El vicio inflacionista
Gastón Bonizzoni
Se acabó el Instituto Nacional para la Defensa y Educación del Consumidor y del Usuario (Indecu) y, en su reemplazo, se creó el Instituto para le Defensa de las Personas en el Acceso a Bienes y Servicios.(Indepabis). Esta transformación constituye una profundización del proceso de cambios, ya que mientras el Indecu estaba destinado a defender a los ciudadanos en sus roles de usuario y consumidor, el Indepabis defiende sus derechos fundamentales como personas, pone por delante “los derechos humanos ante los derechos mercantiles”, afirmó William Contreras, ministro del MILCO (Ministerio del Poder Popular para las Industrias Ligeras y el Comercio) en el programa de VTV “Despertó Venezuela” y reseñada en la edición de VEA del 28 de agosto, agregando: “esta Ley refuerza el poder popular y hace respetar los derechos de los venezolanos” y “… la nueva normativa busca un equilibrio entre oferta y demanda de productos necesarios para la vida”, señalando la responsabilidad que le cabe a “las empresas que intentan obtener crecientes ganancias a partir de las necesidades de los ciudadanos”.
No hace mucho, los teóricos de la economía liberal (ésos que afirman categóricamente que economía y moral, economía y ética, no tienen nada que ver) hablaban de “las expectativas inflacionarias”, es decir, ellos consideraban que en cualquier mercado habría un inevitable aumento de los precios y que, en el momento en que el comerciante repusiera la mercancía en sus depósitos, ésta le costaría más cara y ello le disminuiría o le quitaría la utilidad obtenida con las ventas anteriores, y para evitar eso se “ponían el parche antes de recibir la herida”. Es decir, subían los precios porque los precios iban a subir, generando el más brutal círculo vicioso: “subir porque va a subir”.
También es bueno tener en cuenta que la inflación es considerada el más ineludible de los impuestos directos, pues ella le quita a todos por igual, pero afectando de manera más fuerte a quienes viven de un sueldo o salario y ven como su poder adquisitivo se va deteriorando, hasta que le venga el próximo reajuste legal, que se cumplirá a discreción del empleador. Estas irregularidades pueden ser denunciadas en la Procuraduría de la Inspectoría del Trabajo, la que investigará estos hechos, manteniendo reservada la identidad del denunciante.
Bueno sería que los asesores legales del Gobierno investigaran sobre las leyes que existieron en contra del agiotismo: “Agio o especulación ilícita, abusiva, y, generalmente, practicada aprovechando el especulador momentos de crisis del mercado, mediante el acaparamiento de mercaderías que escasean o provocando así tal escasez. Los llamados “mercados negros” constituyen una típica manifestación de la actividad especuladora ilícita.” (Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales - Manuel Osorio - Editorial Heliasta S.R.L). En Chile hubo una ley al respecto, pero vinieron los embates liberales de la post guerra y esa ley fue tragada por el águila imperial.
Gastón Bonizzoni
Se acabó el Instituto Nacional para la Defensa y Educación del Consumidor y del Usuario (Indecu) y, en su reemplazo, se creó el Instituto para le Defensa de las Personas en el Acceso a Bienes y Servicios.(Indepabis). Esta transformación constituye una profundización del proceso de cambios, ya que mientras el Indecu estaba destinado a defender a los ciudadanos en sus roles de usuario y consumidor, el Indepabis defiende sus derechos fundamentales como personas, pone por delante “los derechos humanos ante los derechos mercantiles”, afirmó William Contreras, ministro del MILCO (Ministerio del Poder Popular para las Industrias Ligeras y el Comercio) en el programa de VTV “Despertó Venezuela” y reseñada en la edición de VEA del 28 de agosto, agregando: “esta Ley refuerza el poder popular y hace respetar los derechos de los venezolanos” y “… la nueva normativa busca un equilibrio entre oferta y demanda de productos necesarios para la vida”, señalando la responsabilidad que le cabe a “las empresas que intentan obtener crecientes ganancias a partir de las necesidades de los ciudadanos”.
No hace mucho, los teóricos de la economía liberal (ésos que afirman categóricamente que economía y moral, economía y ética, no tienen nada que ver) hablaban de “las expectativas inflacionarias”, es decir, ellos consideraban que en cualquier mercado habría un inevitable aumento de los precios y que, en el momento en que el comerciante repusiera la mercancía en sus depósitos, ésta le costaría más cara y ello le disminuiría o le quitaría la utilidad obtenida con las ventas anteriores, y para evitar eso se “ponían el parche antes de recibir la herida”. Es decir, subían los precios porque los precios iban a subir, generando el más brutal círculo vicioso: “subir porque va a subir”.
También es bueno tener en cuenta que la inflación es considerada el más ineludible de los impuestos directos, pues ella le quita a todos por igual, pero afectando de manera más fuerte a quienes viven de un sueldo o salario y ven como su poder adquisitivo se va deteriorando, hasta que le venga el próximo reajuste legal, que se cumplirá a discreción del empleador. Estas irregularidades pueden ser denunciadas en la Procuraduría de la Inspectoría del Trabajo, la que investigará estos hechos, manteniendo reservada la identidad del denunciante.
Bueno sería que los asesores legales del Gobierno investigaran sobre las leyes que existieron en contra del agiotismo: “Agio o especulación ilícita, abusiva, y, generalmente, practicada aprovechando el especulador momentos de crisis del mercado, mediante el acaparamiento de mercaderías que escasean o provocando así tal escasez. Los llamados “mercados negros” constituyen una típica manifestación de la actividad especuladora ilícita.” (Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales - Manuel Osorio - Editorial Heliasta S.R.L). En Chile hubo una ley al respecto, pero vinieron los embates liberales de la post guerra y esa ley fue tragada por el águila imperial.
2 comentarios:
Este mensaje es para el Sr. Gaston Bonizzoni, y es referente a su articulo publicado en El Diario Antorcha edicion Noviembre 2 del 2008 "A volar, pajarito… ", Sr. Bonizzoni le felicito por sus comentarios, es usted muy elocuente y versatil, pero me gustaria que sea usted tan amable de decirle al pueblo Venezolano cuanto tiempo tiene que pasar para que este Famoso Satelite Socialista se disponga a proveer de comida, salud y seguridad a Venezuela...?, porque supongo que 480 millones de dolares son suficiente como para alimentar a muchos, y tambien seran suficiente para que la salud del Venezolano mejore y tambien sera suficiente para que la seguridad pueda ser mejorada, asi que seria justo decirle a Venezuela Cuando se podran ver los fabulosos buenos resultados de este Satelite..?, digame que comera el Venezolano de a pie mientras llega el primer trimestre del 2009...?, sera este fabuloso Satelite tan bueno como para emanar comida, seguridad y salud para todo el pais...? Sr. usted como muchos otros esta equivocado si cree que con un Satelite Socialista Chavez va ha comprar las conciencias del Venezolano.
Antes de gastar 480 millones de dolares en Satelites sugierale a su comandante que se ocupe del hambre y la miseria en que ha sometido a Venezuela por casi 10 años. Gracias
Zaide Gil
zaydmrg@gmail.com
psuvelhatillo@gmail.com
Quisiera saludar y agradecer a las y los camaradas del PSUV de El Hatillo por publicar en su página web mi artículo “El Vicio inflacionista” y en especial, a la abanderada a la alcaldía, Omaira Camacho, quien le entrega a ese municipio un fuerte testimonio de inteligencia, esfuerzo, coraje y constancia, aportando con su presencia, además, la belleza de la mujer venezolana y aprovechar la oportunidad de responder brevemente al comentario hecho por la señora Zaide Gil de mi artículo “A volar pajarito”, relacionado con la puesta en órbita del satélite Venesat 1.
Señora Zaide: Es lamentable confundir tanto las cosas como usted lo hace, y, peor, que quiera dictar normas como si fuera el Reich Führer del vecindario. Afirmaciones como: “antes de gastar 480 millones de dólares en satélites sugiérale a su comandante…” o “…si cree que con un satélite socialista va a comprar las conciencias…” muestran que, para variar un poco, usted no hace sino repetir consignas tratando de ocultar no el sol, sino toda una galaxia con un pequeño, solitario y delicado dedito de su mano… ¿o es que las comunicaciones no existen? ¿O es que la realidad se circunscribe solamente al pan, al techo y al abrigo? ¿O es que no fue necesario estatizar la industria productora de cemento para seguir desarrollando las obras de infraestructura que hay por todas partes y los programas de vivienda, porque el cemento venezolano lo estaban destinando a la exportación… curiosamente? ¿O es que MERCAL y PEDEVAL y las Haciendas Zamoranas, la recuperación de silos, el fomento a la ganadería y la despreciada y empobrecida agricultura no está siendo rescatada en un esfuerzo titánico por diversificar la producción nacional y dejar de ser el país monoproductor que vivía de espaldas a su realidad atontado por espejismos de grandeza y con los pies enterrados hasta la cintura en la pobreza extrema y en la miseria de millones y millones de compatriotas?
No hace falta hacer arqueología para constatar estas realidades. Muchos problemas sociales son obra de los irresponsables que tuvieron sometida a Venezuela por medio siglo y aún persisten, y no por culpa de nadie de este Proceso Cristiano, Bolivariano, Zamorano, Robinsoniano, es decir, y aunque le moleste, señora: SOCIALISTA, sino por ser una pesada herencia de ese pasado nefasto.
Tampoco creo que sea un problema de compra de conciencias. Me niego a creer en un pueblo venezolano con conciencia tarifada, pensando permanentemente en el ¿cuánto hay pa’eso o en el “time is money”.
Somos seres con conciencia y voluntad de libertad, no borregos, y sabemos luchar por nuestros ideales y defenderlos por las vías que sea necesario hacerlo. Gracias.
Atentamente
Gastón Bonizzoni
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