Ayer como hoy, nuestra Revolución resistirá y vencerá la furia de los dinosaurios.
Tomado del Diario Vea
Tomado del Diario Vea
La vieja política, subordinada a los intereses de la oligarquía y del imperialismo, no acepta el audaz despliegue de iniciativas y de victorias de la Revolución Bolivariana.
Contra la Revolución Bolivariana se han empleado todas las armas. El 11 de abril del 2002, un grupo de generales formados en la escuela neofascista de la internacional de las espadas, aliados con políticos corruptos, sobrevivientes de la Cuarta República, ocuparon a Miraflores y usurparon las funciones del Gobierno. Meses después Fedecámaras, la mafia de la CTV y renegados de PDVSA causaron un cuantioso daño a la Nación con un paro sedicioso y patronal.
Las derrotas en cada uno de sus intentos por ahogar el proceso revolucionario, no ha impedido la continuación de sus planes. La vieja política ha inspirado proyectos de magnicidios, descaradas violaciones a la Constitución y las leyes y una reiterada estrategia de campañas mediáticas dirigidas a privar a la causa bolivariana del concurso nacional e internacional del apoyo popular.
Ahora vuelven a las andadas y han desatado una nueva campaña, pagados por la derecha española y alemana, con el fin de colgar sobre el limpio rostro de la revolución venezolana un rosario de calumnias.
Ayer y hoy, tanto los generales facciosos como los empresarios de Fedecámaras y los gorilas de la CTV representan las ideas más atrasadas, los restos del pensamiento cavernarios, las arruinadas tesis del liberalismo salvaje, cuyos paradigmas han quedado quebrados por el peso demoledor de la terrible crisis económica del capitalismo.
Contra la Revolución Bolivariana se han empleado todas las armas. El 11 de abril del 2002, un grupo de generales formados en la escuela neofascista de la internacional de las espadas, aliados con políticos corruptos, sobrevivientes de la Cuarta República, ocuparon a Miraflores y usurparon las funciones del Gobierno. Meses después Fedecámaras, la mafia de la CTV y renegados de PDVSA causaron un cuantioso daño a la Nación con un paro sedicioso y patronal.
Las derrotas en cada uno de sus intentos por ahogar el proceso revolucionario, no ha impedido la continuación de sus planes. La vieja política ha inspirado proyectos de magnicidios, descaradas violaciones a la Constitución y las leyes y una reiterada estrategia de campañas mediáticas dirigidas a privar a la causa bolivariana del concurso nacional e internacional del apoyo popular.
Ahora vuelven a las andadas y han desatado una nueva campaña, pagados por la derecha española y alemana, con el fin de colgar sobre el limpio rostro de la revolución venezolana un rosario de calumnias.
Ayer y hoy, tanto los generales facciosos como los empresarios de Fedecámaras y los gorilas de la CTV representan las ideas más atrasadas, los restos del pensamiento cavernarios, las arruinadas tesis del liberalismo salvaje, cuyos paradigmas han quedado quebrados por el peso demoledor de la terrible crisis económica del capitalismo.
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