Gran jornada en Miranda (Formadores de Formadores)
Fredy J. Melo
Con el PSUV se persigue crear un partido no sectario, democrático profundo, crítico y autocrítico, ligado orgánicamente al colectivo popular y cuyos cuadros –guías y educadore(a)s de éste que a su vez se orienten y eduquen con él–, sean los primeros en la acción, el trabajo y el estudio, a fin de dar ejemplo y estimular, no para escalar posiciones, que sólo deben ocupar si así lo decide su base de adscripción. Libre, además, de corrupción, burocratismo y enclaves reformistas.
Un partido como ése es necesario para potenciar la acción del liderazgo e impulsar la unidad, organización y conciencia del pueblo en pro del logro de su objetivo esencial, la mayor suma de felicidad posible para todos.
Como sabemos, tal máxima aspiración exige conquistar la liberación nacional, para ser dueños de nuestro destino como país, y la liberación social, para serlo de nuestras propias vidas.
Una y otra son consustanciales, no pueden realizarse separadas y exigen vencer al enemigo histórico, el bloque imperialista-oligárquico, y para ello forjar la unidad interna del pueblo, con sus clases y capas progresistas nucleadas alrededor de la clase obrera, y la unidad continental bolivariana, que tornará invulnerables las victorias. Por ahora, la fundamental del 7-O.
Un gran impulso acaba de darse en Miranda, cuando 500 militantes, alistados como formadores de formadores, tuvimos una jornada de estudio de gran alcance guiada por algunas de las mentes más esclarecidas del Partido.
Ahora iremos hacia multiplicar por diez, y luego por decenas de miles, el esfuerzo organizado en esa dirección
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