El país de Chávez
Por: Ildefonso Finol (Cacique Nigale)
Pocos hombres han tenido esa suerte maravillosa de influir decididamente en la historia de su pueblo. Muchos han alcanzado el poder, pero muy pocos han hecho historia; y, muchos menos, han logrado hacer el bien.
Chávez es una de esas buenas excepciones que reúne las tres conquistas: llegó al poder, cambió radicalmente la historia del país y, lo más difícil, se apartó de las vanidades y se consagró al servicio por los más necesitados.
Nadie es indiferente a su acción creadora. Los más, le seguimos, amamos y apoyamos; los menos, le odian y entorpecen.
A diario se habla de Chávez en todos los rincones. Una presencia esencial rodea toda su hechura y andadura. La gente sencilla apuesta energías positivas. La canalla destila envidia y sevicia.
Cierto es que en nuestra gestión de gobierno hemos cometido muchos errores, por impericia a veces, por negligencia y corrupción de algunos, ene veces.
Mucho sabotaje y conspiración también facturan gran parte de los atrasos y daños graves a la ejecutoria gubernamental que arrancó aquél dos de febrero de 1999.
Pero la sabiduría popular ha coronado el liderazgo del Comandante con un áurea gigante de comprensión y paciencia, porque lo sabe suyo e insustituible.
El país que es hoy la República Bolivariana de Venezuela no volverá nunca más a ser la oveja mansa que cedió su leche, carne y lana al lobo imperialista.
Valoro el despertar de conciencia patria como el más grande aporte histórico de Chávez a nuestro pueblo. Sólo por esa obra portentosa lo apoyaré siempre.
El pueblo venezolano de Chávez es la legión más fuerte y segura de la gesta bolivariana que empezó en 1810 y aún tiene mucho que hacer en el mundo.
Vanguardia es quien logra marcar los desenlaces con su impronta militante.
Chávez es vanguardia pura y dura. Toda la derecha internacional se ha unido en su contra. Celebran con orgiástica maldad que esté enfermo. Torpes y viles.
No ven que cada mal deseo de ellos engrandece el amor con que el pueblo premia a su líder.
No captan que ese afán de noticias negativas les hunde en la miseria de sus almas extraviadas.
La mayoría nacional está clara para dónde va la cosa. Siento que cada día se amalgama más y se afina, el coro que canta por una mejor humanidad desde el pecho chavista que se han sembrado de futuro en esta heroica patria bolivariana.
El país que ha hecho Chávez con sus limpios sentimientos y sus anhelos por el colectivo es un corcel que trota al horizonte y no se desnuca.
Los nuevos valores pregonados y practicados por la gran familia bolivariana, con el humanismo socialista como empuñadura del amanecer de nuestras consciencias, son el signo determinante de una época que se proyecta hacia el futuro con fuerza indetenible.
La constatación del buen gobierno, la materialización de la esperanza, la encarnación de los sueños, son las antorchas que enseñan el camino del no retorno. El camino de la utopía que sólo el pueblo unido hace realidad.
Es verdad que aún quedan resabios del viejo país que torcieron unos malos venezolanos rendidos al imperialismo.
Pero ese tiempo se acabó y no volverá.
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