El diputado Mario Isea denunció la existencia de numerosas cartas de intimidación enviadas por una organización terrorista de extrema derecha colombiana llamada “Águilas Negras” con listas donde figuran dirigentes del PSUV, otras organizaciones revolucionarios y funcionarios del Estado, que son amenazadas de ser asesinados.
Resulta curioso que la mayoría de los citados en las fatídicas listas son personas que de una u otra manera han participado en las acusaciones contra el gobernador Manuel Rosales, por lo cual la mayor parte de los amenazados resulta ser gente de los estados fronterizos, puesto que la organización criminal “Águilas Negras” se conoce que opera en el norte de Santander y tiene penetración en el Táchira, lo mismo en la zona fronteriza del Zulia, porque han contado con la complicidad de la gobernación del Zulia y los cuerpos policiales de la región, donde desde hace algún tiempo actúan con mucha libertad.
La utilización de estos grupos de criminales es una práctica totalmente fascista, que tiende a sembrar el terror en el seno de las fuerzas revolucionarias y el pueblo para paralizarlos en su momento de auge y ofensiva.
El pueblo y los organismos del Estado tienen que mantener una vigilancia permanente sobre todo esos grupos de criminales, porque aunque en Venezuela no tendrán nunca éxito, los que los mandan, pagan y facilitan sus criminales actividades; con crear zozobra y angustia con dichos mensajes terroristas, quedan satisfechos.
Resulta curioso que la mayoría de los citados en las fatídicas listas son personas que de una u otra manera han participado en las acusaciones contra el gobernador Manuel Rosales, por lo cual la mayor parte de los amenazados resulta ser gente de los estados fronterizos, puesto que la organización criminal “Águilas Negras” se conoce que opera en el norte de Santander y tiene penetración en el Táchira, lo mismo en la zona fronteriza del Zulia, porque han contado con la complicidad de la gobernación del Zulia y los cuerpos policiales de la región, donde desde hace algún tiempo actúan con mucha libertad.
La utilización de estos grupos de criminales es una práctica totalmente fascista, que tiende a sembrar el terror en el seno de las fuerzas revolucionarias y el pueblo para paralizarlos en su momento de auge y ofensiva.
El pueblo y los organismos del Estado tienen que mantener una vigilancia permanente sobre todo esos grupos de criminales, porque aunque en Venezuela no tendrán nunca éxito, los que los mandan, pagan y facilitan sus criminales actividades; con crear zozobra y angustia con dichos mensajes terroristas, quedan satisfechos.
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