jueves, 19 de abril de 2012

ELADIO APONTE, PAJUO ¡¡¡¡¡¡¡

Eladio Aponte, pajuo!!!
Autor: Diógenes Díaz
Recuerdo cuando niño que entre los hombres se establecía unas reglas no escritas por quienes compartíamos el juego, sin alguien rompía una ventana nadie acusaba a ninguno, cuando se cometía una travesura de tomar prestado algunos mangos o guayabas del jardín de unos vecinos, nadie señalaba el otro. Solo con decir yo no estaba allí y no sé nada. En mis tiempos al terminar una buena fiesta de fin de semana, alguien inventaba sustraer una gallina de algún patio cercano, disfrutábamos en las madrugadas la expropiación, en este caso nadie decía quien o quienes compartimos el colectivo sancocho. Quien se atreviera a violar este código, era marcado como acusete por un tiempo y nadie lo consideraba como amigo.

Con el tiempo pasamos a una vida de jóvenes y en las peleas de los liceos por motivos de alguna novia o duelos por grupos de barrios distintos, nadie acusaba a otro, sencillamente era una acto de cobardía, igual decir quién acabo una fiesta o el que se quedo con la pelota del equipo contrario para terminar el juego que se perdía en el último inning. Peor cuando un compañero de clase quería salvarse frente a un profesor hablando del mal comportamiento de nosotros. No era de hombre señalar a nadie, hablar de las mujeres y menos mentarle la madre a un contrincante, se le partía la boca, en algunos casos si lo tenían en el suelo se celebraba diciendo en gritos colectivos con un dale, dale y disfrutábamos ver correr al desleal y cobarde.

Desde los quince años inicie mi militancia política, conociendo las historias de familiares presos por Pérez Jiménez, un tío desaparecido y la lucha de gente cercana contra el pacto de punto fijo. Supe que la lealtad y el honor jamás se pueden perder, aun te quedes solo no pues delatar a nadie, porque no delatas al otro, te delatas a ti mismo. Recuerdo que teníamos una receta, por cierto nunca fui detenido por actividad política, la receta era que ante el interrogatorio decíamos que nos acogíamos al precepto constitucional que nos eximia de declarar en contra de nuestra voluntad, paso siguiente a cerrar los ojos porque seguro venia una lluvia de golpes. Hasta nuestra madres están formadas ante el interrogatorio, no conoces a nadie que militas conmigo, pon la denuncia ante la fiscalía, busca un diputado de izquierda y vete a la prensa a decir que estoy secuestrado por el gobierno y sin comunicación. Estábamos claro que había que aguantar la pela, mantener el silencio y no firmar nada sin nuestro abogado.

Este reseña casi biográfica viene a propósito de mira atónito y asombrado el caradurismo del señor Eladio Aponte Aponte, tratando de salvarse ante sus verdaderos verdugos; los medios de comunicación. Dando hoy una entrevista exclusiva, el señor Eladio le faltan testículo, su deslealtad y traición es impresionante, un delator público. Ingenuo al creer que haciendo esta declaración asquerosa se salvara el pellejo, pienso que hay presos con dignidad pese al delito, un delator es como un violador, despreciado por los vecinos de celda.

No hay perdón, Eladio Aponte, Pajuo!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que ridiculos ahora niegan a su discipulo aponte aponte ja ja ja ja agarren su gallo muerto el dia que se descubran las cuentas de los chavistas corruptos van a decir tambien que son del imperio escualidos y todo lo demas

Anónimo dijo...

bueno este articulo esta bien interesante... Queda claro que Aponte es un pajuo, pero tambien queda claro que todos sus compañeros son unos DELINCUENTES!!! Ya basta de estar gobernados por esta cuerda de ladrones e ineficientes. Queremos un cambio! Capriles Presidente!

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