Comunas: oportunidad histórica para el Poder Popular
Por: Francisco Guacarán
Fecha de publicación: 22/06/09
Hoy, en medio de una profunda crisis del sistema capitalista, nos encontramos ante un reto importante: ¿cómo definimos al Poder Popular? ¿Cómo construimos efectivamente ese Poder Popular? ¿Cuál es la relación de ese Poder Popular con el Estado actual o con otro que se pueda construir?
Son interrogantes que motivan a discusiones fundamentales y, asimismo, pueden definir el rumbo que tomaría el actual proceso político en lo sucesivo.
En definitiva, la cuestión del Poder Popular transversaliza toda la vida integral del país, y toca elementos sensibles para el desarrollo del socialismo: economía, producción, control y administración, cultura, política, comunicación, toma de decisiones, lucha de clases y nuevo Estado Popular y Democrático.
No es un concepto que debe ser tomado a la ligera y mucho menos de forma panfletaria para cumplir un discurso que alegre a “los jefes”.
Hoy se plantea desde el gobierno la conformación de las Comunas, como la expresión más local de “Poder Popular” mediante la articulación de los Consejos Comunales, quienes tendrían en sus competencias el establecimiento del gobierno Comunal con competencias en lo económico -a través del impulso de un nuevo modelo socioproductivo-, en lo político -con la Asamblea Comunal como la máxima instancia de decisión-, sólo por mencionar algunas.
Sin embargo, la cuestión no es tan sencilla como la “unificación” de varios Consejos Comunales y establecer otro nombre. A todas las organizaciones les corresponde dar su aporte a la discusión, y es necesario comenzar a puntualizar.
Para los sectores revolucionarios, se ha entendido al Poder Popular como la fuerza del pueblo organizado en todos sus sectores -trabajadores, comunidades, estudiantes- ejerciendo el Poder sobre la vida social, económica y política, especialmente sobre el control de la producción y la satisfacción de las necesidades de la población.
Si sólo entendemos al Poder Popular como una parcela de un sector de la sociedad, muy poco podemos incidir en la transformación integral del país y en la superación del modo capitalista. Por ejemplo, las comunidades por sí solas no pueden impulsar la transformación del modo económico, si no existe una organización de los trabajadores y trabajadoras y un control sobre su espacio laboral.
Sin la participación de los trabajadores y trabajadoras organizados y movilizados en sus centros de trabajo, sin la participación de los estudiantes en cada universidad y liceo, no podemos hablar de Poder Popular.
Ahora bien, ¿el Poder Popular es solamente un espacio dentro de la Administración Pública Nacional que tiene incidencia sólo en lo Comunal? ¿Es sólo una parte más del Estado burgués que aun se mantiene vivo en nuestro país?
Ante esas interrogantes muchos y muchas dicen que no, que el Poder Popular es la fuerza y el Poder efectivo a partir del cual nacen los demás poderes de un Estado popular y revolucionario, es la máxima expresión de participación y decisión del pueblo organizado -en todos los niveles: local, municipal, regional y nacional- y nada debe estar por encima de ello.
Si lo concebimos como sólo una instancia más de gestión gubernamental, únicamente ampliaríamos el gran monstruo que es el Estado burgués y muy poco aportaría a su superación.
Entonces, las Comunas deben ser la expresión más local de Poder Popular, en la que se expresen los intereses articulados de los Consejos Comunales, Consejos de Trabajadores y Trabajadoras, Consejos Campesinos, Consejos Estudiantiles y demás formas de organización popular.
Todo esto debe ir de la mano con una transformación profunda del sistema económico capitalista y del avance necesario en la socialización de los medios de producción. No podemos hablar de Poder Popular y mucho menos de Socialismo si no comenzamos a tocar los intereses del Capital y no comenzamos a superar la contradicción fundamental entre una mayoría que todo lo produce y nada tiene, y una minoría que se enriquece a través de la explotación y el saqueo.
Las Comunas deben ser esas instancias celulares que comiencen a construir esa forma organizativa nacional que ayude a la edificación del socialismo; las Comunas son instancias que deben subvertir de una vez por todas al orden burgués; las Comunas representan la única garantía de avanzar hacia una revolución socialista.
Por: Francisco Guacarán
Fecha de publicación: 22/06/09
Hoy, en medio de una profunda crisis del sistema capitalista, nos encontramos ante un reto importante: ¿cómo definimos al Poder Popular? ¿Cómo construimos efectivamente ese Poder Popular? ¿Cuál es la relación de ese Poder Popular con el Estado actual o con otro que se pueda construir?
Son interrogantes que motivan a discusiones fundamentales y, asimismo, pueden definir el rumbo que tomaría el actual proceso político en lo sucesivo.
En definitiva, la cuestión del Poder Popular transversaliza toda la vida integral del país, y toca elementos sensibles para el desarrollo del socialismo: economía, producción, control y administración, cultura, política, comunicación, toma de decisiones, lucha de clases y nuevo Estado Popular y Democrático.
No es un concepto que debe ser tomado a la ligera y mucho menos de forma panfletaria para cumplir un discurso que alegre a “los jefes”.
Hoy se plantea desde el gobierno la conformación de las Comunas, como la expresión más local de “Poder Popular” mediante la articulación de los Consejos Comunales, quienes tendrían en sus competencias el establecimiento del gobierno Comunal con competencias en lo económico -a través del impulso de un nuevo modelo socioproductivo-, en lo político -con la Asamblea Comunal como la máxima instancia de decisión-, sólo por mencionar algunas.
Sin embargo, la cuestión no es tan sencilla como la “unificación” de varios Consejos Comunales y establecer otro nombre. A todas las organizaciones les corresponde dar su aporte a la discusión, y es necesario comenzar a puntualizar.
Para los sectores revolucionarios, se ha entendido al Poder Popular como la fuerza del pueblo organizado en todos sus sectores -trabajadores, comunidades, estudiantes- ejerciendo el Poder sobre la vida social, económica y política, especialmente sobre el control de la producción y la satisfacción de las necesidades de la población.
Si sólo entendemos al Poder Popular como una parcela de un sector de la sociedad, muy poco podemos incidir en la transformación integral del país y en la superación del modo capitalista. Por ejemplo, las comunidades por sí solas no pueden impulsar la transformación del modo económico, si no existe una organización de los trabajadores y trabajadoras y un control sobre su espacio laboral.
Sin la participación de los trabajadores y trabajadoras organizados y movilizados en sus centros de trabajo, sin la participación de los estudiantes en cada universidad y liceo, no podemos hablar de Poder Popular.
Ahora bien, ¿el Poder Popular es solamente un espacio dentro de la Administración Pública Nacional que tiene incidencia sólo en lo Comunal? ¿Es sólo una parte más del Estado burgués que aun se mantiene vivo en nuestro país?
Ante esas interrogantes muchos y muchas dicen que no, que el Poder Popular es la fuerza y el Poder efectivo a partir del cual nacen los demás poderes de un Estado popular y revolucionario, es la máxima expresión de participación y decisión del pueblo organizado -en todos los niveles: local, municipal, regional y nacional- y nada debe estar por encima de ello.
Si lo concebimos como sólo una instancia más de gestión gubernamental, únicamente ampliaríamos el gran monstruo que es el Estado burgués y muy poco aportaría a su superación.
Entonces, las Comunas deben ser la expresión más local de Poder Popular, en la que se expresen los intereses articulados de los Consejos Comunales, Consejos de Trabajadores y Trabajadoras, Consejos Campesinos, Consejos Estudiantiles y demás formas de organización popular.
Todo esto debe ir de la mano con una transformación profunda del sistema económico capitalista y del avance necesario en la socialización de los medios de producción. No podemos hablar de Poder Popular y mucho menos de Socialismo si no comenzamos a tocar los intereses del Capital y no comenzamos a superar la contradicción fundamental entre una mayoría que todo lo produce y nada tiene, y una minoría que se enriquece a través de la explotación y el saqueo.
Las Comunas deben ser esas instancias celulares que comiencen a construir esa forma organizativa nacional que ayude a la edificación del socialismo; las Comunas son instancias que deben subvertir de una vez por todas al orden burgués; las Comunas representan la única garantía de avanzar hacia una revolución socialista.
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