[... el Libertador Simón Bolívar, más que anti-estadounidense, era, sobre todo, y por encima de cualquier cosa, un antiimperialista militante. De hecho, lo combatió con todas sus fuerzas, no solamente como un enemigo externo, sino, además, como una estructura de dominación a escala mundial. Y decir hoy anti-imperialismo, es afirmarse y ratificarse anticapitalista y viceversa...]
Una carta circular recorrió todo el continente. El motivo, reunirse en Panamá para viabilizar la utopía, el gran sueño de Simón Bolívar: formar una nación de repúblicas. Sin duda, que ese proyecto libertario tuvo enormes posibilidades de concreción; la sola convocatoria a la reunión del istmo americano, así lo confirma.
Aunque ayer la traición pudo más, hoy, como nunca antes, la conciencia latinoamericana está madura y es más que esperanza para comenzar a caminar libres por el sendero luminoso de José Carlos Mariátegui.
Conducidos de la mano del filósofo mexicano Leopoldo Zea, quien considera que la Historia es parte irreductible de un proyecto americano de liberación, vamos a tratar de aproximarnos a la utopía de Simón Bolívar y cargarnos en ella de su inteligencia y de su coraje para enfrentar los anuncios del amo del mundo; en momentos en que los venezolanos estamos soportando una provocación sistemática; en momentos en que la conspiración se hace perenne; en momentos en que el desafío es manifiesto por parte de los EE.UU., es de verdad, muy serio.
¿Qué hacer, entonces? Lo que estamos haciendo: ¡Recurrir a Bolívar! Tenemos que encender nuestra conciencia con los ideales de Simón Bolívar. Es obligatorio que todo venezolano, toda venezolana, todos los latinoamericanos y latinoamericanas conscientes de su pasado, de su identidad, comprendan y profundicen las enseñanzas del Libertador para dar respuestas a los peligros presentes y futuros.
Estudiar y sacar las mejores lecciones del Congreso Anfictiónico de Panamá, por ejemplo, es fundamental para entender la ideología de los estadounidenses; para comprender el porqué de su fijación con Venezuela, o con cualquier otro pueblo de la América Latina. Pero, especialmente con Venezuela.
¡Unidad! ¡Unidad! ¡Unidad! Esa debe ser la divisa... Unidad de nuestros pueblos.
Una carta circular recorrió todo el continente. El motivo, reunirse en Panamá para viabilizar la utopía, el gran sueño de Simón Bolívar: formar una nación de repúblicas. Sin duda, que ese proyecto libertario tuvo enormes posibilidades de concreción; la sola convocatoria a la reunión del istmo americano, así lo confirma.
Aunque ayer la traición pudo más, hoy, como nunca antes, la conciencia latinoamericana está madura y es más que esperanza para comenzar a caminar libres por el sendero luminoso de José Carlos Mariátegui.
Conducidos de la mano del filósofo mexicano Leopoldo Zea, quien considera que la Historia es parte irreductible de un proyecto americano de liberación, vamos a tratar de aproximarnos a la utopía de Simón Bolívar y cargarnos en ella de su inteligencia y de su coraje para enfrentar los anuncios del amo del mundo; en momentos en que los venezolanos estamos soportando una provocación sistemática; en momentos en que la conspiración se hace perenne; en momentos en que el desafío es manifiesto por parte de los EE.UU., es de verdad, muy serio.
¿Qué hacer, entonces? Lo que estamos haciendo: ¡Recurrir a Bolívar! Tenemos que encender nuestra conciencia con los ideales de Simón Bolívar. Es obligatorio que todo venezolano, toda venezolana, todos los latinoamericanos y latinoamericanas conscientes de su pasado, de su identidad, comprendan y profundicen las enseñanzas del Libertador para dar respuestas a los peligros presentes y futuros.
Estudiar y sacar las mejores lecciones del Congreso Anfictiónico de Panamá, por ejemplo, es fundamental para entender la ideología de los estadounidenses; para comprender el porqué de su fijación con Venezuela, o con cualquier otro pueblo de la América Latina. Pero, especialmente con Venezuela.
¡Unidad! ¡Unidad! ¡Unidad! Esa debe ser la divisa... Unidad de nuestros pueblos.
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