La cabra Capriles
En 1998 comenzó la carrera política de Henrique Capriles Radonski. Para los zulianos que lo eligieron diputado a sus 26 años, era un total desconocido. Nunca había visitado al Zulia.
Conmilitones del partido democristiano Copei, denunciaron que su familia pagó cien mil dólares al ex presidente Luís Herrera para que lo pusiera a encabezar la lista al Congreso.
Qué suerte apellidarse Capriles Radonski a los 26 años en un país de “cogollos”. Decenas de dirigentes de esa organización, con largos años de militancia, nunca llegaron siquiera a abanderar un listado a juntas parroquiales.
Ah, pero faltaba lo mejor. La tendencia histórica al cambio que ya se respiraba en la Venezuela de 1998, obligó a la clase política dominante a refrescar su imagen. Y, qué más oportuno que poner a un muchacho bonachón como presidente de la Cámara de Diputados del Congreso. Otros cien mil dólares más y punto.
Henrique Capriles se coronó en medio de la diarrea emocional de los adalides del bipartidismo que a finales de 1998 sudaban miedo como siervos ante el león.
Para el zuliano común y consciente, Capriles era una “cabra”; como cuando en el dominó se acuesta un cinco donde va un cuatro. Una pieza colada con trampa.
Después supimos que la PDVSA de Luís Giusti les dio unos cobritos a La Cabra y sus amiguitos de Tradición, Familia y Propiedad para fundar el neo partido Copei llamado Primero Justicia.
Luego lo vimos en pose de esbirro del Golpe asaltando la Embajada de la República de Cuba, con una caterva de sátrapas sacados de un thriller fascista, dando pena ajena ante la solemne dignidad de un Maestro Embajador martiano y fidelista que le ronca el mango.
Así llegamos a esta Cabra del 2011 que quiere ser Presidente de la República Carmoniana de Venezuela.
Pero para esta proeza, el chaval nazi-sionista –jodida mezcla ésta- tendrá que buscarse muchos billetes de cien mil dólares –que creo no existen- para comprar al fantasma de Luís Herrera, el Silbón, la Sayona, y tantos espectros más.
Los más recientes aguaceros de mayo de 2011, cogieron a La Cabra de paseo electoral por Margarita. Es que la Gobernación del estado Miranda le fastidia, porque allí hay muchos negros y pobres. Por Caucaguita no lo vio nadie socorrer un santo.
Ahora bien, una cosa piensa la cabra y otra quien la va a ordeñar. Es que el querubín de Globovisión no la tiene fácil con la reencarnación de Alfaro Ucero.
Nuestros queridos adversarios de la oposición, tienen por delante un reto bastante duro de resolver; se trata de una condición previa a las presidenciales de 2012, vale decir, escoger las armas con que se destrozarán.
Quienes logren sobrevivir a semejante reyerta, heridos y extenuados por la contienda, tendrán poco tiempo para recuperar fuerzas. Situación que nosotros aprovecharemos, por supuesto.
Más, no temas Cordero de Dios, que tu no serás el sacrificado. Que tu vejiga carece de tierra y tu cuajar no saca ni suero.
Ildefonso Finol
En 1998 comenzó la carrera política de Henrique Capriles Radonski. Para los zulianos que lo eligieron diputado a sus 26 años, era un total desconocido. Nunca había visitado al Zulia.
Conmilitones del partido democristiano Copei, denunciaron que su familia pagó cien mil dólares al ex presidente Luís Herrera para que lo pusiera a encabezar la lista al Congreso.
Qué suerte apellidarse Capriles Radonski a los 26 años en un país de “cogollos”. Decenas de dirigentes de esa organización, con largos años de militancia, nunca llegaron siquiera a abanderar un listado a juntas parroquiales.
Ah, pero faltaba lo mejor. La tendencia histórica al cambio que ya se respiraba en la Venezuela de 1998, obligó a la clase política dominante a refrescar su imagen. Y, qué más oportuno que poner a un muchacho bonachón como presidente de la Cámara de Diputados del Congreso. Otros cien mil dólares más y punto.
Henrique Capriles se coronó en medio de la diarrea emocional de los adalides del bipartidismo que a finales de 1998 sudaban miedo como siervos ante el león.
Para el zuliano común y consciente, Capriles era una “cabra”; como cuando en el dominó se acuesta un cinco donde va un cuatro. Una pieza colada con trampa.
Después supimos que la PDVSA de Luís Giusti les dio unos cobritos a La Cabra y sus amiguitos de Tradición, Familia y Propiedad para fundar el neo partido Copei llamado Primero Justicia.
Luego lo vimos en pose de esbirro del Golpe asaltando la Embajada de la República de Cuba, con una caterva de sátrapas sacados de un thriller fascista, dando pena ajena ante la solemne dignidad de un Maestro Embajador martiano y fidelista que le ronca el mango.
Así llegamos a esta Cabra del 2011 que quiere ser Presidente de la República Carmoniana de Venezuela.
Pero para esta proeza, el chaval nazi-sionista –jodida mezcla ésta- tendrá que buscarse muchos billetes de cien mil dólares –que creo no existen- para comprar al fantasma de Luís Herrera, el Silbón, la Sayona, y tantos espectros más.
Los más recientes aguaceros de mayo de 2011, cogieron a La Cabra de paseo electoral por Margarita. Es que la Gobernación del estado Miranda le fastidia, porque allí hay muchos negros y pobres. Por Caucaguita no lo vio nadie socorrer un santo.
Ahora bien, una cosa piensa la cabra y otra quien la va a ordeñar. Es que el querubín de Globovisión no la tiene fácil con la reencarnación de Alfaro Ucero.
Nuestros queridos adversarios de la oposición, tienen por delante un reto bastante duro de resolver; se trata de una condición previa a las presidenciales de 2012, vale decir, escoger las armas con que se destrozarán.
Quienes logren sobrevivir a semejante reyerta, heridos y extenuados por la contienda, tendrán poco tiempo para recuperar fuerzas. Situación que nosotros aprovecharemos, por supuesto.
Más, no temas Cordero de Dios, que tu no serás el sacrificado. Que tu vejiga carece de tierra y tu cuajar no saca ni suero.
Ildefonso Finol
Presidente de la Comisión Nacional de Refugiados
No hay comentarios:
Publicar un comentario