¿ YA ESTAN LISTOS LAS PATRULLAS OPERATIVAS Y LOGISTICAS ?
¡Ojo con la abstención!
Hemos escrito varias veces sobre el latente peligro de una voluminosa abstención en las elecciones del próximo 23 de noviembre.
Ha sido una constante histórica que las elecciones para cargos regionales y municipales no despiertan interés. Los electores evaden votar y prefieren ir a la playa antes de concurrir a las mesas de votación.
No debería ser así. La revolución bolivariana debió romper esa línea histórica. Al derrumbar la vieja política del clientelismo y de la perversión electoral, el voto dejó de ser un inútil ejercicio para convertirse en un arma acerada para transformar a Venezuela, refundar la República y profundizar la revolución.
Es evidente que si la revolución bolivariana no rompe la constante histórica de la abstención, podrían verse amenazados los resultados electorales del PSUV y de la Alianza Patriótica.
Hoy esa amenaza existe y no debe subestimarse.
La abstención perjudica más al movimiento bolivariano que a la contrarrevolución. Mientras la abstención sea más alta, más precarias serán las condiciones para vencer el 23 de noviembre. La razón es muy sencilla: el caudal electoral del chavismo depende de una voluminosa participación popular. Si el pueblo es ganado por el entusiasmo revolucionario y se vuelca a las mesas electorales, no hay duda de la victoria en las elecciones para gobernadores y alcaldes.
Por eso debemos insistir: la abstención amenaza la victoria de la revolución bolivariana el 23 de noviembre.
Debemos colocar en las prioridades del trabajo político enfrentar las tendencias a la apatía e indiferencia.
Es necesario revivir el entusiasmo por la revolución en el pueblo venezolano.
Debemos hacer toda clase de esfuerzos para sostener y ensanchar la unidad popular y la alianza patriótica.
Es necesario movilizar y poner en tensión todas las energías y pasiones de las fuerzas revolucionarias para derrotar la abstención.
¡Ojo con la abstención!
Hemos escrito varias veces sobre el latente peligro de una voluminosa abstención en las elecciones del próximo 23 de noviembre.
Ha sido una constante histórica que las elecciones para cargos regionales y municipales no despiertan interés. Los electores evaden votar y prefieren ir a la playa antes de concurrir a las mesas de votación.
No debería ser así. La revolución bolivariana debió romper esa línea histórica. Al derrumbar la vieja política del clientelismo y de la perversión electoral, el voto dejó de ser un inútil ejercicio para convertirse en un arma acerada para transformar a Venezuela, refundar la República y profundizar la revolución.
Es evidente que si la revolución bolivariana no rompe la constante histórica de la abstención, podrían verse amenazados los resultados electorales del PSUV y de la Alianza Patriótica.
Hoy esa amenaza existe y no debe subestimarse.
La abstención perjudica más al movimiento bolivariano que a la contrarrevolución. Mientras la abstención sea más alta, más precarias serán las condiciones para vencer el 23 de noviembre. La razón es muy sencilla: el caudal electoral del chavismo depende de una voluminosa participación popular. Si el pueblo es ganado por el entusiasmo revolucionario y se vuelca a las mesas electorales, no hay duda de la victoria en las elecciones para gobernadores y alcaldes.
Por eso debemos insistir: la abstención amenaza la victoria de la revolución bolivariana el 23 de noviembre.
Debemos colocar en las prioridades del trabajo político enfrentar las tendencias a la apatía e indiferencia.
Es necesario revivir el entusiasmo por la revolución en el pueblo venezolano.
Debemos hacer toda clase de esfuerzos para sostener y ensanchar la unidad popular y la alianza patriótica.
Es necesario movilizar y poner en tensión todas las energías y pasiones de las fuerzas revolucionarias para derrotar la abstención.
La derrota de la abstención significa la victoria el 23 de noviembre.
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