las elecciones del 2010. El llamamiento de los gobernadores al Consejo de Ministros y al Presidente Chávez tiene una vigencia dramática. No debe echarse al olvido.
NO DUDO EN CALIFICAR LA RECIENTE reunión de los gobernadores con Chávez como una de las mejores. Buena reunión porque las conclusiones y recomendaciones que llevaron los gobernadores al Presidente abordaron temas muy concretos, por ejemplo: la prioridad de las elecciones para la próxima Asamblea Nacional, atender los problemas de las drogas y la delincuencia. Los gobernadores hablaron claro porque ellos están en la primera línea de la presión popular.
ESTE ESCRIBIDOR SIEMPRE HA PENSADO que las próximas elecciones se ganan o pierden a nivel de gobernadores y alcaldes. Si los gobernadores y los alcaldes tienen una mala actuación de aquí a la fecha de las elecciones, será muy difícil que Chávez pueda tener una Asamblea Nacional revolucionaria. Si el gobernador o el alcalde no sirven, el voto popular se lo va a cobrar a Chávez. No votarán por los candidatos de Chávez. Por más que Chávez se monte en caballito blanco, las acciones negativas de los gobernadores y alcaldes serán un peso muerto que no se podrá descargar fácilmente.
HAY PROBLEMAS QUE DEBEN RESOLVERSE con buen juicio. El PSUV necesita cuadros dedicados a tiempo completo al trabajo político y organizativo. El gobierno tiene igual necesidad. Asar dos conejos podría ser fatal. No creo que la escasez de cuadros llegue a ponernos a decir, como lo hizo el general López Contreras que “hay crisis de hombres”. Muchas de las fallas del PSUV se deben a que sus cuadros no están a tiempo completo dedicados a la vida del partido.
LA REUNIÓN DE GOBERNADORES HIZO BIEN en destacar, sin perderse en un mar de generalidades, los problemas que representan la delincuencia y drogas. Sobre estos dos temas llamaron la atención a Chávez y al Consejo de Ministros. Se requiere un mayor esfuerzo de todos para frenar la delincuencia y las drogas. Es indispensable incorporar a los consejos comunales y a las Patrullas del PSUV a la lucha contra la delincuencia y las drogas.
Los gobernadores y la delincuencia
En la reciente reunión en San Juan de Los Morros con el Presidente Chávez, los gobernadores insistieron en intensificar la lucha contra el hampa.
Sin dejar de reconocer los avances logrados por el diligente Ministro para las Relaciones Interiores y Justicia y la labor cumplida por los diferentes cuerpos policiales, es evidente que la acción para disminuir los delitos requiere más recursos y mayor aplicación de las técnicas más efectivas y mayor incorporación popular, de acuerdo a las deliberaciones de los gobernadores.
Si hay algún nivel competente para hablar sobre la necesidad de intensificar la gestión del Estado contra el hampa, son precisamente los gobernadores.
Los gobernadores están en contacto vivo con el país, con sus quejas y expectativas. Sienten la presión permanente de la población cuya exigencia más apremiante es el cese del desenfreno de las pandillas delictivas.
Una de las variantes más temibles de la delincuencia es el llamado “secuestro express”. No es exagerado decir que miles de familias venezolanas viven aterradas ante la posibilidad de que uno de sus miembros, el padre o los hijos, sea secuestrado.
No es excusa decir que el fenómeno es universal. Tenemos pruebas en la mano para demostrar que esa afirmación no es cierta. En Cuba, en Libia, en Viet Nam, en la RPD de Corea, ocurren delitos, pero nunca en la misma proporción que otros países.
Los gobernadores han expresado una angustia del colectivo venezolano. Además, los gobernadores saben el costo político de cada “secuestro express”. Saben que el común del venezolano echa la culpa al Gobierno nacional, a Chávez y que la inseguridad podría convertirse en un serio obstáculo para ganar las elecciones del 2010. El llamamiento de los gobernadores al Consejo de Ministros y al Presidente Chávez tiene una vigencia dramática. No debe echarse al olvido.
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