“La paz y la libertad sin igualdad es una carcajada de los ricos contra los pobres”, dijo este lunes en Caracas, con tono combativo, Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde socialista del municipio Marinaleda en Sevilla (España), donde tanto él como sus concejales, ganan lo mismo que los integrantes de las distintas cooperativas y colectivos sociales que trabajan la tierra, como elemento clave para desmontar el sistema capitalista de producción.
Sánchez llegó al país este domingo desde España, específicamente de Marinadela, donde el desempleo llegó a cero y sus habitantes en asambleas generales deciden desde cómo se ejecutará el presupuesto municipal hasta el modelo exacto (más de 90 metros) de la casa donde vivirán.
Al caer la noche de este lunes llegó a la sala José Felix Ribas del Teatro Teresa Carreño. Nada de traje o corbata. Vestía un pantalón de tela color tierra, una camisa verde a cuadros arremangada hasta los codos. Parte de su cara estaba escondida en una abundante barba. Los aplausos del público asistente le dio la bienvenida.
“Nosotros no queremos esperar el socialismo, queremos ponerlo en marcha. Nuestra lucha es para que sea expandido en todo el planeta porque estamos demostrando que la utopía puede ser realidad. Sí es posible, donde haya una chispa de revolución el ser humano tiene oportunidad de hacerse más digno”, expresó.
Con la mano derecha metida en uno de sus bolsillos del pantalón y su mano izquierda levantándose al ritmo enérgico de su voz, Sánchez recalcó que “no tenemos que esperar el socialismo, tenemos que construirlo”.
Advirtió que aunque el modelo capitalista se encuentra en crisis, ese sistema necesita de la desigualdad en la población para que sus élites, ricas y minoritarias, puedan subsistir.
“Quieren salir de la crisis empobreciendo a los que siempre han estado empobrecidos por sus políticas exclusión. Quieren que el ciudadano pague los problemas financieros de la banca, los empresarios. El mayor ladrón de soberanía en este mundo es el imperialismo económico”, manifestó.
Señaló que Venezuela, juntos a otros países en América Latina, es una referencia para luchar por un mundo más justo porque “el sistema capitalista no quiere diferencia, el sistema te castiga, te golpea por todos lados”.
Un ejemplo de cómo son criminizalizados en una España dominada por una derecha monárquica, son las multas impuestas al sindicato de obreros del campo de la izquierda unida en Marinadela, donde han luchado desde hace 30 años por el derecho a la tierra contra terratenientes españoles, incluyendo al Duque del Infantado, figura de la monarquía española que antes poseía la mayores extensiones de este municipio español.
“Cuando empezamos la lucha por las tierras del Duque, mucha gente del pueblo nos decía que éramos utópicos. Que cómo nos atrevíamos a hacer eso. Que era una locura. Nos costó 12 años, pero lo logramos. La experiencia le ha demostrado al pueblo de Marinadela que no somos utópicos. Que los derechos se conquistan con lucha”, indicó.
En su intervención habló de la necesidad de reunificar la verdadera izquierda, la antiimperialista, y no aquella izquierda, “que en el fondo es reformista, y que es el papel higiénico de la burguesía. Sirven para lo que son: Papel higiénico”.
Consultado, a micrófono abierto por el público, sobre cómo mantener en el tiempo un modelo justo y humanista, Sánchez contestó: “La clave está en la gente que ocupa responsabilidad política viva lo que hable, y hable lo que viva. Que no haya diferencia entre los dirigentes y los dirigidos”.
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